La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El conservador gijonés Carlos Magdalena lleva a la botánica mundial una nueva especie de nenúfar gigante

Miembro del equipo del Kew Gardens de Londres, el asturiano forma parte del grupo de expertos que acaban de registrar la más gigante de estas plantas acuáticas, la "Victoria boliviana"

Carlos Magdalena y Lucy Smith sujetan una hoja. | Kew Gardens

La botánica mundial está disfrutando de un nuevo hallazgo. Un artículo recién publicado en la revista "Frontiers in Plant Science" certifica y detalla el descubrimiento de una nueva especie de nenúfar gigante del género "Victoria", la tercera registrada en más de un siglo (hasta ahora se conocían la "Victoria amazonica" y "Victoria cruziana") y desmonta el error histórico de que se caracterizasen mal algunas de estas plantas.

En ese hallazgo de la nueva especie, bautizada "Victoria boliviana", se encuentran el buen ojo y las cualidades científicas de un gijonés, Carlos Magdalena, que hace dos décadas encontró en Londres su razón de vivir profesional: la horticultura. En la capital británica, donde empezó trabajando de camarero, se formó como horticultor en la escuela del Kew Gardens, los jardines reales con la colección botánica más grande del mundo, y allí se quedó, hasta convertirse en un miembro destacado de su equipo científico.

Carlos Magdalena y Lucy Smith, dos de los coautores de la investigación, con una de las hojas de nenúfar de la especie «Victoria boliviana». | Kew Gardens

El trabajo de Magdalena ya le ha dado más de un titular informativo y muchas presencias en la BBC –en Reino Unido está considerado casi como una "celebrity gardener"–, sobre todo por su contribución a la recuperación de variedades botánicas en extinción. Su primer gran éxito fue la reproducción de un nenúfar enano ruandés, y tanta dedicación ya le ha dado para contar su vocación en un libro, "El mesías de las plantas", el mote con el que algunos lo identifican.

Ahora Carlos Magdalena vuelve a verse en los telediarios del mundo con otro nenúfar, pero esta vez gigante. Es uno de los firmantes principales del nuevo hallazgo, que, si bien tiene muchos protagonistas con los que el gijonés reparte méritos, tiene en Carlos Magdalena la exclusividad de la cabezonería. Porque fue él quien un día del año 2006, viendo una imagen de su ahora "Victoria boliviana", tuvo el pálpito de que se trataba de una especie diferente: ni la amazónica, ni la cruziana. Lo curioso es que ejemplares de esa planta llevaban depositados en el herbario de Kew desde hace 177 años y en el Herbario Nacional de Bolivia –de donde es originaria– desde hace 34, aunque durante todo ese tiempo se creía erróneamente que estos pertenecían a la especie "Victoria amazonica".

"Esta planta es tan supericónica... Si hubiera que escoger las diez plantas más maravillosas del reino vegetal, esta estaría siempre", subraya Magdalena. Resalta las características que la hacen extraordinaria a sus ojos: "Es un nenúfar que puede llegar a alcanzar tres metros, en el que puedes poner a una persona –él mismo puso sobre ella a su hijo de seis años y de más de 20 kilos–, en la que los pájaros hacen nidos, que tiene flores de 70 centímetros... Tiene una especie de aura, de exotismo, no hay nada con lo que compararlo". Asegura que, "una vez que conoces una especie, es como conocer a una persona. Con solo un vistazo no hace falta pensar", así que "un día yo me encontré con una foto y me di cuenta automáticamente en cuanto la vi de que era otra especie". Pero apunta que, en realidad, ya fue descubierta y dibujada por primera vez por el naturalista Tadeo Haenke durante las expediciones españolas de Malaspina en 1801. Fue también la primera especie registrada del género "Victoria", si bien entonces no fue descrita como especie científica.

Magdalena y su compañero, midiendo un nenúfar de la especie Victoria boliviana. Kew Gardens

Como horticultor, Magdalena reconoce que tiene "un sexto sentido que te dice que algo no encaja". En este caso, para él ha sido como "descubrir una cosa que realmente ya estaba descubierta, pero que tampoco estaba descubierta". Todo un trabalenguas detrás del que hay años de estudio compartidos con la artista botánica independiente Lucy Smith, de Kew, y la investigadora de genómica de la biodiversidad Natalia Przelomska, junto con compañeros del Herbario Nacional de Bolivia, el Jardín Botánico Santa Cruz de la Sierra y los Jardines La Rinconada. En ese tiempo han compilado toda la información existente sobre la especie "Victoria" de los registros históricos, la horticultura y la geografía; hicieron análisis de ADN, pruebas moleculares... y reunieron un conjunto de datos de las características de la especie utilizando la ciencia ciudadana y especímenes de herbarios y colecciones vivas de todo el mundo.

Todo acabó por confirmar lo que los autores sospechaban: que, en realidad, hay tres especies en este género icónico, que lo más factible es que la nueva especie esté más estrechamente relacionada con "Victoria cruziana" y que el nuevo taxón divergió de su pariente más cercano hace 1,1 millones de años y ambos a su vez divergieron de "Victoria amazonica" hace 9 millones de años. Carlos Magdalena lo contaba así en sus redes sociales: "Poco podía imaginar que una imagen online vista en 2006 me haría retroceder millones de años"...

El hijo de Magdalena, sobre una hoja del nenúfar gigante. |

"Frente a una rápida tasa de pérdida de biodiversidad, describir nuevas especies es una tarea de fundamental importancia; esperamos que nuestro marco multidisciplinario pueda inspirar a otros investigadores," declara Natalia Przelomska. "Victoria boliviana" es ahora el nenúfar más grande del mundo, con flores blancas que luego se vuelven rosas, con peciolos espinosos y con hojas que crecen hasta los tres metros de ancho en estado natural. El récord actual lo poseen los Jardines La Rinconada, en Bolivia, donde las hojas llegaron a los 3,2 metros.

"Es necesario documentar de forma fiable la diversidad vegetal para protegerla y beneficiarse de ella de forma sostenible", suscriben los autores como gran objetivo final.

Compartir el artículo

stats