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PEDRO RODRÍGUEZ INCIARTE | INGENIERO, ESTUDIOSO DE LA FIGURA DE ALFONSO II

"El Camino de Santiago permitió a Alfonso II articular todos sus dominios"

"Beato de Liébana es una figura decisiva en el origen del sentimiento de restaurar la unidad peninsular como Estado cristiano"

Pedro Rodríguez Inciarte. P. R. I.

Pedro Rodríguez Inciarte, ingeniero de profesión, tiene como pasión el estudio de la historia del Reino de Asturias. En concreto, su atención se centra en la figura de Alfonso II y en todo lo que rodea su reinado. Al "Rey Casto" iba a dedicar Rodríguez-Inciarte una conferencia este verano, en el marco de un ciclo de charlas que él mismo había impulsado, en el Casino de Llanes, en torno al Reino de Asturias. Suspendida la actividad a consecuencia de la pandemia, Rodríguez Inciarte conversa con LA NUEVA ESPAÑA sobre un monarca y una época de las que, asegura, "no somos conscientes, los asturianos, de toda la riqueza y la importancia que tuvieron".

- ¿Dónde empieza su fascinación por Alfonso II?

-Como estudié en el Instituto de Oviedo, en el Alfonso II, pues ya lo conocía. Pero fue cuando empecé a profundizar en la historia del Reino de Asturias cuando me di cuenta de que fue una figura de una importancia capital, en la historia de España y como persona. Es un hombre que presencia el asesinato de su padre, tras lo cual se refugia en el monasterio de Samos, donde debió conocer toda la historia de Prisciliano. Su tía Adosinda, que le protegió, tenía mucha relación con Beato de Liébana, cuyas ideas serán fundamentales cuando se empieza a crear la idea del Camino de Santiago. Luego está su relación con Carlomagno, a través de Beato y Alcuino de York, figuras centrales en la discusión contra el adopcionismo... es una historia impresionante.

- Y todo desde Asturias...

-Es algo que siempre me pareció impresionante, que en aquella época, con comunicaciones tan reducidas, mantuviesen ese contacto y Alfonso II lograse además afianzar su reinado, llegando a ocupar Lisboa y, sobre todo, dando una sensación de Estado a todo el Reino asturiano. Por todo eso me fui entusiasmando con la figura. Yo soy ingeniero, no un erudito, y pensé que podía dar una versión un poco distinta de la que dan los historiadores y los eruditos, que podía resultar interesante. Hay que pensar que en aquella época en China había 75 millones de personas, los francos eran como 15 millones, y aquí como mucho habría unos cientos de miles. Parte de esos logros llegan con el Camino de Santiago, que es una estructura de orden religioso, pero también militar y comercial. Me imagino que Alfonso II debió recibir en el monasterio de Samos una formación romana. Si pensamos que los romanos utilizaban no mapas, pero sí itinerarios, lleva a pensar que Alfonso II debió restablecer un itinerario por el norte para establecer su reino y poder luchar contra los musulmanes, que no eran tontos y que atacaban por el este y el oeste. Sería una vía rápida de comunicación que, entre otras cosas, le permitiría reaccionar con rapidez.

- ¿Ese itinerario le permitiría articular sus dominios?

-Claro, articulaba todos los dominios desde un punto de vista comercial y permitía además, usando las ideas de Beato de Liébana, lucha contra el adopcionismo. Los mozárabes y los cristianos que habían quedado en tierra musulmana no podían decir que Cristo era de naturaleza divina, porque iban en contra de la ley coránica. El Arzobispo de Toledo quedaba en una situación muy comprometida, y encontró en el adopcionismo (doctrina según la cual Jesucristo era un ser humano por designio de Dios, que le habría adoptado) una doctrina compatible con la visión musulmana de la vida de Jesús. Ese punto de vista suponía un peligro tremendo para Carlomagno y para los cristianos del norte, porque potenciaba la ocupación musulmana de la Península. Es un tema sutil y complejo.

- ¿Tenían miedo a la división religiosa?

-Claro. El Arzobispo de Toledo, aparte de los sentimientos religiosos que tuviera, tenía que llevarse bien con sus vecinos, con el Emir de Córdoba. Por otro lado, el avance musulmán por el Mediterráneo parecía imparable. Solo Carlomagno parecía poder hacerle frente. Los reinos cristianos decidieron unificar la doctrina por una en la que ellos creerían, claro, pero que además marcara una diferenciación clara con la ideología musulmana. Alcuino de York estuvo al frente de la operación, y se carteaba con Beato de Liébana. Una de esas cartas se conserva en un monasterio en el lago Constanza.

