El origen del Camino de Santiago está indisolublemente ligado a la religiosidad. Pero en torno a esa motivación primordial han ido añadiéndose otras inquietudes, otras motivaciones, que llevan al peregrino a emprender viaje a Santiago. “El Camino es un mundo abierto a todo”, sintetizó María Josefa Sanz, catedrática emérita honorífica de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Oviedo, en el debate digital que mantuvo este jueves con la también historiadora Eloísa Ramírez, con la escritora Paloma Sánchez-Garnica, y con el canónigo de la Catedral de Oviedo José María Hevia.

El debate, “El sentido del Camino”, moderado por la periodista Elena Vélez, supuso la tercera entrega de los encuentros digitales “Oviedo, origen del Camino”, que organiza LA NUEVA ESPAÑA con la complicidad del Ayuntamiento de Oviedo y el patrocinio de AC Hotel Oviedo Forum. Durante más de una hora, los cuatro ponentes desgranaron la historia de las peregrinaciones, la importancia de las reliquias, el potencial turístico de la vía santa, y también la trascendencia personal que tiene hacer el Camino para todos aquellos que emprenden la ruta.

En este sentido, Paloma Sánchez-Garnica, autora de “El alma de las piedras” y “Las tres heridas”, explicó su propia experiencia como peregrina, y cómo al hacer el Camino junto a sus hijos comprendió mejor su papel de madre: “Me di cuenta de que, en la vida, estaría siempre al lado de mis hijos, animándoles, pero que los pasos los tendrían que dar ellos solos. Solo ellos podrían dar los pasos y sentir la emoción de llegar a la meta”. La vivencia de completar el Camino, de hecho, fue clave para que Sánchez-Garnica se decidiese a ambientar precisamente en la ruta jacobea su novela “El alma de las piedras”, una obra que profundiza en la creación misma del Camino. “Cuando llegué a la escritura me di cuenta de que a través suyo centraba, relacionaba y entendía los conocimientos que adquiría. Entendía mejor la época. La curiosidad me llevó al Camino, pero es que además su historia me daba una serie de ingredientes muy sustanciosos para desarrollar una ficción”.

Eloísa Ramírez, por su parte, explicó la evolución de las peregrinaciones, y también de las motivaciones de los peregrinos: “Dependen de cada persona: yo he conocido a personas que han emprendido el Camino al final de una etapa de su vida, laboral o personal, porque se lo plantean básicamente como un andar destinado a poder reflexionar, a poder tener otro tipo de vivencias. Y en su conjunto me parece un momento de disfrute del tiempo, de calma, el conocer en muchos casos a personas singulares e inesperadas, y de descubrir una gran belleza, paisajística y patrimonial, en muchos tramos”.

José María Hevia incidió en esta misma condición multifacética de la vía santa y de los peregrinos: “Creo que el Camino empieza a la puerta de cada casa, y del mismo modo las motivaciones son las propias de aquel que lo emprende, son particulares y singulares. Hay tantos Caminos como personas lo emprenden”. Hevia, además, incidió en que turismo y peregrinación deberían ser compatibles, y compartió con los otros miembros del debate y con los espectadores la experiencia de personas que encontraron una vocación religiosa en el Camino, que conocieron a su pareja haciendo la ruta jacobea, así como experiencias como la de la prisión de Soria, que promueve la peregrinación como terapia de reinserción entre los presos próximos a salir en libertad.

María Josefa Sanz, por último, lanzó una advertencia ante cierta banalización que se ha producido con la ruta jacobea, y que se traduce en una hiperexplotación turística que, especialmente en algunos tramos, resulta peligrosa: “Los caminantes siempre han tenido que convivir con los elementos que sostienen su caminar: posadas, lugares de venta de alimentación, de ropa… el problema es que se está banalizando de un modo tremendo. Los Caminos son Patrimonio de la Humanidad y en algunos sitios encuentras cosas que no deberían estar allí. La última parte del Camino en Galicia, del Camino Francés, me acongoja. Está totalmente invadido por un marketing que es impropio, y se lo están cargando”.

