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Tarjetas descuento para que los niños coman más sano: así reducirá el Gobierno la obesidad infantil

El Gobierno lanza un plan de 200 medidas para combatir el sobrepeso y reducir un 25% la tasa de niños con más talla de lo normal en ocho años

La lucha contra la obesidad infantil pasa por implantar estilos de vida saludable EP

El Plan Estratégico para la Reducción de la Obesidad Infantil (denominado “En Plan Bien”) se ha puesto un objetivo: reducir la prevalencia del sobrepeso y la obesidad infantil en un 25% de aquí a 2030. Así lo dijo ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que reconoció que “se trata de un objetivo ambicioso y cuantificado” que requiere “de muchas manos y mucha determinación”, dado que no “es una tarea fácil”.

La estrategia, presentada ayer con participación de la asturiana María Neira, directora de Salud Pública de la OMS y el deportista Pau Gasol, entre otros invitados, incorpora medidas para fomentar la alimentación saludable y el deporte, pero también el bienestar emocional y el descanso, en un enfoque multidisciplinar. Asimismo, prevé que se forme “una gran alianza” entre todos los sectores implicados en la salud en la infancia.

El plan contiene 200 medidas, entre las que destacan la prescripción, por parte de los centros sanitarios, de ejercicio físico en los niños; el establecimiento de tarjetas digitales de ayudas alimentarias, para favorecer la accesibilidad económica a los alimentos saludables, que son normalmente más caros que la comida procesada; o el aumento de los espacios verdes y deportivos. En el ámbito educativo, prevé que haya comedor en todas las etapas educativas, una instalación de la que carecen el 27% de las escuelas infantiles o de primaria y el 90% de los institutos; que se incluya la nutrición en los planes educativos o que los patios se abran fuera del horario escolar. Y, en el ámbito cultural, propone que las administraciones forjen “alianzas” con influencers que tienen gancho en niños y adolescentes, para fomentar los hábitos saludables. El objetivo, además de reducir un 25% la prevalencia del exceso de peso, es reducir en un 40% la brecha social de la obesidad, incrementar un 10% la actividad física; reducir en un 25% el sedentarismo; aumentar en un 10% las horas de sueño o incrementar en un 50% la adherencia a la dieta mediterránea.

El problema es que la estrategia no tiene un compromiso presupuestario asociado. La financiación “requerirá de la movilización de recursos de distintos niveles de la administración” y sus actuaciones “tendrán una consideración prioritaria” en los Presupuestos Generales del Estado. La obesidad infantil es uno de los principales problemas de salud pública a nivel internacional y se asocia, junto con el sobrepeso, a numerosos problemas de salud tanto en la infancia como en la edad adulta.

España es uno de los países con más prevalencia. Según datos de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), cuatro de cada 10 niños tienen exceso de peso –23,3% sobrepeso y 17,3% obesidad–, siendo la obesidad más frecuente en los niños y el sobrepeso en las niñas. En la última década, el exceso de peso de 6 a 9 años se ha estabilizado en altos niveles de incidencia. Además, el porcentaje de niños con obesidad se duplica en las familias con menos ingresos (23,7%).

En la diana, la edad equivocada

El pediatra naviego Venancio Martínez, que durante años fue secretario del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (2005-2013), sostiene que la tendencia de la infancia con respecto a la obesidad “es pésima”. Y no se ha modificado en los últimos años, pese a los muchos planes y programas planteados al respecto. Así que sobre esta nueva estrategia, el pediatra asturiano aprecia luces y sombras. “Se vuelve a enfocar el abordaje sobre los niños en edad escolar y es un error. Hace años que se comprueba que es difícil modificar hábitos y conductas alimenticias y de vida saludable, lo que supone que en cuanto cesa la presión, los niños vuelven al punto de partida. Lo que hay que intervenir es en el momento de la adquisición de esos hábitos. Y eso supone que hay que actuar en los primeros años de vida, e incluso en la etapa prenatal. Así lo apuntan las investigaciones más modernas”, sostiene. El temor de Venancio Martínez es que “esta vuelva a ser una campaña fallida en la que se gaste dinero y energías”, que no se apoye “en fundamentos de investigación sólidos”. Y lo dice por propia experiencia: “participé en la elaboración de la estrategia NAOS, que tenía ingentes cantidades de dinero asociadas y que fue un fracaso porque quedó en nada. Hay que evitar que eso vuelva a ocurrir”.

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