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Actor ovetense de “Amar en tiempos revueltos” y “Lope y sus Doroteas”

Ernesto Arias, actor ovetense: “Trabajamos seguros en televisión, pero siempre hay riesgos”

Ernesto Arias.

El actor Ernesto Arias (Oviedo, 1968) se formó como actor en las aulas del desaparecido ITAE, en Gijón, y en la Casa de Cultura de Lugones. Desde 1992 vive en Madrid, donde trabaja en la serie “Amar es para siempre”. Este fin de semana tenía que haber estrenado en el Niemeyer “Lope y sus Doroteas”, de Ignacio Amestoy. La pandemia rígida que vive el concejo avilesino ha retrasado por segunda vez la presentación de este trabajo. Están valorando una nueva fecha, pero aún no me la han dado”, afirma a LA NUEVA ESPAÑA.

–Anda también en “Amar es para siempre”.

–Sabe que hay unos personajes fijos, los del bar El Asturiano, luego vienen los fijos del inicio de cada temporada –llevan quince años– y estos se refrescan con la llegada de nuevos cada trimestre. A mí me ha tocado uno de estos últimos. En marzo termino. Allí trabajamos con mucha seguridad, aunque siempre hay riesgos. Pienso que la gente tiene conciencia: en Madrid se puede cenar en un bar, pero yo llevo tiempo sin hacerlo.

–La suya parece una profesión en el filo.

–Claro. Y más en esta época. Si de normal se caracteriza por la incertidumbre, ahora se ha multiplicado. La obra la teníamos preparada para noviembre, pero nos cancelaron. Ahora hemos vuelto a ensayar para recoger el trabajo que habíamos avanzado, pero si no se puede, pues no se puede. Hay que entenderlo. De hecho, todos lo entendemos.

–Y encima tenía que hacer de Lope de Vega.

–Conocí el proyecto en el mes de agosto pasado y empezamos a trabajar en septiembre. Tengo muchas ganas de presentarla al público, más si tenemos en cuenta que cuando ensayamos lo que hacemos es jugar con la fecha de estreno, que ese es el límite.

–¿Qué le convenció para subirse al proyecto?

–Un poco de todo. Con Estival, la productora, había hecho previamente “Desengaños amorosos”, sobre textos de María de Zayas, una obra que giró por toda España, pero que creo que no la hicimos en Asturias. En unos días entramos en los teatros del Canal, en Madrid. De Ignacio Amestoy, el autor había hecho “Dionisio Ridruejo: una pasión española”. Luego vino lo de “Desengaños amorosos” y, ahora esto: trabajar con el mismo equipo. En resumen: el autor, el equipo y, vaya, Lope. Había dirigido “Querella de Lope y las mujeres”.

–¿Cómo se monta una función en estado de alarma?

–La empresa Estival ha hecho un esfuerzo tremendo: distancia, mascarillas, besos sólo marcados. Hicimos un montón de tests, que ya sé que dan una garantía temporal... Pero a todo parece que al final nos terminamos acostumbrando.

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