La forma en la que una comunidades autónomas y otras contabilizan el número de fallecidos por coronavirus es muy diferente. Las hay que tienen parámetros muy precisos, como el País Vasco, donde se contabiliza como fallecidos por coronavirus a todas las personas que se les ha hecho la prueba y después mueren, aunque tengan otras patologías, y donde además se han efectuado más de 8.300 test por millón de habitante, una cifra equiparable a países como Italia y Corea del Sur.

Muy diferente es el caso de Asturias, donde solo se realiza el test a fallecidos si hay una sospecha previa en los casos que mueran en residencias o en urgencias de hospitales, pero no a cualquiera que muera. En cuanto al recuento, el Principado contabiliza una vez al día los casos y cuenta a todos aquellos fallecidos que tengan confirmado con test que eran portadores del coronavirus, pero no los que estén pendientes aún de que se conozca el resultado de la prueba.

Estos diferentes parámetros han levantado cierta controversia y aumentan las sospechas de que la cifra real sea más alta que la oficial, como ha admitido Cataluña, lo que ha llevado a comunidades como Galicia a decidirse por modificar la forma de cálculo.

En concreto, en Cataluña, los datos que la autonomía comunica todas las noches se limitan a los fallecidos en hospitales. Datos que no se ofrecen por edades, por lo que se desconoce si a los ancianos se les ingresa o no en la UCI y qué porcentaje de camas ocupan. Por ello, la consejera de Salud, Alba Vergés, ha pedido a las empresas funerarias que aporten todos la información de que dispongan para que no exista un desfase entre los muertos en hospitales y el total de fallecidos por coronavirus, incluidas las defunciones en residencias y domicilios.

La polémica sobre el número "real" de muertos saltó ayer cuando el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, aseguró que había "una orden" para ocultar la auténtica cifra de óbitos. Extremo que fue absolutamente descartado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ha tildado las declaraciones del líder autonómico del PP de "gravedad" manifiesta.

No obstante, el baile de cifras es patente y, para evitar el decalaje, Galicia ha decidido cambiar la forma de recuento. Hasta el momento, la consejería de Sanidad se encargaba del cómputo global pero, a partir de ahora, contabilizará sólo los fallecidos por coronavirus en hospitales mientras que la consejería de Política Social se hará cargo de datar los que mueran en residencias de ancianos. Sin embargo, este método de cálculo ha planteado ya alguna reserva dado que el dato de residentes en geriátricos que sean trasladados a hospitales y fallezcan en el centro hospitalario podría quedar "parcialmente oculto", han comentado fuentes de la administración autonómica.

Precisamente en Galicia se constata un avance de la expansión del coronavirus en geriátricos y en centros de discapacitados. El geriátrico de Cangas (Pontevedra) se mantiene como el principal foco de contagio, con 104 residentes y 17 trabajadores. Respecto al desfase de datos, el Gobierno de Aragón cuenta los fallecidos la jornada anterior, no los producidos efectivamente ese día, y por eso se acumulan más en martes (cuando se suman al lunes los del fin de semana).

Hoy, el director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, ha informado de que la prueba en los hospitales se hace a todas las personas que tienen una afección respiratoria, de acuerdo a lo que marca el protocolo. Mientras que en las residencias, ha explicado, sólo se hace en determinados casos y se contabiliza como fallecimiento por COVID-19 cuando el médico en su certificado de defunción estima que esa puede ser la causa.

En Castilla-La Mancha, fuentes de la consejería de Sanidad han informado de que las pruebas sólo se hacen cuando las personas están vivas. Además, han dicho, envían los datos todos los días siguiendo las directrices que marca el Ministerio y dando el dato acumulado de casos confirmados. A diferencia de Castilla-La Mancha, en Canarias sí se hace la prueba tanto a personas vivas con sospecha de coronavirus como a fallecidos y los datos se trasladan a diario a las 20 horas al Ministerio de Sanidad.

Y son los mismos datos, aseguran fuentes de este Gobierno, que al día siguiente Sanidad traslada a la prensa, con el detalle de hospitalizaciones y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). En la misma línea, la Comunidad Valenciana, que pasa diariamente a las 20 horas los datos al Ministerio, ha asegurado que la cifra que se da de fallecidos es porque se les ha hecho la prueba y dieron positivo.

En Murcia, el Servicio de Epidemiología recoge cada día los fallecidos por COVID-19, datos que se trasladan a Sanidad. Actualmente, en la Región de Murcia sólo se hacen las pruebas de coronavirus a las personas fallecidas que manifestaban síntomas de la enfermedad. El Gobierno de Navarra contabiliza como fallecidos por COVID-19 a los que han muerto en hospitales con ese diagnóstico y en residencias, donde su certificado de defunción apunte esta circunstancia.

En cuanto a los test, en Navarra cuando se trata de un "caso posible" no se le practica la prueba post morten y en el certificado de defunción se limitan a informar de que se trata de un caso no confirmado por supuesta infección de coronavirus, que finalmente no computa en el recuento final. En Ceuta, con un solo fallecido, la notificación se produjo al momento con un comunicado conjunto de la consejería de Sanidad de Ceuta y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), organismo que gestiona la sanidad de Ceuta.