Que las máscaras faciales son bastante incompatibles con pendientes y peinados sofisticados quedó ayer de relieve al analizar el estilo de las invitadas a la ceremonia de entrega de los Premios "Princesa de Asturias", con la estética menos ostentosa en cuarenta años de historia. La crisis sanitaria no sólo cambia hábitos de vida, también modifica la forma de vestir que se simplifica hasta el punto de que las joyas brillaron por su ausencia. En cambio sí destacaron los trabajados maquillajes de ojos, pensados para destacar la parte de la cara que puede lucirse. Los vestidos de corte recto y los trajes de pantalón ganaron por goleada a otras opciones, y para muestra el conjunto negro de María Neira, directora de Salud Pública de la OMS o el dos piezas de la abogada Victoria Botas, esposa de Luis Fernández-Vega, presidente de la Fundación. Entre los caballeros reinó el azul en sus diversas declinaciones.
No faltó a su cita con Oviedo y los premios "Princesa de Asturias" pese a que algunos habían puesto en duda su presencia. La Reina Sofía cumplió ayer, un año más, su agenda el día de la ceremonia. La Reina emérita llegó al hotel de la Reconquista por la mañana, antes de la entrega como suele ser habitual. La entrada la hizo acompañada por la vicepresidenta Carmen Calvo y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet (las tres en la foto). La Reina fue muy aclamada a su llegada por el público que estaba frente al hotel. Este año cambió su palco habitual del teatro Campoamor por otro en el Reconquista para seguir la ceremonia.
