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Carmen Martínez Científica del CSIC, alma del proyecto de recuperación y comercialización de Rosa Narcea

Carmen Martínez, investigadora del CSIC: "La Rosa Narcea puede ser un revulsivo y un arma contra la despoblación en el occidente"

“Estamos en la fase de hacer el primer contrato a una persona joven de la zona”

Carmen Martínez, en una de las plantaciones de Rosa Narcea, con el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, a su lado.

Carmen Martínez lleva años dedicada al sector vitivinícola -a ella se debe la recuperación de variedades originarias de vides de Asturias- y solo unos pocos enamorada del mundo de las rosas. Y en ambos campos su trabajo y el de su equipo parece enraizar con la fuerza necesaria para que su investigación no se quede solo en el laboratorio. 

Ahora disfruta del éxito de ver cómo se encarrila la recuperación de una rosa única en el mundo, la Rosa Narcea, una de las poquísimas rosas antiguas que quedan, y cuyas cualidades en cuanto a fragancia, contenido de aceites esenciales y polifenoles la hacen especialmente atractiva para su aprovechamiento en el sector de la cosmética, del perfume incluso de la gastronomía. 

En poco más de un mes empezará la cosecha de pétalos y con ella, la verdadera andadura de la primera empresa nacida al calor de este nuevo negocio en Cangas del Narcea. 

–¿En qué momento nace esta historia de amor, ciencia y negocio en torno a la Rosa Narcea?

–Nos remontamos al 2018 y la idea surge por casualidad. Había acudido a Bulgaria al congreso mundial de la vid y el vino. Un país que, como es conocido, tiene un gran negocio vinculado a la producción de rosas para la perfumería y la cosmética. Me acerqué a oler una rosa y nada más olerla me vino a la mente la fragancia de mi casa en Carballo, en Cangas del Narcea. La rosa ni se parecía a las del jardín de mi casa, pero el aroma es distinto y especial y lo reconocí enseguida. Es un rosal que lleva toda la vida allí; y lo tenemos documentado al menos desde 1832 En Bulgaria me interesé por el mundo de las rosas, que me pareció muy interesante, y al volver a casa seguí investigando hasta llegar a donde estamos ahora.

arubiera@epi.es

–¿Y en qué momento está?

–Sometimos a esa rosa a un proceso de selección científica, identificamos su perfil de ADN, hemos logrado el reconocimiento de su exclusividad por parte de los organismos internacionales de protección vegetal y hemos publicado los artículos científicos que verifican que es una rosa única en el mundo.

–Y han multiplicado ese único rosal. Porque ahora tienen 400 rosales plantados en cuatro parcelas. ¿Por qué cuatro?

–Estamos usando una parcela en mi pueblo, en la aldea de Carballo, a 500 metros del nivel del mar; otra en Cibea, a 700 metros y otra en Genestoso, a 1.200. En esas tenemos plantaciones experimentales con las que estamos haciendo la investigación para comprobar dónde se aclimatan mejor o cómo florecen, las diferencias que puede haber en las semanas de floración, o si dependiendo de la altura los aceites esenciales pueden tener más concentración de compuestos o menos.

–¿La cuarta parcela?

–Esa es la de la empresa de base tecnológica que ya se ha creado, Aromas del Narcea. Es una empresa creada hace unos meses de la que formamos parte los cuatro socios científicos que nos hemos dedicado a este proyecto, que tenemos el 40% de la empresa, y otros tres socios del ámbito de la perfumería y las finanzas, que tienen el 60%.

–¿Alguno más de los miembros del grupo es asturiano?

–Solo yo soy asturiana, pero todos los miembros de mi grupo han dado sus primeros pasos en la carrera científica, o en su formación técnica, entre los viñedos de las montañas asturianas y ahora entre nuestros campos de rosas. Todos ellos guardan muy buenos recuerdos de Asturias y de las múltiples aventuras que hemos vivido juntos allí. Esperamos poder seguir disfutando de ello y contribuir al desarrollo de la zona y a la disminución del problema de la despoblación, a través de la Plataforma Alcinder que coordino junto con otro miembro del equipo.

–¿Aromas del Narcea ya da empleo en el occidente?

–Estamos en fase de hacer el primer contrato a una persona joven de la zona.

–¿Qué idea de futuro tienen?

–La idea es seguir plantando en el valle, que sea un cultivo singular de la zona, para que también sea un revulsivo económico y una alternativa agraria para todos. Una forma de luchar contra la despoblación del occidente.

–¿Cuánta ilusión te haría ver hectáreas y hectáreas de rosaledas en Cangas del Narcea?

–Es el sueño que perseguimos desde el inicio no solo yo, sino todas las personas que han colaborado en este estudio (que han sido muchas), o que lo han vivido de cerca y que nos han visto ir avanzando paso a paso en este proyecto. La frase más repetida es “¿¿os imagináis la maravilla que sería este valle cubierto de rosas ??”. La verdad es que todo el mundo que se ha ido enterando de la existencia de este proyecto nos ha ofrecido todo tipo de apoyo y colaboración y hemos recibido mucha energía positiva. Hemos sido muy afortunados. Para los cuatro científicos, socios tecnológicos fundadores de la EBT (Spin-Off) Aromas del Narcea, el mejor premio sería ver hectáreas de rosaledas en la zona. Nadie se imagina el enorme esfuerzo que hemos tenido que hacer para sacar adelante este estudio, las dificultades y obstáculos que hemos tenido que sortear, en plena pandemia, para no perder datos cuando estaban restringidos los movimientos y veíamos que las rosas florecían sin poder ir a tomar muestras, los momentos de incertidumbre, de espera,…..  

–¿Su Rosa Narcea puede extenderse por toda Asturias?

–Es una rosa muy adaptada a la zona de montaña. Necesita frío y aunque quizá podría adaptarse a otros lugares, nosotros queremos que se cultive en el occidente asturiano. 

–Llegado el caso, ¿dejaría el mundo de la vid y el vino por el de las rosas?

–Nunca dejaré el mundo de la vid y el vino. Me apasiona, llevo 35 años trabajando en ello y no podría dejarlo. Son perfectamente compatibles, porque al ser las dos especies leñosas, gran parte de los métodos de estudio son similares. Por otro lado, el crecimiento de las plantas, épocas de floración de la rosa o maduración de la uva, tratamientos, etc, se producen de tal manera, que el estudio de ambos a la vez, es muy fácil. Incluso, la explotación agraria de la rosa es perfectamente compatible con la del viñedo y el mismo personal que trabaja en un cultivo, podría trabajar perfectamente en el otro. Lo que sí voy a hacer es combinar vino y rosas en un proyecto sobre el que llevo pensando varios años. Tengo que decir también que nuestro grupo de investigación se llama Viticultura, Olivo y Rosa, porque desde hace ya 10 años, estoy trabajando también en la recuperación de los olivos autóctonos gallegos, que son un tesoro escondido que también teníamos ahí sin explotar.

–¿A qué huele Rosa Narcea?

–No sabría definirlo, pero sí podría decir que para mí el aroma de Rosa Narcea es el que desde pequeña me viene a la cabeza cuando alguien habla de olor a Rosa. Siempre lo asocio con la imagen de una mañana soleada del mes de mayo o junio en mi aldea asturiana (Carballo-Cangas del Narcea).

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