- ¿Una carta entre Beato y Alcuino?

-Sí, sí, está en un monasterio en una isla del lago Constanza, la tienen allí expuesta. El tema fue muy importante, Carlomagno lo consideraba clave, y también Alfonso II, que le mandó regalos tras la ocupación de Lisboa: le mandó parte del botín porque quería que le reconociera como rey, un tratamiento que prácticamente no tenían los monarcas asturianos hasta que llegó él.

- ¿Acaso sea esa la diferencia principal entre Alfonso II y sus predecesores: que él tenía una idea del Reino de Asturias como una especie de Estado?

-En parte sí, porque cuando lo nombraron quiso ser ungido como rey. También sucede que su reinado es de los más largos que vio España, serían unos 51 años, y vivió en torno a 81 u 82, que era una barbaridad para la época. Probablemente la infancia en Samos y su educación bajo la severidad de la regla de San Fructuoso le debieron disciplinar. Y luego su manera de ser y de comportarse también le debieron ayudar a tener esa longevidad.

- ¿Considera a Beato el gran ideólogo de su reinado?

-Sí. A Beato lo amadrinó Adosinda, que protegió mucho el monasterio de San Martín de Turieno (hoy Santo Toribio de Liébana). Aunque cuando Mauregato se hace con el trono tras deponer a Alfonso II, a la muerte de Silo, Beato se quiso congraciar con Mauregato escribiendo el famosísimo "O Dei Verbum", casi para ensalzar a Mauregato, donde lo llama "Rex" por primera vez. Ahí empezó ese germen que luego Alfonso empujó mucho ya como rey. Y el Beato fue un personaje muy importante.

- ¿Se aprecia lo suficiente esta vertiente política de Beato?

-A Beato se le enfoca mucho por la vía religiosa, pero creo que su enfoque político es decisivo en el sentimiento de la restauración en España, de la unidad peninsular como un Estado. Eso realmente es sorprendente que empezara a existir en esa época, pero en el testamento de Alfonso II ya viene recogida esa sensación de restauración de la monarquía visigótica, en contra del castigo divino que suponía la ocupación musulmana. Se trataba de reconstruir la Península como un estado cristiano unido. Precisamente en estos tiempos es una idea reconfortante. Y Beato estaba detrás de todo ello.

- También anticipa la idea del Camino de Santiago, asociando la figura del apóstol a España ¿no?

-Sí, es famoso el "O Dei Verbum", los párrafos en los que dice que los apóstoles se reparten el mundo, para difundir el cristianismo, y Santiago se encarga de España. Es una idea con trasfondo político y religioso, aunque no tiene sentido que en el año 44 haya venido a España, cuando desde el año 44 hasta ese momento no se habla más del tema. Mi punto de vista es que Beato habla de Santiago porque se suponía que el que estaba enterrado allí era Prisciliano, que había sido decapitado en Tréveris, y se buscaba a un apóstol que hubiera sido decapitado. Todas las piezas encajaban perfectamente: que Santiago hubiera estado en España, crear un itinerario que atravesara todo el reino... una carambola fantástica urdida por Beato y que Alfonso II utilizó para consolidar lo que era su reino.

- ¿No cree entonces que los restos de Santiago reposen en Compostela?

-Ni creo ni dejo de creer, pero me parece muy dudoso que fuera Santiago. No se habla para nada de los restos de Santiago desde que muere hasta el siglo VIII. Es muy difícil que sea él.

- El Principado prepara, para 2022, la conmemoración de los trece siglos de la batalla de Covadonga. ¿Qué cree que pasó allí?

-Debió haber algún acontecimiento bélico, está claro, pero la gran importancia que se le da en la Crónica Alberdense era para magnificar y justificar toda la estirpe real y el nuevo reino. Pero la batalla de Covadonga es un tema muy concreto, no sé que decir más allá de que tengo claro de que debió existir, pero no creo que tuviera la importancia que se le dio posteriormente. Se magnificó para justificar una estirpe que desapareció con Alfonso II, porque Ramiro I ya no era descendiente de Pelayo.

- ¿Cree que, de la misma manera que se pudo magnificar Covadonga, se infravalora Lutos?

-Efectivamente, fue fundamental. Alfonso fue muy hábil, porque ante la incursión musulmana no presentó batalla, se escabullía, hasta que los pudo emboscar. Después, a la muerte de Hisham I, su hijo, Al-Hakam, tuvo problemas sucesorios, y esto le dio tiempo a Alfonso para consolidar su reino. Debía ser un hombre muy capazo, con formación militar, política, religiosa y técnica. Y eso me llama la atención.

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