Las contraventanas y puertas de muchas casas ya están cerradas. En Santa María del Puerto ya solo queda la decena de familias que viven todo el año en este núcleo de Somiedo, y los grandes fastos por la celebración de la entrega del premio “Pueblo ejemplar”, el pasado sábado, han dado paso a la cotidianidad del día a día, con el trabajo ganadero marcando las horas. Del galardón queda ahora el orgullo por la puesta en valor de su cultura vaqueira, mejoras en el pueblo, que ha sido remozado, y la esperanza de que sirva como atractivo turístico en una zona con gran gancho entre los montañeros. Y los visitantes, este domingo, fueron un goteo constante.
“Lleva todo el día viniendo gente y llegó hasta un autocar porque quieren ver el ‘Pueblo ejemplar’, es un premio gordo y nos va a ayudar”, estima Luzdivina Lorences mientras da cuenta de las casas que han cerrado tras el fin de semana festivo.
La normalidad regresa a Santa María del Puerto y los vecinos esperan ya la llegada de la nieve que, cada año, cubre el pueblo, prácticamente, de octubre a mayo. Están listos para palear y abrir paso para salir de casa.
Su esfuerzo por mantener su vida en una localidad a casi 1.500 metros de altitud apuntaló el premio “Pueblo ejemplar”, otorgado como homenaje a su tradición ganadera vinculada a los vaqueiros de alzada, quienes han conformado el paisaje mediante la actividad ganadera a través del tiempo, que les llena de orgullo. “Me encantó el discurso de Desiré Fernández, lo hizo fenomenal y nos emocionó a todos porque nos acordamos de nuestros abuelos, porque si tenemos amor por esta tierra es por ellos”, apuntó Nerea S. Lorences. Una cultura que han sabido conservar y revalorizar y que es todo un gancho ahora para la llegada de turistas.
“Lo vimos por la televisión y nos pareció guapísimo, me encantan las casas con piedra y pizarra”, destacó Flor Zambrano, de Gijón, una de las visitantes que este domingo recorrieron el “Pueblo ejemplar” 2021 con entusiasmo. “Eso sí, es para venir en helicóptero como los Reyes”, añadió su amigo, José Cortés, de Almería, dispuestos a ir a comer a Saliencia con sus parejas.
Santa María del Puerto ha sorprendido a los que no la conocían y uno de los encantos que ponen de relevancia son las praderías, perfectamente organizadas y divididas por muros de piedra seca que levantaron antaño los antepasados de las familias vaqueiras que la habitan en la actualidad.
Esa puesta en valor de la tradición de la trashumancia atrajo a vaqueiros de otras partes de Asturias y León, como la familia Bueno Mozo, de Lago de Babia. “Nos enteramos que habían estado los Reyes y vinimos para que mi padre le enseñase a los nietos la zona donde él nació y se crio, porque son colindantes”, explicó Lorena Bueno. A los niños les encantó y el abuelo estaba orgulloso: “Hacía mucho que no venía y está muy guapo, en esta zona son todos los pueblos muy bonitos”.
Hubo tanta gente ayer en El Puerto que a los vecinos les preocupaba que hubiese algún accidente en la zona donde ha quedado instalado el monolito que les reconoce como “Pueblo ejemplar”. De hecho, hubo esperas para hacerse la foto. Hasta allí llegó el grupo de aficionados de Harley Davidson “Asturias Chapter”, que este año recorren todas las localidades distinguidas con el premio. Todo surge a raíz de la restricción de movilidad entre comunidades autónomas por el covid-19, que les llevó a iniciar esta ruta por los “pueblos ejemplares” de Asturias. “Ya nos van quedando pocos y aprovechamos que les dieron este año el premio para venir y hacernos la foto”, comentó Carlos Benito.
