Sin querer entrar en una batalla en la que nunca hay vencedor ni vencido y sí demasiadas opiniones encontradas- y muchas muy desafortunadas- afirmar que AC/DC ha sido, es y será una de las mejores bandas de rock de todos los tiempos no es del todo una temeridad. Igual ya sería meterse en batallas de mayor calado afirmar, incluso, que no existe ningún grupo de hermanos, ni siquiera los Gibbs de los "Bee Gees" o los Wilsons de los "Beach Boys", que hayan tenido un impacto tan profundo en la música y la cultura popular del mundo como los Young: ¡discutan, discutan!

De todo ello y de mucho más nos habla “Los Young. Los hermanos que crearon AC/DC”, (Editorial Cúpula) un libro escrito por el londinense Jesse Fink, residente en Sidney y al que quizá recuerden por otros libros como "15 Days in June" o "Laid Bare: One Man’s Story of Sex, Love and Other Disorders", títulos ambos muy aclamados por la crítica. En esta última obra, Fink se detiene en una valoración más crítica que biográfica de la banda, lo que hace que su libro se parezca bastante poco a otras aproximaciones literarias hechas hasta la fecha sobre la trayectoria del grupo australiano.

Cada capítulo del libro se centra en una canción relevante del grupo. Así títulos como "It’s A Long Way To The Top" ("If You Wanna Rock ‘N’ Roll"), "Jailbreak", "Let There Be Rock", "Highway To Hell" o "Thundestruck" desfilan por el libro a modo de huella sonora desde que en el año 1973 los hermanos escoceses Malcolm y Angus Young, influidos musicalmente por su hermano George, fundaran la banda en Australia, país a la que la familia Young había emigrado desde Glasgow en el año 1963 buscando una vida mejor que la que la gran depresión que vivía Gran Bretaña en aquellos años les podía proporcionar. Una canción, un momento concreto y una ocasión para abordar cuestiones personales y otras relacionadas con los entresijos de la industria musical y de los inicios y la creación del grupo.

Convertido en un bestseller internacional, se ha publicado en más de 20 países y se ha traducido a más 10 idiomas siendo esta, además, la primera obra sobre los AC/DC que cuenta con el testimonio de colaboradores directos de la banda, antiguos miembros del grupo y músicos de grupos como "Guns N’ Roses", "Dropkick Murphys", "Airbourne" y "Rose Tattoo".

Los conciertos de AC/DC no son meras puestas en escena en un recinto abarrotado de su público, incondicionales rendidos desde el primer acorde. Se han convertido en una marca, en un logo, una seña de identidad: "It’s A Long Way To The Top" se convirtió virtualmente en un himno nacional en Australia, "Thundestruck" suena sistemáticamente en los encuentros de la NFL en Estados Unidos.

En la batalla de Faluya (Irak, 2004), los infantes de marina americanos hicieron sonar "Hells Bells" desde altavoces gigantescos para acallar el llamado a las armas de las mezquitas de la ciudad, sin olvidar ese festival celebrado en una ciudad de Finlandia e la que se eligió a AC/DC para que en dieciséis actuaciones (incluida una militar) se interpretara todo su repertorio durante quince horas seguidas. Las respuestas a estas preguntas u otras, cualesquiera que sean, apuntan directamente a lo que hace de la música de AC/DC algo excepcional.

En octubre de 2017, George Young falleció a la edad de setenta años. Menos de un mes después, su hermano menor Malcolm murió a los sesenta y cuatro. Dos de los mejores músicos australianos de todos los tiempos —y dos de los tres Young a los que el título de este libro hace referencia— perdidos en una rápida sucesión. Fue un golpe doble muy grande no solo para la familia Young, sino también para los fans de AC/DC y el mundo de la música en general. Los hermanos Young no solo crearon una de las bandas de rock más grandes de todos los tiempos con AC/DC, sino también un coloso de la cultura mundial.

Y el que no haya punteado salvajemente el "Back In Black alguna vez recién salido de la ducha, que tire la primera piedra.