Había mucha expectación y, lo que es casi más importante, cielos despejados. Pero el eclipse de sol de ayer pasó casi desapercibido en Asturias, porque el astro rey apenas menguó un 13 por ciento. De hecho, el eclipse fue anular en otras latitudes más al Norte, pero en España se vio como parcial.
“Ha sido una cosa muy pequeña, un pequeño mordisco que a simple vista no se apreció”, explicaba ayer Santiago Izquierdo, presidente de la Sociedad Astronómica Omega de Gijón. Y eso que las condiciones ayer eran las idóneas en Asturias, porque “siempre suele estar nublado; para el eclipse anular de 2005 tuvimos que trasladarnos a Zamora para verlo”.
Pese a que el sol se mantuvo casi en todo su esplendor, fueron varios los que a partir de las once de la mañana se desplazaron al observatorio gijonés del Monte Deva, donde se había organizado una sesión de avistamiento con varios telescopios. “Algunos aficionados y paseantes por la zona que aprovechando la jornada tan buena se acercaron para echar un vistazo”, apunta Izquierdo, satisfecho con el hecho de que los fenómenos celestes sigan despertando el interés, también de las generaciones más jóvenes. De hecho, en el IES Jovellanos varios alumnos salieron al patio para echar un vistazo al eclipse, convenientemente equipados para no dañar los ojos.
El eclipse parcial fue visible en el norte de Norteamérica, Europa y Asia, y tuvo una duración de casi cinco horas. La visión más espectacular se dio en forma de eclipse anular en las latitudes más septentrionales, puesto que en esta parte del mundo se vio con más claridad cómo la Luna se encontraba algo más alejada de la Tierra, de manera que su disco se ve más pequeño que el del Sol y no llega a cubrirlo por completo, dando lugar al eclipse anular, porque el Sol parece un anillo brillante.
La fase de anularidad del eclipse se inició al norte de Thunder Bay (Canadá), y atravesó Canadá por las provincias de Ontario y Quebec, continuando por las islas de Baffin y Ellesmere, en el territorio autónomo de Nunavut; el norte de Groenlandia (Dinamarca), el Ártico y, por último, finalizó en Rusia.
El siguiente, en 2026
Habrá que esperar al mes de agosto de 2026 para poder observar otro fenómeno de estas características desde Asturias: en esa fecha está previsto un eclipse total de sol, y “cruzaremos los dedos para que haga tan buen tiempo como en esta ocasión y todos podamos disfrutarlo”, bromea el presidente de la Sociedad Astronómica Omega.
En la práctica, el número de eclipses que se dan cada año es de entre 4 y 7, incluyendo los de Sol y Luna. En muchos casos los eclipses son parciales (o incluso penumbrales solo en los de Luna), y visibles desde una fracción de la superficie terrestre. Cuando la Luna se encuentra cerca del Sol en el cielo la fase es de luna nueva, y existe la posibilidad de un eclipse de Sol. Cuando la Luna se encuentra en la dirección opuesta al Sol (visible toda la noche) la fase es de luna llena, y existe la posibilidad de un eclipse de Luna.
El último eclipse solar visible como parcial en España tuvo lugar el 21 de agosto de 2017, si bien en malas condiciones al producirse a la puesta de sol. El próximo eclipse solar visible como total en España tendrá lugar el 12 de agosto de 2026, seguido de otro el 2 de agosto del año siguiente. Poco después, el 26 de enero de 2028, se podrá ver en España un eclipse anular.
