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Premios | “Princesa de Asturias”

Los siete magníficos que salvaron a la humanidad tienen cita en Oviedo en los premios “Princesa de Asturias”

Karikó, Weissman, Felgner, Sahin, Tureci, Rossi y Gilbert, padres de las vacunas contra el covid-19, mantendrán varios encuentros con el público en Oviedo

Nunca se había otorgado un premio “Princesa de Asturias” a una alianza de talentos que hubiera repercutido tanto y de forma tan inmediata en el bienestar de la humanidad. Los ganadores del “Princesa de Asturias” en la categoría de Investigación Científica y Técnica de esta edición han ayudado a salvar no se sabe cuántas vidas y han permitido que el mundo, paralizado muchos muchos e interminables meses, se reinicie. Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Ugur Sahin, Ozlem Tureci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert, unos desconocidos hasta hace bien poco, son los responsables, con sus investigaciones en inmunología, de que la vida haya echado a andar y empiece a recobrar el paso con el que lo hacía allá por el 2019, antes de la pandemia de covid-19. Ellos son los siete magníficos contra el covid, madres y padres de las vacunas contra el nuevo coronavirus, que son el producto de años de silencioso trabajo de laboratorio.

Karikó, Weissman, Felgner y Rossi mantendrán un encuentro con el público en la Fábrica de Armas de La Vega, en Oviedo, el 20 de octubre a las 19.30 horas. El 23 de octubre, en el mismo espacio, lo harán Sahin y Tureci, a las 12.00.

La bioquímica Katalin Karikó (Szolnok, Hungría; 1955) está considerada “la madre” de la vacuna contra el covid-19. Se graduó en Biología en la Universidad de Szeged, en su país natal, del que huyó durante la ocupación soviética. Se estableció en Estados Unidos y en 1985 se incorporó a la Universidad de Temple, en Filadelfia. Allí, en medio de muchas vicisitudes, logró sacar adelante sus investigaciones sobre el ARN mensajero. En 2013 se incorporó a la compañía farmacéutica BioNTech, donde actualmente ocupa el puesto de vicepresidenta sénior. Su trabajo sobre las moléculas de ARNm y sus posibilidades terapéuticas, ha sido decisivo para la consecución de las primeras vacunas contra el covid-19, desarrolladas por el laboratorio Pfizer. La huida de Hungría, con anécdotas novelescas como el dinero de toda la familia escondido en el oso de peluche de su hija, y sus encontronazos con superiores y colegas de profesión que cuestionaban su línea de investigación, ilustran su biografía. Sus avances sentaron las bases para que BioNTech y Moderna desarrollaran las vacunas aprobadas contra el nuevo coronavirus. Su aplicación va mucho más allá, también en enfermedades como el cáncer y autoinmunitarias y en la regeneración de tejidos.

En sus investigaciones ha trabajado codo con codo con Drew Weissman (Massachusetts, Estados Unidos; 1959). Weissman se especializó en Bioquímica y Enzimología en la Universidad Brandeis, en Massachusetts, y se doctoró en Boston. Siguió formándose en los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y en 1997 se trasladó a la Universidad de Pensilvania. Es ahí donde su trabajo confluyó con el de Karikó, con el estudio del ARNm y el sistema inmunitario innato. Allí imparte docencia y sigue investigando sobre el ARNm y su aplicación en el desarrollo de vacunas y en la terapia génica. Su trabajo ha cristalizado en varias patentes y comparte con Karikó el Premio Rosenstiel, que les fue otorgado en 2020.

Philip Felgner (Michigan, Estados Unidos; 1950), se graduó en Bioquímica en la Universidad Estatal de Michigan. Después de pasar por la Universidad de Virginia, se unió a la compañía Syntex Research y allí desarrolló la tecnología de la lipofección. Fundó la empresa Vical Inc. y sus hallazgos condujeron al desarrollo de vacunas de ADN, que introducen en el organismo el material genético que debe codificar para producir los antígenos que combaten los virus. Actualmente es el director del Centro de Investigación y Desarrollo de Vacunas y del Laboratorio y Centro de Capacitación de Microarrays de Proteínas de la Universidad de California. El premio “Princesa de Asturias” es para él una “oportunidad de recompensar a su equipo por sus años de dedicación y compromiso”.

El matrimonio formado por Ugur ’Sahin y Ozlem Tureci, ambos médicos, de origen turco y emigrantes en Alemania, fundó BioNTech, el laboratorio que, mediante un acuerdo con Pfizer, desarrolló la primera vacuna contra el nuevo coronavirus. Él se alegra de haber sido premiado con el “Princesa de Asturias” por lo que supone de reconocimiento a que “la ciencia puede marcar la diferencia de la humanidad”. Ugur Sahin (Alejandreta, Turquía; 1965) se graduó en Medicina en la Universidad de Colonia y se doctoró con una tesis sobre inmunoterapia en células tumorales. Trabajó como médico internista, en Hematología y Oncología. En el año 2000 se incorporó a la Universidad de Maguncia y un año después, junto a su esposa, fundó Ganymed Pharmaceuticals. En 2008, ambos crearon BioNTech. Además de trabajar en la vacuna contra el covid, sus esfuerzos se han centrado en el desarrollo de una vacuna basada en ARNm antitumoral. Además, Tureci (Lastrup, Alemania; 1967) ha contribuido al descubrimiento de antígenos cancerígenos y al desarrollo de terapias de ARN y otros tipos de inmunoterapias.

Derrick Rossi (Toronto, Canadá; 1966) es el fundador del laboratorio Moderna. Se licenció en Genética Médica y Molecular en la Universidad de Toronto y se doctoró en la de Helsinki (Finlandia). Pasó por Stanford y trabajó en la Facultad de Medicina de Harvard. En 2010 fundó Moderna, para explotar su descubrimiento sobre la capacidad de transformar y reprogramar células madre pluripotentes con tecnologías basadas en el ARNm. En 2015 fundó Intellia Therapeutics, que usa la edición génica, y en 2016 Magenta Therapeutics, centrada en el trasplante de células madre.

Sarah Gilbert (Northamptonshire, Reino Unido; 1962) lideró el ensayo de la Universidad de Oxford que concluyó con el desarrollo de la vacuna de AstraZeneca. Se graduó en Biología por la Universidad de Anglia Oriental (Inglaterra) y en 1994 se incorporó a la Universidad de Oxford, donde desarrolló una investigación sobre la malaria. Está especializada en el desarrollo de vacunas contra la gripe y contra patógenos emergentes y en 2011 dirigió el desarrollo de una vacuna universal contra la gripe.

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