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Carlos López-Otín, investido doctor honoris causa por la Universidad Nebrija

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López-Otín, investido honoris causa por la Universidad de Nebrija: "No hay dos tumores iguales"

El catedrático en Bioquímica ha recordado en su lección magistral que en el ámbito de la salud "no hay algoritmos" incuestionables

Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Oviedo, ha sido investido esta mañana doctor honoris causa por la Universidad Nebrija, en Madrid. Este centro, a propuesta de su Consejo de Gobierno, había acordado hace meses la distinción al catedrático, en atención a sus excepcionales méritos en el ámbito académico y científico.

Carlos López-Otín, en su discurso de investidura, habló sobre el deseo por aprender y la importancia de la educación. "Siempre he tratado de educar a mis alumnos y a mis estudiantes en el asombro, porque es la manera en la que yo me eduqué a mi mismo: asombrándome por lo que me rodeaba, por la vida", declaró.

Recordó cómo sus primeros maestros le enseñaron a leer, en la escuela de montaña de su pueblo natal, Sabiñánigo, en Huesca, y cómo a partir de ahí fue escalando en conocimientos. Reivindicó la figura del "maestro Nebrija", que "traspasó los límites de la gramática y fue capaz de escribir de matemáticas, geografía, de astronomía...", y su modo de entender la Universidad, con el que él coincide. "En estos mundos de abreviaturas y siglas, Antonio de Nebrija, ADN, lleva en su nombre inscrita la esencia molecular de la vida, ese largo verso elicoidal que contiene nuestros secretos biológicos más íntimos", hizo notar ingeniosamente el bioquímico. "La vida es un arte molecular", dijo, como uno de los grandes descubrimientos de su carrera. Habló de los genomas, de los metagenomas y, en definitiva, de "la gramática de la vida y el arte de los genes", cuyo estudio ha sido su razón de ser.

López-Otín citó y aludió a algunos de sus referentes científicos, literarios y vitales, como el poeta ovetense Ángel González y el moscón Fernando Beltrán, ayer en el acto y al que, además de por sus versos, admira por ser su "nombrador favorito de cosas". También citó a Jorge Luis Borges, a Einstein, Steinbeck y habló del bioquímico Sammy Basso, con síndrome de progeria y con el que colabora en el estudio del envejecimiento. Para el acontecimiento se rodeó de familiares, compañeros y colegas de investigación.

Carlos López-Otín expresó su convicción de que, "en vez de hacer ingeniería genética para vivir más deberíamos hacerla para ser mejores".

Durante su discurso de investidura, Carlos López-Otín ha reflexionado sobre sus avances en la cura del cáncer y la importancia del ámbito de la salud, “ese territorio difuso y gris que no puede llenarse con los algoritmos que predicen enfermedades o definen tratamientos”. También se ha referido a que "debemos tener siempre presente que no hay dos tumores iguales y cada uno requiere un tratamiento personalizado". "No hay dos copos de nieve iguales, eso me lo enseñó mi abuelo, y de la misma manera no hay dos tumores iguales". añadió.

La propuesta del doctorado honoris causa para López-Otín partió de la Facultad de Ciencias de la Vida y de la Naturaleza de la Universidad Nebrija. En el acto de investidura fue la exministra Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec y doctora en Ciencias Biológicas y exministra de Ciencia e Innovación, quien ha hecho de madrina, exponiendo los méritos de López-Otín y sus contribuciones en el campo de la genómica, el cáncer y el envejecimiento, "situando a nuestro país en la vanguardia internacional", como destacó. "Durante la última pandemia, Carlos también dedicó su talento, como no podía ser de otra manera conociéndolo, a luchar contra la amenaza que sufríamos todos, descubriendo un gen humano esencial para la infección del coronavirus", indicó. La ex ministra destacó su inclusión en el grupo de los diez investigadores europeos de mayor impacto y citó su Premio Nacional de Investigación Ramon y Caja, pero hizo notar que lo que lo diferencia es "su entrega a sus alumnos, con una dedicación continua e inspiradora, centrada en los mejores valores de la investigación; su entrega a los pacientes que encuentran en el consuelo personal además de soluciones científicas y médicas, y su entrega a la sociedad, generando comprensión, empatía y esperanza". Garmendia destacó que toda su labor, además, la ha realizado desde Oviedo y le atribuyó "la mayor de las excelencias en toda su trayectoria vital".

La bienvenida al centro se la dio, muy efusiva, el rector de la Nebrija, José Muñiz Fernández, doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, Catedrático de Psicometría, académico de la Real Academia de Psicología y experto en Psicología Matemática, quien inició su carrera en la Universidad Complutense pero ejerció desde 1987 hasta el 2020 -cuando fue nombrado rector- como catedrático de Psicometría en la Universidad de Oviedo.

Muñiz se refirió a que el trabajo y las ideas de Otín "son una fuente de inspiración", y recalcó que es un científico "de primer nivel mundial, con un currículo que impresiona. Es una envidia. Un lujo para cualquier claustro universitario y un faro inspirador". "Eres bienvenido al claustro de doctores del Nebrija y es un honor tenerte entre nosotros; uno más en perseguir la doble pasión nebrijense: la pasión por saber y la pasión por entender", le dijo.

El acto de investidura ha contado con una nutrida representación de la Universidad de Oviedo ya que han acompañado a López-Otín el rector Ignacio Villaverde; el vicerrector de Investigación, Antonio Fueyo; el vicerrector de Relaciones Institucionales y Coordinación, Humberto R. Soya; el delegado del Rector para la Transformación Digital, Secundino González, y el exrector Vicente Gotor, entre otras autoridades académicas. También estuvo presente en el acto Ana Isabel Fernández, rectora de CUNEF Universidad y nueva presidenta de la Fundación Princesa de Asturias. Por parte del Gobierno de Asturias se desplazó a Madrid el consejero de Ciencia, Borja Sánchez.

Carlos López-Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, donde desarrolla su labor docente e investigadora desde 1987, es reconocido internacionalmente por sus aportaciones centradas en el cáncer, las enfermedades hereditarias y el envejecimiento..

Su labor profesional se ha desarrollado en el Centro Ramón y Cajal de Madrid, en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid, y en las Universidades de Lund (Suecia), Nueva York y Harvard (Estados Unidos). Los trabajos de Carlos López-Otín han quedado reflejados en más de 30 capítulos de libros y más de 400 publicaciones en revistas internacionales incluyendo más de 40 artículos en revistas como Nature, Science o Cell. Sus trabajos han sido citados en más de 50.000 ocasiones. Es el científico español de mayor impacto en su campo y el único entre los 10 primeros de Europa. Además, ha dirigido más de 30 tesis doctorales relacionadas con estos proyectos.

Carlos López-Otín es académico de número de la Real Academia de Ciencias de España y de la Academia Europea. Tiene diversos galardones y distinciones nacionales e internacionales como el Doctorado honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, el Doctorado honoris causa por la Universidad de Zaragoza, el Premio Carmen y Severo Ochoa en Biología Molecular, el Premio Lilly de Investigación Preclínica, el Premio Cobos en Biomedicina, el Premio Eladio Viñuela en Biología Molecular, el Premio Echevarne de Oncología, el Premio Dupont en Ciencias de la Vida, el Premio Jaime I de Investigación, la primera Medalla de Oro concedida por la Asociación Española de Investigación en Cáncer, el Premio Europeo 25th FEBS Jubilee en Bioquímica, el Premio México de Ciencia y Tecnología y el Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal.

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