Entrevista | David Mingo Publica «No son las lenguas, son las personas», un libro de entrevistas sobre la cooficialidad del asturiano

"Estar contra la oficialidad no es de mal asturiano, ese argumento es muy peligroso"

"Las políticas de cooficialidad en España traen malestar y discordia, me preocupaba que eso pudiera pasar aquí, por eso hice este libro"

David Mingo.

David Mingo. / LNE

Chus Neira

Chus Neira

David Mingo (Madrid, 38 años) es profesor de Ciencias Sociales de secundaria en Aranjuez, anda metido en proyectos educativos europeos, le gusta el surf y ama Asturias, donde se estableció una parte de la familia paterna y destino de la vacaciones familiares, en Poo, Llanes. Ahora trata de pasar por la región al menos una vez al mes, ejerce de embajador del Principado por todo el mundo y la cuestión de la cooficialidad del asturiano le ha preocupado tanto, por miedo al resurgir en la región de un nacionalismo excluyente, explica, que decidió entrevistar a una serie de personalidades opuestas, con matices, a este proyecto y publicarlas en el libro "No son las lenguas, son las personas".

"Estar contra la oficialidad no es de mal asturiano, ese argumento es muy peligroso"

"Estar contra la oficialidad no es de mal asturiano, ese argumento es muy peligroso" / Ch. Neira

–No es asturiano, no vive aquí ni se dedica a la lingüística. ¿Por qué se ha metido en este jardín?

–He pasado gran parte de mi vida aquí y admiro Asturias. Aquí me siento en casa, es un lugar acogedor lleno de gente extraordinaria, y si me he metido en esto ha sido porque he comprobado que allí donde se han desarrollado políticas de normalización lingüística y procesos de cooficialidad se ha generado malestar y discordia entre los ciudadanos._Como me preocupaba que esto pudiera suceder en Asturias, me aventuré a escribir este libro, que tiene más que ver con una alerta sobre la política que con la lengua o las variedades lingüísticas, que hay que promocionar. Asturias no es un lugar angelical que pueda quedar al margen de lo que ya se ha visto en País Vasco o Cataluña. Por temor a esas consecuencias negativas de las políticas lingüísticas escribí este libro. Por eso y porque mientras los partidarios de la oficialidá tienen muchos canales de difusión y dinero público, creía que había un hueco para que las personas a favor del futuro de Asturias pero no de la oficialidad del asturiano, pudieran hablar.

–¿Hubo algún detonante del proyecto?

–Cuando empecé a ver en las redes sociales algunos tics más propios de autonomías donde gobierna el nacionalismo. Me preocupó que se hable de autoodio y se llame antiasturianos o cosmopaletos a los contrarios a la cooficialidad. No se puede decir que uno es peor o mejor asturiano por estar a favor o en contra de hacer oficial el asturiano o por señalar lo que puede conllevar, como la obligatoriedad.

–¿Es un libro contra un tipo de nacionalismo asturiano?

–No hay ningún movimiento regional en España en el que la lengua no se haya vinculado a los movimientos nacionalistas. El profesor Punset explica en el libro que la lengua es el primer elemento de la identidad nacional. Luego se empieza con los agravios inexistentes. Es cierto que aquí hay otras opiniones y Leopoldo Tolivar, por ejemplo, desvincula la oficialidad de ese nacionalismo excluyente. Pero por eso yo digo en el título que son las personas, no la lengua. Mi protesta es lo que viene después de la normalización y la cooficialidad.

–¿Qué viene?

–Se rompe la igualdad y se crean ciudadanos de primera y de segunda. La lengua que hace a todos los ciudadanos iguales es el español. Si comenzamos con políticas de normalización, endogámicas, controladas por unas élites, por un número reducido de personas que son los que van a emitir el título C1 para poder a optar a una serie de trabajos es cuando se rompe la igualdad. Hablo de eso, no de la promoción cultural a las variedades lingüísticas en Asturias.

–¿Le mueve un interés político?

–La política me interesa, el politiqueo, nada. Las posiciones de los partidos me dan igual, también hemos visto baile respecto al asturiano. Por eso el libro es bastante técnico, entrevistas muy reposadas donde los profesionales dan argumentos y se aportan datos, y con una nómina de personas de gran recorrido, desde un expresidente regional como Juan Luis Rodríguez-Vigil a catedráticos de Derecho como Ramón Punset o Leopoldo Tolivar o personalidades de la judicatura como el abogado Javier Junceda. Todos ellos explican las consecuencias de una posible cooficialidad con argumentos, sin esconder nada. Es fundamental que sepamos qué coste tendrá la cooficialidad. Una medida de tal calado no se puede despachar diciendo que va a ser amable.

–¿Por qué no entrevistó a ningún partidario de la cooficialidad?

–Ese campo está muy completo._Hay muchas publicaciones en ese sentido. Y creo que se trata de convencer. Que si de verdad tiene lugar esta medida, que llegue con convencimiento de la sociedad, no con una minoría raquítica y en medio de la crispación. Hace falta tiempo para poder hablar y ver hasta dónde se puede llevar la actual ley de uso y promoción. Así que mi esperanza es que este libro sea un espacio de consulta para que las personas puedan ver qué consecuencias puede tener la oficialidad en la administración pública, en la judicatura, en la educación, en la sanidad. La gente tiene derecho a conocer todas estas implicaciones.

–Ha buscado perfiles de centro, no del sector antiasturianista de la extrema derecha.

–Lo que pretendía era elaborar un argumentario. Creo que, como explica Punset, es muy fácil invocar las emociones, las tradiciones, a nuestros abuelos, para movilizar. Cuesta más movilizar a las personas con razonamientos. Y es verdad que esta es una tercera vía de personas con un bagaje intelectual tremendo. Se puede estar de acuerdo o no con ellos, pero no se puede negar que conocen en profundidad la realidad de Asturias. Insisto en que todos estamos de acuerdo en la protección cultural, que la realidad lingüística asturiana esté presente en la escuela, en los medios, a lo que nos oponemos es a unas políticas que llevan a problemas de convivencia, a la lengua como arma arrojadiza.

–¿En Galicia también hay esos problemas?

–El galleguismo político fue capaz en su día de sumar un patriotismo constitucional, pero creo que los problemas de normalización lingüística también existen allí. Hay personas como Gloria Lago que han denunciado los problemas a la hora de que les contesten o les atiendan en castellano. En el libro lo explica muy bien Isabel Fernández, en ese momento es cuando se rompe la igualdad entre todos los españoles y donde no hay las mismas oportunidades para alguien de Cáceres o de Irún. Es una barbaridad que para ser cirujano cuente más hablar euskera que los años de experiencia.

–¿No es un problema de privilegios territoriales?

–Esa es la cuestión. El libro también podría llamarse «No son los fueros, son las personas». Es triste que una misma comunidad política como es España existan unos ciudadanos más privilegiados que otros.

–¿La normalización lingüística no se da en mayor o menor medida en todas las lenguas?

–En Asturias el proceso es diferente. Si dos asturianos se encuentran, hablan en español. El lingüista Félix Fernández de Castro lo explica mejor que yo en el libro.

–¿Alguien no quiso salir en el libro por miedo?

–Yo en Asturias me siento como en casa y hablo con total libertad, pero sí hubo personas que declinaron participar por las presiones. Hay felicitaciones privadas a los que salen pero en público cuesta más. Creo que es muy negativo esa idea de que el que se opone es un mal asturiano. Ninguno de los que sale aquí es un antiasturiano, ese es un argumento maniqueo y peligroso. Cada uno es libre de sentirse como quiera y de expresarlo como le guste.

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