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Póker asturiano para los “Goya”

El actor Javier Gutiérrez, el guionista Jorge Guerricaechevarría, el diseñador de vestuario Alberto Valcárcel y el director de sonido Pelayo Gutiérrez, candidatos al triunfo el sábado

De izquierda a derecha, Jorge Guerricaechevarría, Javier Gutiérrez, Alberto Valcárcel y Pelayo Gutiérrez

El talento asturiano pintará mucho en la gala de los premios “Goya” que se entregarán el próximo sábado en Valencia. Un póker de ases que aspiran a ganar la partida cinematográfica del año: el actor luanquín Javier Gutiérrez por su trabajo en “La hija”, el guionista Jorge Guerricaechevarría por “Las leyes de la frontera”, el diseñador de vestuario Alberto Valcárcel por “El amor en su lugar” y el director de sonido Pelayo Gutiérrez por “El buen patrón”. La comarca avilesina está de cine.

Como son profesionales con mucho curro entre planos, apenas tienen tiempo para pensar en lo que pasará dentro de unos días. Valcárcel, por ejemplo, está trabajando en el spin-off de “Bird Box”, “la famosa película protagonizada por Sandra Bullock que aquí en España protagoniza Mario Casas, y no tengo mucho tiempo para cosas que no sean resolver lo inmediato del día a día de rodaje”.

Por supuesto que le hace mucha ilusión estar nominado, “especialmente con gente que admiro tanto como los otros nominados. De hecho Clara Bilbao, nominada por el vestuario de ‘Maixabel’, no solo es una de mis mejores amigas, es la maestra con la que he crecido en este oficio y de la que he sido ayudante durante muchísimas películas. Nuestra primera colaboración fue en ‘Carne de gallina’ en 1999, que se rodó en Asturias, y fue el primer rodaje profesional en el que participé”.

No ha preparado ningún discurso: “No quiero verme a mí mismo ensayando en el espejo del baño con un bote de champú en la mano... En el caso de que me lo dieran confío en tener capacidad de síntesis, que es la mejor forma de agradecer un premio; no aburriendo a quien te lo da”.

Guerricaechevarría afronta esta experiencia intentando no prestarle mucha atención: “Me pilla con mucho trabajo y no quiero que me distraiga. Siempre te hace mucha ilusión que te nominen, pero ya lo han hecho unas cuantas veces y eso hace que te lo tomes con más calma. Disfrutas por estar en ese grupito de películas que cuentan del año y de que te vas a encontrar con todos los compañeros en la ceremonia. A ver si hay suerte. O no. Estaré presente en Valencia”. No tiene pensado preparar un discurso. Por si acaso: “Como soy muy supersticioso en eso, antes preparaba algunas palabras, pero cuando lo gané con ‘Celda 211’ no, improvisé sobre la marcha”.

“El buen patrón”, la película de Fernando León con Javier Bardem “tiene muchas papeletas para vender, es un director muy querido entre los compañeros y a la gente en las salas la película le ha gustado mucho”.

Javier Gutiérrez ya sabe lo que es subir al escenario a recoger el “cabezón” del “Goya”: “La isla mínima” y “El autor”. Esta vez competirá por “La hija”, de Manuel Martín Cuenca, convertido ya en un actor indispensable del cine español. Estuvo nominado además por “El olivo” y “Campeones”. Gutiérrez encarna a un educador social que pacta con una adolescente embarazada que ella les entregue la niña a él y a su mujer, Adela, a cambio de un sustento y de sacarla del centro de menores en el que se encuentra interna.

Un trabajo de gran austeridad dentro de un ramaje dramático que mezcla drama, suspense y terror en una combinación explosiva sobre la que sobrevuela un dilema moral. “Los actores estamos para defender, no para juzgar a los personajes”, dejó claro Gutiérrez, quien proclamó en su máximo triunfo con “La isla mínima”: “La vida es como una aventura, un juego. Decía Picasso que venía de lejos pero que era un niño... Ahora, la aventura continua”.

Pelayo Gutiérrez (vencedor por “El otro lado de la cama”, “Te doy mis ojos” y “Obaba”, y multinominado) encontró “El buen patrón” a un director como Fernando León, “muy meticuloso, que explora todo lo rodado hasta encontrar lo que quiere, se juntó el hambre con las ganas de comer, porque yo también lo soy”. Este año, reconoce, “me emocioné mogollón, como hacía años que no lo hacía con la nominación. Depende de la situación, del momento, de la película. Es un año especial por muchos motivos. Las primeras veces estaba nervioso antes, pero la experiencia te da cierta tranquilidad”.

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