Filmó el año pasado en Gijón su película “El planeta”, que ella misma define como una comedia negra. La historia parece evocar algún capítulo de la crónica picaresca local. La multifacética artista Amalia Ulman (Buenos Aires) tiene previsto dar hoy una de las clases magistrales del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) y mostrar pasajes de su filme, en fase de postproducción. Ciudadana transfronteriza, creció en la ciudad del certamen que ahora la acode. El FICX le dedica, además, uno de sus “Foco”.

La clase magistral y la “opera prima”, “El Planeta. “’El Planeta’ es una comedia negra sobre la relación de dos mujeres, madre e hija, que están a punto de perder su casa. La película transcurre en Gijón y nos muestra la caída en picado de estas dos mujeres. Al no tener dinero y no hallar trabajo deciden vivir de su imagen y cometer timos varios para sobrevivir”.

Una “sátira indie” en blanco y negro. “Sí, mi película puede definirse como una comedia negra en blanco y negro, y es una producción independiente”.

Buenos Aires, Gijón, Los Ángeles, Nueva York. “Ser inmigrante siempre cambia la perspectiva de uno. Yo llegué de bebé a Gijón y nunca conocí del todo Argentina, pero tampoco nunca se me dejó ser asturiana del todo. Es algo por lo que pasan todos los inmigrantes de primera generación, no somos ni de allí, ni de aquí. Esa falta de arraigo fue lo que me llevó a marchar tan joven a Londres, donde estuve cinco años. Luego estuve otros cinco años en Los Ángeles y ahora vivo en Nueva York”.

Ejercicios de humildad. “Pero también he pasado mucho tiempo por otros sitios de Europa y en China. Cada viaje y cada lengua que uno aprende es un ejercicio de humildad. Te da más paciencia y empatía saber que todos entendemos lo mismo de distintas formas, dependiendo de cual sea nuestro bagaje cultural. Gran parte de mi trabajo tiene que ver con ese tipo de malentendidos”.

La relación de los géneros artísticos en la obra. “Yo comencé mi carrera haciendo net-art, pero luego cada obra ha requerido formatos distintos y me he movido entre las instalaciones, las “performances”, la escritura, etcétera. Para la última “performance”, “Privilege”, aprendí a dibujar de nuevo, por ejemplo. Para “Excellences & Perfections” había tomado clases de barra americana. Pero lo que me resulta más natural es la fotografía, el vídeo y la escritura. Obviamente, mis galeristas preferirían que pintara cuadros, pero no se me da nada bien”.

Las cuestiones de género, cuerpo, sexo o clase. “Yo creo que eso es más por la casualidad de que soy mujer y soy de clase obrera. Pero mi interés son las relaciones humanas en general, como lo que mencioné anteriormente de los malentendidos. Puede que mi interés por esas cuestiones tenga que ver con el hecho de que soy autista y presto mucha atención a cómo se comunica la gente entre sí. Resulta que es algo que yo he tenido que aprender ‘artificialmente’ digamos”.

Laboral Centro de Arte y la actual creación cinematográfica o videográfica asturiana. “Yo creo que el sistema actual de becas, tan estricto en la temática de las obras que pueden recibir ayudas, es dañino para las artes en España en general. Sobre todo porque excluye voces muy interesantes. Hay bastantes españoles que hacen cosas muy interesantes, pero por desgracia no se habla mucho de ellos porque viven fuera, como por ejemplo Pascual Sisto (asturiano, que estrenó una película en Cannes este año); Mario Suardíaz, de padre asturiano y curador que hace proyectos muy chulos o Carmen Roca Igual, artista que además fue asistente de dirección en ‘El Planeta’… Las artes serían más interesantes en Asturias si los museos se adaptasen a los artistas y no los artistas a las convocatorias”.

Próximos proyectos en estos tiempos pandémicos. “Como dejé de lado las Bellas Artes durante el rodaje de la película, ahora tengo varias exposiciones individuales seguidas. Además, estoy escribiendo el guión de mi próximo largometraje, que dirigiré en el verano del 2022. Si el planeta tierra sigue en pie, claro”.