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Rodrigo Cuevas resucita el teatro de la antigua sociedad La Benéfica de Infiesto

“Escaparate”, una iniciativa para mostrar el tejido artístico de las aldeas de Piloña, será el arranque para recuperar el edificio como centro cultural

Sede de La Benéfica, en Infiesto. Jose Ramón Cuesta Caballero

Un grupo de artistas afincados en Piloña, encabezados por Rodrigo Cuevas, ha adquirido el antiguo edificio de la sociedad La Benéfica a fin de convertirlo en un centro cultural.

La Benéfica se remonta a las primeras décadas del siglo XX, cuando se constituyó una sociedad de socorro mutuo relacionada con la emigración. “Era una suerte de seguro social vecinal”, explica Cuevas. La sociedad tuvo tantos socios en Piloña que construyeron un edificio en Infiesto. Funcionaba como sede social, teatro y sala de fiestas.

Rodrigo Cuevas, Nacho Somovilla y Sergi Martí han decidido comprar ese edificio. Cuando solicitaron en el Ayuntamiento la información para hacer un cambio de uso les dieron que tenía licencia de teatro, algo que ellos desconocían. “De repente estábamos recuperando un teatro”, celebra Cuevas.

El artista ovetense afincando en Piloña –y que, con su espectáculo “Trópico de Covadonga”, llena todos los teatros de España– quiere devolver al pueblo, a la aldea asturiana, todo lo que le ha dado. “Yo gano dinero con lo que recojo de los pueblos, con la tradición que está en las aldeas, pero no tengo forma legal de devolver ese dinero al pueblo, así que nos pareció que no había mejor forma de devolver todo eso que nos han dado que hacer un teatro en Infiesto y crear un foco cultural potente en el entorno rural”.

Rodrigo Cuevas y Sergi Martí (a la izquierda), en el interior del edificio. Mireya Delgado

Los tres amigos han creado una asociación y lo primero que pondrán en marcha es el proyecto “Escaparate”, que presentan pasado mañana en Infiesto. Se trata de “mapear todo el tejido artístico que hay en Piloña, que es mucho”. La idea es que todos esos artistas aporten piezas que se expondrán en los escaparates de los comercios cerrados de la capital del concejo de Piloña. Así ellos conocerán a los compañeros artistas que viven en el concejo y los ciudadanos podrán disfrutar de esas creaciones. Ahí entra todo. Rodrigo Cuevas deja claro que no distingue entre arte y artesanía, de manera que para él tiene el mismo valor “una paisana que decora tejas o un señor que hace maquetas, que un pintor o un escultor más profesional”.

Será un “escaparate” hacia el exterior para mostrar toda la actividad cultural del concejo, pero también les servirá de laboratorio para ir diseñando lo que será La Benéfica, un proyecto que va más allá del edificio y que busca llevar la cultura al entorno rural, de donde sale toda la producción de Cuevas.

El camino acaba de empezar, pero, resucitada, La Benéfica está llamada a convertirse, con chigre incluido, en un centro de referencia artística y cultural; y, probablemente, no solo de Asturias.

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