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ANTONIO FERNANDEZ RAÑADA, CATEDRATICO DE FISICA.

"Era un investigador y un sabio", dicen quienes conocieron al físico ovetense Antonio Fernández-Rañada, fallecido ayer a los 82 años

Investigador, divulgador y docente, fue uno de los grandes de la Física en España

Antonio Fernández-Rañada Menéndez de Luarca (Oviedo, 1939), uno de los grandes investigadores de España en el campo de la Física, catedrático emérito de la Universidad Complutense, expresidente de la Sociedad Española de Física, ensayista y autor de obras de divulgación de referencia, ha fallecido en Madrid a los 82 años.

La Sociedad Española de Física, que presidió durante diez años, comunicaba la noticia y de inmediato discípulos, compañeros y amigos se sumaban a las condolencias con el reconocimiento a quien fuera un gran científico, experto en electromagnetismo, mecánica cuántica y física teórica, especialmente interesado en los aspectos teóricos y básicos de esa rama del saber, así como un divulgador y docente comprometido.

Fernández-Rañada confesó en sus memorias, en LA NUEVA ESPAÑA, que descubrió su vocación científica hacia 1956, cuando era alumno de Ingeniería en Madrid. El filósofo José Antonio Marina –con el que coincidió en su residencia de estudiantes– le pasó un libro sobre Física Cuántica y le persuadió de que la probabilidad, y no el determinismo, era más propia de las leyes de la naturaleza. Y le abrió los ojos.

Se licenció en la Complutense, completó su formación en Francia, en el Laboratorio de Física Teórica de Partículas Elementales de La Sorbona, y en la Junta de Energía Nuclear (actual CIEMAT) de Madrid. Se doctoró en París en 1965 con una tesis sobre partículas elementales y dos años después firmó una segunda tesis en la Complutense. Llegó a ser catedrático de Electromagnetismo en la Facultad de Física de la Universidad Complutense –de la que fue decano entre 1978 y 1986–, después de haber sido titular de las cátedras de Mecánica Teórica y Física Teórica, y fue profesor agregado de Mecánica Cuántica en la Universidad de Barcelona. Su permanente necesidad de acercar la ciencia a ambientes no especializados le llevó a firmar un centenar de trabajos de difusión internacional. Desde su autorizado punto de vista, crítico y constructivo, durante años le preocupó la falta de consideración social que tenía la física y el alejamiento de la ciudadanía respecto a su impacto en la cotidianidad.

Tras conocer su fallecimiento, el físico Pedro Miguel Echenique destacaba que Rañada “fue un gran científico y una gran persona. No solo era un investigador; era un sabio con amplitud de conocimientos y de intereses en el campo de la física. Y, además, era un hombre con una profunda inquietud intelectual y humana, de la que dejó muestra en numerosas obras en las que, con valentía, reflexionó sobre los temas más profundos”.  

"Fue un gran científico y un hombre con una profunda inquietud intelectual y humana, de la que dejó muestra en numerosas obras en las que, con valentía, reflexionó sobre los temas más profundos”

Pedro Miguel Echenique . Físico

El ovetense ejerció además un destacado liderazgo en la comunidad científica nacional. Fue director del Grupo Interuniversitario de Física Teórica (GIFT) y fundador y director durante diez años de la “Revista Española de Física”. Logró el Premio de Investigación en Física de la Real Academia de Ciencias (1997), así como medalla de la Real Sociedad Española de Física (1985), y también obtuvo el Premio Internacional de Ensayo “Jovellanos” (1995) y la Medalla de Plata del Principado de Asturias (1999). Fue presidente del Consejo de las Artes y las Ciencias del Principado de Asturias. Y formó parte del jurado del premio “Príncipe de Asturias” de Investigación Científica y Técnica, además de haber sido “Asturiano del mes” de LA NUEVA ESPAÑA. Antonio Fernández-Rañada estaba casado con la también física María Shaw Martos, y era hermano del urbanista Ramón Fernández-Rañada y del también físico Manuel Fernández-Rañada; tenía dos hermanas más en Oviedo, Carmen y Josi.

Su cadáver está siendo velado en la sala 18 del Tanatorio de la M-30 de Madrid y a las 20.00 horas será incinerado en el cementerio de La Almudena, donde habrá un responso por su descanso.

El químico Amador Menéndez recalcó sobre la figura de Rañada que “ha sido un gran investigador y un gran profesor. Y, además, un humanista de la ciencia que se preocupó de la divulgación en todos los entornos. Y un físico de referencia”.

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