El cordón sociosanitario impuesto por el Principado y pionero en España según los geriatras, ha conseguido contener los contagios en las residencias de mayores asturianas. A expensas de que entre esta semana y la próxima se alcance el pico de contagios, los especialistas confían en que sea inferior en los geriátricos a lo que se preveía inicialmente. Las claves han sido la prohibición de acceso a las familias y la separación y confinamiento de los ancianos en los centros, afirman. La Fiscalía Superior del Principado ha reclamado tanto al Gobierno regional como a las residencias públicas y privadas los datos sobre los residentes, plantillas y la situación de cada uno de ellos para comprobar si se esta cumpliendo la normativa y contrastar los datos, que serán remitidos a la Fiscalía General del Estado.

El ERA registró ayer dos fallecidos más, ambos de la residencia de Grado, donde más enfermos se contabilizan. El número de muertes por coronavirus ascienden así a un total de 8 en las residencias publicas. En 9 residencias privadas se contabilizaron 11 positivos, de los que 8 son residentes y 3 profesionales. El Principado no facilitó ayer el número de positivos en los centros públicos al ser incapaz de cuadrar las cifras. La Consejería de Derechos Sociales ha advertido de que a partir de hoy se abrirá expediente sancionador o disciplinario, en función de la titularidad del centro, a aquellas residencias que no remitan correctamente la información requerida.

José Rodríguez, miembro de la Sociedad de Geriatría y Gerontología del Principado y del área de gestión clínica de Geriatría del Hospital Monte Naranco, señaló que la prohibición de las visitas de los familiares a las residencias geriátricas "ha sido clave para minimizar la probabilidad del riesgo de contagio a los ancianos". Así que el reto está ahora en cumplir de manera estricta las normas implantadas en los centros y evitar que sean los trabajadores los que "importen" el virus a los centros.

El geriatra señaló que los más mayores, al tener su sistema inmune deprimido, tienen más riesgo de infección, a lo que se suman otras patologías como la hipertensión, la diabetes, enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Este conjunto de factores les hace mucho más vulnerables al contagio, que se incrementa además con la convivencia en las residencias.

Una vez que se ha suspendido el acceso de familiares a los geriátricos y se han establecido normas estrictas de confinamiento y limpieza en las residencias públicas y privadas, el nudo gordiano ahora es evitar que los profesionales "importen" el virus a los centros.

"Es fundamental que los profesionales se laven bien las manos para entrar en la habitación de la persona contagiada o con síntomas, y tanto él como el paciente deben tener mascarilla puesta. El sanitario o cualquier persona que acceda debe llevar además los guantes, y todo se debe desechar y volver a lavarse las manos cuando finalice", explicó el doctor José Rodríguez. Y remarcó que a todo esto se debe sumar "el control de los profesionales cuando van a trabajar, cerciorándose de que no tiene fiebre, ni ningún síntoma".

El geriatra matizó que "a partir del cuarto día ya pueden aparecer síntomas. Si se extreman las precauciones, el riesgo de contagio en ese periodo es pequeño, de ahí la importancia de la mascarilla, los guantes y de lavarse las manos".

El amparo de la Fiscalía

Mientras tanto, la Fiscalía ha solicitado al Principado y a las residencias públicas y privadas un informe completo sobre su estado, en el que se especifique desde las estancias con las que cuentan hasta cómo han aplicado la normativa de confinamiento, aislamiento e higiene, además del número de residentes y la cifra de asintomáticos y contagiados y cuál es su estado. Una información que además se deberá de actualizar y que se remitirá a la Fiscalía General del Estado. Este análisis, incoado a instancias de la Fiscalía General, "responde a la labor de amparo y defensa respecto de las personas ancianas y discapacitadas", indicó.

Las labores de higienización que ya se han realizado en Grado, El Villar y Santa Teresa continúan ahora en la residencia de El Cristo, en Oviedo. El ERA repartió ayer 8.000 mascarillas entre los profesionales de los geriátricos públicos, además de dispositivos móviles para que las familias puedan comunicarse con los residentes por videollamada. Los centros privados, matizó el Principado, reciben el material a través de Salud.