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Crítica / Música

El Pablo Alborán más cantautor se llevó los aplausos de Asturias

El artista recorre su trayectoria en formato acústico en la doble presentación de su último trabajo en el teatro de la Laboral

Dos fechas, dos llenos. Esta es la cosecha de Pablo Alborán en su paso por Asturias para presentar su último álbum, “Vértigo” (2020). En el teatro de la Laboral no quedó ni una butaca libre, lo que confirma la buena conexión del malagueño con el público asturiano, y éste no defraudó, entregándose desde los primeros compases de un concierto que será recordado por la cercanía que permite el teatro.

Sobre las tablas del auditorio de la Laboral, y con una banda reducida a percusión y guitarras, Alborán sacó a relucir su faceta de cantautor e interpretó parte de los temas en solitario, para deleite de sus seguidores, que pudieron disfrutar de muchos de los temas que han consagrado la carrera del malagueño.

Salió solo al escenario, aferrado a una guitarra para atacar “Hablemos de amor”, y solo continuó durante los primeros temas, pasando de la guitarra al piano para interpretar “Ecos”. Con este arranque, Alborán marcó la tónica del concierto; en estas primeras canciones mostró sus dotes para emocionar al público jugando con los retardos de los fraseos, estilando los versos y deteniendo puntualmente el avance de los temas con notas tenidas prolongadas en el tiempo.

Estos alardes vocales se produjeron en varios momentos del recital, siempre con una ovación cerrada como resultado. Y con cada píldora de intensidad la emoción fue creciendo progresivamente hasta el clímax.

El formato acústico no restó fuerza al concierto, porque Alborán venía con un repertorio cargado de éxitos, como “Tanto” o “Saturno”, que sonaron ya en la primera parte del recital. No dejó pasar la oportunidad de cantar a capella algunos versos de “Quimera”, y fueron muchas las ocasiones en las que los asistentes acompañaron al malagueño coreando “La escalera” o “Perdóname”.

Los éxitos se fueron sucediendo, a veces agrupados a modo de medley, y siempre con una impronta acústica que les daban un aire nuevo. Por momentos, incluso llegamos a olvidar que estábamos en la gira de presentación de su último disco, y es que temas nuevos como “Si hubieras querido” o “Que siempre sea verano” o “Castillos de arena” quedaron perfectamente integrados en el repertorio.

Esta gira de teatros nos trae un Alborán más reposado. Después de los guiños a la música caribeña en sus giras anteriores, y tras su consolidación como artista latino en el panorama internacional, el malagueño parece haber querido volver al pop desde las baladas al piano y los medios tiempos aflamencados, como medio de reencuentro con su público español. Por supuesto, encontramos trazas afrocaribeñas en temas como “De carne y hueso” o en “La fiesta”, pero siempre imbricados en estructuras y maneras pop.

Fueron casi dos horas de concierto, más de una veintena de canciones y una tanda de bises que se abrió con una emocionante versión de “Sobreviviré”, de Manzanita, armaron un concierto que demuestra la solidez de Pablo Alborán como músico versátil, capaz de adaptarse a cualquier formato y con mimbres para seguir creciendo por distintos terrenos como cantautor, siempre a golpe de nuevas canciones.

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