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Directora de producción, premio “Mujer de Cine”

Sol Carnicero: “Cuando fundamos la Academia del Cine la profesión nos trataba de locos o presumidos”

“Es mucho más fácil trabajar con genios como García Berlanga; el director debe vampirizar y él lo sabía hacer”

Sol Carnicero, en una foto facilitada por el FICX. |

Es historia viva del audiovisual español: más de medio siglo de carrera y un premio “Goya”. Marisol Carnicero Bartolomé (Burgos, 1950), más conocida como Sol Bartolomé, fue en 1977 la primera mujer española en convertirse en directora de producción. En una inusual edición online del Festival de Cine de Gijón a causa de la pandemia, recibe hoy en la Academia del Cine, en Madrid, el galardón “Mujeres de Cine” que concede la plataforma homónima en el marco del certamen asturiano.

–¿Satisfecha con el premio?

–Pues sí, después de cincuenta años ya me lo merezco. Está muy bien que me lo den.

–Supongo que no es fácil sobrevivir en un medio tan difícil tanto tiempo?

–Hay altibajos y escollos. La labor de dirección de producción me va quedando atrás porque hay gente más joven, muy preparada. Estoy orgullosa de haber sido profesora de muchos de ellos.

–Ha sido una pionera en lo suyo. ¿Fue difícil?

–Honradamente, no lo recuerdo como difícil. Era muy joven y un poco inconsciente. Lo asumí porque me gustaba. La profesión es muy dura por la entrega que te reclama, los horarios y que cada película es un mundo. Creo que les hacía gracia que alguien joven, bajita, mandara grupos de cincuenta hombres. Me salió bien: no cometí grandes torpezas.

–Pero las mujeres no lo han tenido fácil ahí...

–En el caso de la dirección de producción, tal vez no lo intentaban porque era poco apetecible. Se quería dirigir o actuar. Hubo siempre mujeres actrices y directoras también, aunque pocas. Desde que empecé en la producción, han salido muchas mujeres y muy buenas. Ahora el porcentaje entre hombres y mujeres es similar y nosotras estamos muy reconocidas.

–¿Qué cualidades hay que tener para ejercer su oficio?

–Ser ordenados, saber prever las cosas, tener varios planes... Somos los intermediarios entre los productores y los directores. Nuestra misión es encontrar el punto de encuentro entre lo que se quiere y lo que se puede hacer.

–Ha trabajado con algunos de los grandes: de Berlanga a Pilar Miró. ¿Es complicado trabajar con genios?

–Creo que no, que es mucho más fácil. Los genios tienen talento y lo utilizan. Es maravilloso porque saben lo que quieren, lo explican bien y ponen a todos de acuerdo. Aunque sean muy exigentes, prefiero trabajar con personas así: sabes el camino. Trabajar con Berlanga, por ejemplo, era maravilloso. Pinchaba y nos implicaba para que estuviéramos pendientes y, también, sacar de nosotros el máximo. El director debe vampirizar y Berlanga lo sabía hacer.

–Y colaboró con Narciso Ibáñez Serrador en el “Un, dos, tres...”. Toda una época.

–Hice con él la primera etapa. Lo dejé porque me aburría y le recriminé, cuando estaba vivo, que él no hubiera dejado el “Un, dos, tres...” y hecho más películas.

–También fue fundadora de la Academia del Cine...

–Creo que ha sido un instrumento útil. El impulsor fue Alfredo Matas. La profesión nos trataba de locos o presumidos. Ha funcionado y los “Goya” son importantes.

–¿Qué tiene entre manos?

–Lo que queremos es que se pueda enseñar el cine en las aulas.

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