El avance de la pandemia de coronavirus en Asturias en la segunda quincena de abril empieza a arrojar un dato que, de mantenerse, podrá haber supuesto el gran punto de inflexión en la crisis: la reducción hasta niveles muy bajos del número de contagios nuevos en personal sanitario y de residencias de ancianos. La mejora, que empezó a registrarse hace cosa de dos semanas, parece cada vez más asentada y ambos sectores se mantienen por debajo de la decena de diagnósticos nuevos desde el pasado martes día 14. El servicio de Salud Pública, aunque pide manejar estas cifras con "cautela" porque no se pueden descartar nuevos brotes inminentes, sí confirman esta tendencia a la baja, lo que les permite afrontar la crisis del virus con mayor optimismo. Asturias, además sumó ayer solo dos nuevas muertes, la mejor cifra desde el día 1 de abril, y 17 contagiados nuevos, un balance que no se registraba desde mediados de marzo. Con las UCI liberadas -apenas medio centenar de ingresados- la curva, parece, sí se frena.
Pero ¿por qué la reducción de contagios nuevos en personal sanitario y de residencias resulta vital? Según el nuevo informe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica de la Dirección General de Salud Pública, publicado ayer, a lo largo de marzo estos dos sectores copaban entre un tercio y una cuarta parte del total de nuevos diagnósticos, sumando entre ambos, en los peores días del registro, más de 40 afectados en solo un día. Eso mermaba, por un lado, la labor asistencial en hospitales y geriátricos, pero también suponía un riesgo para los otros dos sectores de la población más vulnerables al contagio: los enfermos y los ancianos. Atajar la transmisión del virus entre los que cuidan de los más débiles, siempre y cuando la población siga confinada y cumpla con las medidas de seguridad establecidas, elimina de raíz uno de los focos de contagios de mayor riesgo hasta ahora.
Este alivio de contagios en el sector de los cuidados se achaca también a la agilización de pruebas diagnósticas. Se ha analizado ya a todos los ancianos y trabajadores de residencias que en su momento fueron críticas, como Grao, Pravia y Villar. También se han sometido al test la plantilla al completo de La Mixta, la mayor residencia de Asturias, y todos han dado negativo. En el ámbito sanitario, las pruebas siguen haciéndose de forma escalonada, pero muchos afectados ya se han recuperado y, al haberse retirado de su puesto de trabajo, no parecen haber provocado contagios a mayores. También ahora hay más material de protección y protocolos de seguridad más estables.
Los hospitales de la región también respiran aliviados. Los 53 ingresados en UCI, cinco menos que el pasado viernes y con una tendencia a la baja que salvo pequeños picos se ha mantenido todo este mes, se acompaña de la bajada general de los hospitalizados en planta, aunque esta cifra fluctúa más y a los sanitarios les preocupa menos. Eran ayer 353 pacientes, cinco menos que en la jornada anterior pero, por ejemplo, cuatro más que los registrados el viernes. Cabueñes amaneció con una ocupación mucho menor que la anterior semana (228 ingresados) y solo registró un pequeño repunte en su afluencia a Urgencias durante la mañana. El San Agustín de Avilés, según sus empleados, sigue "estable, tranquilo y sin mayores problemas", aunque su UCI sí está casi llena y no descarta tener que derivar a otros centros. El HUCA
Asturias acumula 202 fallecidos por coronavirus y 2.365 contagiados, pero también 616 altas médicas (17 de ellas tramitadas ayer) y 37.012 muestras diagnósticas realizadas. El hospital de campaña de Gijón sigue cerrado.