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Crisis del coronavirus

El coronavirus se ha llevado ya 50.000 empleos en Asturias

La pandemia ha impedido crear 27.000 puestos de trabajo l El PIB regional decrecerá el 5,2% si la reclusión dura dos meses, alerta un estudio de la Universidad Autónoma

El confinamiento para hacer frente a la pandemia del coronavirus ya ha destruido o suspendido, de momento, más de 50.000 empleos en Asturias, y los expertos señalan que su fin acabará con más puestos, ya que, si no hay cambios, se extinguirán las medidas temporales de protección que, por ejemplo, encarecen el despido u obligan a la renovación de contratos temporales. Pero además de la destrucción de empleo, durante el periodo de confinamiento se han dejado de crear 27.000 puestos.

En Asturias, la pandemia del coronavirus fulminó en solo tres semanas 11.578 empleos, según los datos de marzo de la Seguridad Social. Además, ya ha provocado la suspensión de 31.185 puestos de trabajo, según las últimas cifras de los ERTE que maneja la Consejería de Industria del Principado, a las que habría que añadir las de los expedientes tramitados a nivel nacional y con incidencia en Asturias (por ejemplo, los más de 2.000 empleos de ArcelorMittal, los cientos de El Corte Ingles o de las tiendas del grupo Cortefiel) y las que aún están pendientes de tramitación. Y a ello hay que sumar los 16.695 autónomos que ya se han acogido al cese de actividad por el cierre de sus negocios (otros 6.673 por la caída de facturación de más del 75%), según los datos de las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social. Todo eso es el empleo destruido o congelado, más de 50.000 puestos. Pero esas estadísticas no reflejan los puestos que se han dejado de crear con el confinamiento, y son muchos, porque el estado de alarma llegó en la época del año que más empleo se genera. Un trabajo de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) ha calculado que son unas 27.000 las ocupaciones que abortará el coronavirus en Asturias en el periodo que va desde el 14 de marzo, cuando se declara el estado de alarma, hasta el 14 de mayo, fecha que casi coincide con el de prórroga que anunció el sábado Pedro Sánchez (9 de mayo).

El estudio, elaborado por el economista asturiano Florentino Felgueroso junto con José Ignacio García Pérez y Sergi Jiménez, señala que además de los efectos directos sobre la ocupación, la crisis sanitaria afectará también a los flujos de entrada y salida en el empleo en los sectores afectados por el parón. Por un lado, esos sectores dejan de contratar en un momento del año clave para la recuperación del empleo y por otro lado, las medidas de urgencia decretadas por el Gobierno tienden a congelar los flujos de salida de empleo, dificultando el despido y obligando a la renovación de contratos temporales.

Los cálculos

Los cálculosEl número de salidas es una incógnita, pero sí se puede hacer una estimación de las entradas (creación de empleo) que no se producen por la crisis sanitaria teniendo en cuenta las de los últimos años, es decir, con el nivel de actividad que se hubiera observado sin el shock. Para ello, los investigadores utilizaron datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) correspondiente a 2018, la última disponible, para identificar a aquellos trabajadores desempleados en la semana previa a la declaración del estado de alarma (14 de marzo) que fueron contratados antes de cada una de las siguientes fechas: 31 de marzo, 14 de abril, 30 de abril y 14 de mayo. De ese análisis se extrae la cifra de 27.000 empleos que en Asturias se generaron en esa época y que con la crisis del coronavirus no se van a crear.

"Desde una perspectiva laboral, la crisis del coronavirus estalla en el peor momento posible del año", destacan Florentino Felgueroso, José Ignacio García Pérez y Sergi Jiménez, que apuntan que "durante los últimos años, el periodo entre marzo y junio ha sido tradicionalmente el momento del año en el que se registraban los mayores volúmenes de contratación y el paro registraba su mayor descenso estacional". Además, añaden que es "el periodo en el que se observan las mayores tasas de transición del no empleo al empleo de las personas que no están cobrando prestaciones".

Los autores destacan que la crisis tendrá previsiblemente efectos adversos importantes, aunque en buena medida indirectos, sobre tres grupos de personas que podrían no quedar bien cubiertas por las medidas establecidas por el Gobierno hasta el momento. Se trata en particular de los desempleados de larga duración sin prestaciones, "que serán nuevamente relegados en la cola del paro, a semejanza de lo que ocurrió en la Gran Recesión", los nuevos entrantes, "que se encontrarán con un mercado de trabajo muy debilitado o simplemente no entrarán", y, finalmente, los trabajadores de mayor edad, "que probablemente sean separados del mercado de trabajo de forma permanente". Para proteger a estos colectivos, "podría ser necesario introducir transitoriamente una renta mínima de amplia cobertura y duración", señalan los investigadores en referencia a la que prepara el Gobierno, así como reforzar las políticas activas de empleo y mejorar su eficacia.

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