Paloma Sánchez-Garnica, en un acto anterior en Oviedo. | LNE

Paloma Sánchez-Garnica: “La magia del Camino es encontrarse a uno mismo”

La escritora Paloma Sánchez-Garnica compartió en el encuentro digital las sensaciones que experimentó al hacer la vía santa junto a su familia. “Yo distingo el concepto de peregrinar del turismo del Camino. Porque los primeros son aquellos que hacen la peregrinación poniéndose sobre los hombros lo imprescindible: en un tiempo en que tenemos tanto en el armario, así nos damos cuenta de lo poco que necesitamos. Y hacer el Camino es además una forma de convivir, de conocer a gente de toda clase y de todo el mundo. Eso supone un enriquecimiento personal que es la magia que tiene el Camino, y que pasa por encontrarse a uno mismo y conocer a gente entrañable que puede enriquecer mucho tu vida”, explicó. Sánchez-Garnica habló también de sus inquietudes como escritora, y de cómo la “curiosidad” la llevó primero a explorar la Edad Media en obras como “El alma de las piedras”, y la ha llevado ahora, en “Las tres heridas”, a profundizar en la Guerra Civil: “Escribo para aprender, es una forma de meterme en esas épocas, de entenderlas”.

María Josefa Sanz. | Fernando Rodríguez

Josefa Sanz: “Oviedo no es subsidiaria en el Camino de Santiago”

María Josefa Sanz, catedrática emérita honorífica de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Oviedo, reivindicó la relevancia de Oviedo y de las reliquias de la Cámara Santa, que convirtieron a la capital asturiana en un gran centro de peregrinación, ya desde finales del siglo XI. “Oviedo no es subsidiaria en el Camino: era meta, comienzo y paso de peregrinación, tenía esas tres condiciones. Tenía el mayor relicario del mundo conocido, y sabemos que a finales del siglo XV se llegaron a hacer 25.000 insignias de peregrinos, en un momento en que la ciudad tenía 5.000 habitantes. Oviedo tenía su propia peregrinación, que era la que venía al Jubileo de la Santa Cruz”, explicó. Sanz desgranó además la historia del Jubileo ovetense, y reflexionó sobre si el hecho de que se celebre cada año puede haber afectado a su poder de atracción: “Es un beneficio en realidad, pero se nos ha ido la idea, la perspectiva, que sí tienen en Santiago con el Xacobeo”.

Eloísa Ramírez. | E. R. V.

Eloísa Ramírez: “La motivación cultural para hacer el Camino es ahora clave”

Eloísa Ramírez, catedrática de Historia Medieval de la Universidad Pública de Navarra, profundizó en la evolución de las peregrinaciones, explicando cómo la componente religiosa convivió, en los primeros siglos, con una búsqueda de cierto prestigio entre las élites. “En el siglo XV hay cierto matiz, que es lo que se ha solido llamar el peregrino caballeresco: eran aquellos que iniciaban la peregrinación con el sentido de demostrar la calidad de la persona”, explicó. Ramírez ejemplificó esta vertiente de la peregrinación con el caso de un miembro de la familia de los duques de Borgoña que llegó a Santiago con una escolta con 200 caballos. En cuanto a la actualidad, Ramírez incidió en que la motivación religiosa a la hora de hacer el Camino sigue siendo muy fuerte, pero que se combina con otras de índole cultural. “Muchas personas tienen un interés especial en todo ese patrimonio riquísimo que hay en todo el Camino, donde en cualquier esquina te puedes encontrar tesoros. Esa motivación es hoy en día enormemente importante para muchas personas”, señaló.

José María Hevia. | Irma Collín

José María Hevia: “Peregrinación y turismo deben ser compatibles”

El sacerdote y astrofísico José María Hevia, canónigo de la Catedral de Oviedo, defendió la convivencia de las distintas motivaciones para hacer el Camino y de las distintas sensibilidades a la hora de entender su naturaleza. “Turismo y peregrinación deben ser compatibles. No debemos quedarnos solamente en la idea de llenar los caminos de peregrinos. Pero también es verdad que el turismo, a veces, es muy invasivo y es posible que arrolle hasta la espiritualidad interna. En el caso de que haya una banalización de la peregrinación, ahí sí vería un grave problema. En el Camino cabe el éxodo, que habla del futuro de alcanzar la tierra prometida y de un sentido espiritual, y la odisea, el viaje y la vuelta a casa. Quizás ahora, en vez del éxodo, estemos viendo la parte de la odisea, la aventura de coleccionar experiencias sensoriales. El ‘Homo Viator’ que va ‘to Everywhere’”, señaló Hevia. El canónigo también incidió en que hacer el Camino puede ser una manera de lograr una “reparación personal” en momentos de crisis.