El llambión, la marmota y más costumbres de padrinos que había en Asturias en 1900

El Museo Nacional de Antropología digitaliza una encuesta de principios de siglo que fue la primera aproximación "sociológica" a la vida diaria

Retrato de una familia de labradores de Cabranes, en torno a 1919. Colección Juan Evangelista Canellada. | Fondos Muséu del Pueblu d’Asturies

Retrato de una familia de labradores de Cabranes, en torno a 1919. Colección Juan Evangelista Canellada. | Fondos Muséu del Pueblu d’Asturies / A. Rubiera,

A. Rubiera

A. Rubiera

En torno al año 1900 en algunas zonas de Asturias llamaban "llambión" al padrino o madrina que pusiera su propio nombre al ahijado o ahijada. Y la marmota era el nombre del gorro de lujo para el recién nacido que, junto a camisas, pañales y otras prendas, llevaba la madrina al recién nacido; el padrino, para esa ocasión, le tenía que llevar la matilla, "el rollo o paño de bayeta o franela, según la posibilidad del donante".

Hace un siglo, también, en la mayoría de Asturias los padrinos se designaban, generalmente, entre los hermanos o parientes y "a falta de estos entre los vecinos más próximos". Y una de las advertencias que les hacía la madre o la abuela del recién nacido cuando va a bautizar "es que digan bien el credo pues de lo contrario creen que queda mal bautizado".

El padrinazgo, además, "estrecha grandemente las relaciones de amistad entre el padrino y los padres, los cuales se llaman compadres mutuamente". Y, claro, "el padrino y madrina adquieren la obligación de hacer al ahijado un regalo anual, el bollo, en la Pascua de Resurrección, hasta que se casa o llega a la mayor edad (...). En la población, la madrina regala el primer vestido de corto". Es costumbre muy general, igualmente, "que del primer hijo sean padrinos los mismos que lo fueron de boda".

Retrato de estudio de una mujer con un niño en el regazo, vestido con ropa de bautizo. Colección de Baltasar Cue. | Fondos Muséu del Pueblu d’Asturies

Retrato de estudio de una mujer con un niño en el regazo, vestido con ropa de bautizo. Colección de Baltasar Cue. | Fondos Muséu del Pueblu d’Asturies / A. Rubiera,

Todas esas costumbres, de las que dieron fe varios voluntariosos "encuestadores" que reflejaron la realidad de Noceda de Rengos, Leitariegos, Pola de Lena, Salas, Pola de Allande, Parres, Avilés, Tineo, Cangas de Tineo y Oviedo, forman parte de la "Encuesta del Ateneo: costumbres españolas en 1901-1902". Un estudio informal que supuso, según los expertos del Museo Nacional de Antropología, la primera aproximación "sociológica" a las costumbres populares relacionadas con el nacimiento, matrimonio y defunción de todo el país.

Ahora, como explican desde el museo, por primera vez se muestran las 17.000 fichas obtenidas en este sondeo por toda España recopiladas en una página web. "Conforman un retrato de la sociedad del momento a través de las costumbres populares en los tres hechos más característicos de la vida: el nacimiento, el matrimonio y la muerte", detallan desde el Museo.

Que la encuesta hubiera sido promovida por el Ateneo de Madrid tiene que ver con el hecho de que a finales del XIX este centro era, junto con la Institución Libre de Enseñanza, una de las pricipales entidades difusoras de los estudios antropológicos en España. Desde la perspectiva de que el interés por el hombre y el estudio de la sociedad era el requisito previo para empeñarse luego en la transformación social, y también con el afán pedagógico por conocer los entornos más cercanos.

Por las fechas actuales, se han seleccionado para esta información algunas de las recopilaciones relativas a Asturias que explican las costumbres vinculadas a madrinas y padrinos, pero son muchos los temas de la vida diaria que contienen estas fichas, con datos que abarcan aspectos como "alimentación, agricultura y ganadería, arquitectura, cargos religiosos y civiles, categorizaciones sociales, diversiones, indumentaria, textiles, y muchos otros".

Las costumbres en torno a esos temas fueron recogidas a lo largo de todo el territorio por 198 informantes, "en su mayoría personas dedicadas a las letras, médicos, farmacéuticos, sacerdotes y párrocos", explican desde el Museo.

Los datos asturianos estarían recopilados por diez autores, aunque solo siete están bien identificados: Elías López Morán (notario, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas); Eugenio Carrizo Hevia (llegó a ser director médico en el Hospital Provincial de Oviedo); Alfredo Valdés de Miranda (ejerció de médico rural en Campomanes y luego ocupó la plaza de forense en Lena); Vicente Velarde Menéndez (cuando participó en la encuesta estudiaba en la Facultad de Derecho de Oviedo, y se hizo cargo de las costumbres de Salas); Emilio Ramos Zardaín (de Pola de Allande, fue abogado en Tineo); Celestino Graiño Caubert (farmacéutico y escritor radicado en Avilés, fue miembro de la Sociedad Española de Historia Natural) y Roberto Flórez y González del Reguerín (reputado naturalista, especializado en coleópteros, hijo y nieto de maestros, con orígenes en Cangas del Narcea).

El trabajo de todos ellos quedó plasmado en 563 fichas puramente asturianas que ahora el Museo Nacional de Antropología pone a disposición de todos los interesados a través de la web. Se facilita así el acceso a un material "muy solicitado por los investigadores", dicen, a la vez que se le añade otro objetivo: el público podrá contribuir al conocimiento de una costumbre o práctica determinada y aportar documentación personal como fotografías u otro tipo de datos que, una vez revisados por el museo, serán accesibles para el resto de usuarios.

Retrato de una familia de labradores de Cabranes, en torno a 1919. Colección Juan Evangelista Canellada. | Fondos Muséu del Pueblu d’Asturies

Retrato de una familia de labradores de Cabranes, en torno a 1919. Colección Juan Evangelista Canellada. | Fondos Muséu del Pueblu d’Asturies / A. Rubiera,

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El proyecto digital "Encuesta del Ateneo: costumbres españolas en 1901-1902" tendrá un vuelo masivo a través de la web y quizá sirva para que sepan de ella en algunas partes de España. Pero no en Asturias porque hace 25 años el Muséu del Pueblu d’Asturies publicaba el libro "Costumbres de nacimiento, matrimonio y muerte en Asturias", como primero de una serie –"Fuentes para el estudio de la antropología asturiana"– que pretendió aglutinar trabajos de investigación sobre esta ciencia. La edición corrió a cargo del propio director del Muséu, Joaco López y de Carmen Lombardía Fernández. Por entonces la información de la encuesta en su contenido asturiano estaba en gran parte inédita y los estudiosos le vieron un gran interés en conocer aspectos que permitían ahondar en distintos campos de la etnología asturiana. Y sigue siendo de interés recordar que según las fichas de hace 120 años, en algunas zonas de Asturias los regalos de los padrinos en Pascua de Resurrección eran "la Bolla (dos o cuatro reales de pan)", o "el bollo de mantecado, que en Luanco pueden ser las llamadas marañuelas" o "un bollo de pan cuyo tamaño y calidad varía según la posición del donante". Pero hay variedad "y puede también consistir en empanadas con carne, chorizo y jamón o de anguilas, o en bizcochos adornados, o en grandes rosquillas que se compran al llegar la época. Otros hacen un regalo cualquiera, pero esto no es lo más común".

Portada del libro editado por el Muséu.

Portada del libro editado por el Muséu. / A. Rubiera,

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