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La fotografía vuelve a su cumbre natural

El Memorial “María Luisa” entrega sus premios de fotos y vídeos rindiendo homenaje a la amenazada naturaleza que sirvió de cobijo en la pandemia

Los premiados en la 32.ª edición del Memorial “María Luisa”, ayer, en el teatro Filarmónica. | Jaime Casanova

La fotografía hizo cumbre ayer en Oviedo a ritmo de gaita, aplausos y premios. Muchos premios. El Memorial “María Luisa” entregó ayer sus galardones en un repleto Teatro Filarmónica en un homenaje a la naturaleza que, durante los años de pandemia, sirvió de refugio y de cobijo para muchos. Así lo señaló el presidente del memorial, Román Benito, minutos antes de que comenzaran a desfilar los galardonados, algunos de países tan lejanos como Canadá, y otros de lugares más próximos como Italia o Francia. Y aún más próximos como la propia Asturias. “La pandemia ha sido un periodo de meditación, incluso nosotros tras la entrega telemática del año pasado hicimos una reflexión para ver si nuestro empeño tenía sentido”, señaló. Lo tenía, por eso la fotografía volvió a hacer cumbre.

Luca Lorrenz recoge su premio de manos de Pedro Cepeda, de Ordum. | Jaime Casanova

“La naturaleza fue cobijo durante los años de pandemia, refugio que muchos descubrieron, un espacio de esparcimiento”, destacó. Por eso, agregó, los más jóvenes no entienden cómo “hemos podido llevar al planeta a esta encrucijada. Pero este certamen es una fábrica de esperanza, de sueños e ilusiones”. Detrás de cada fotografía se esconde toda una historia. Cada clic de la cámara tiene mucho trabajo que no se ve. El Memorial recibió este año 16.000 fotografías y más 125 películas. Y, según destacaron los presentadores de la gala, Pedro Laguna y Alicia Jato, cada año va creciendo el número de participantes y también el de países desde donde llegan las imágenes.

El tenor Miguel Borrallo durante su actuación, con una de las imágenes del concurso al fondo. | Jaime Casanova

Hace ya unos cuantos años –el Memorial va ya por su 32 edición–, en 2006 se decidió crear una categoría para premiar a los jóvenes artistas. El que ganó el premio en esta ocasión, Luca Lorenz, alemán de 16 años, fue uno de los más vitoreados por el público. Con timidez y en inglés agradeció el premio con un “estoy súper feliz”. Su fotografía reflejaba el viaje de unos estorninos.

Igual de festajado fue Marco Galotti, natural de Italia, y que fue el ganador absoluto del certamen con una imagen titulada “The big fire”. Fue tomada, explicó también en inglés, durante uno de los primeros viajes que pudo hacer después de la pandemia. Fue en Kenia. Allí un buen día vio cómo un tremendo incendio destrozaba con avidez una extensa zona de pastoreo. Las llamas habían sido causadas por un rayo y Galotti supo inmortalizar con extrema destreza cómo una columna de humo y fuego se agigantaba en el horizonte. “Impresionó la rapidez con la que se propagó”, recordó ayer en Oviedo.

Hubo alguno de los premiados que incluso tiró de chuleta; tenía ya el discurso preparado desde casa. En este caso, desde Francia. Fue el caso de Alexandre Hec que, durante sus agradecimientos, aseguró sentirse preocupado por las cada vez más palpables consecuencias del cambio climático sobre la naturaleza. Mientras que Carlos Siñeriz, director de la Fundación Cajastur, puso el acento en que el certamen de fotografía asturiano va camino de colarse como uno de los tres más importantes del mundo.

Uno de los momentos más emotivos de la gala tuvo lugar cuando el tenor Miguel Borrallo cantó una pieza de ópera y, por detrás, en la pantalla del teatro se proyectaron imágenes de la piloñesa María Luisa Álvarez, a quien el Memorial debe su nombre, y que falleció en un accidente de montaña en los 90. En el acto también estuvieron presentes el alcalde de Piloña, Iván Allende; el concejal de Cultura de Oviedo, José Luis Costillas; y el director general de política lingüística del Gobierno del Principado, Antón García. Más representantes de las marcas que patrocinan el Memorial. Todos, incluidos los premiados, cerraron el acto cantando el “Asturias Patria Querida” al ritmo de la banda de gaitas Ciudad de Oviedo.

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