Orlando Pelayo y Juan Barjola en el Museo de Santa Cruz de Toledo

Una exposición exhibe las obras conservadas en el antiguo Museo de Arte Contemporáneo de la ciudad, desaparecido en 2001 y que fue uno de los pioneros en España

Casa de las Cadenas, Toledo. Sede del Museo de Arte Contemporáneo. | Museo de Santa Cruz de Toledo

Casa de las Cadenas, Toledo. Sede del Museo de Arte Contemporáneo. | Museo de Santa Cruz de Toledo / Alicia VallinaAlicia Vallina Conservadora de museos estatales

Alicia VallinaAlicia Vallina Conservadora de museos estatales

El Museo de Santa Cruz de Toledo alberga, desde el 2 de julio de este año hasta el 4 de febrero de 2024, una exposición que recoge la historia del desaparecido Museo de Arte Contemporáneo de Toledo (MACTO), adscrito al Museo de Santa Cruz y creado por Decreto en 12 de diciembre de 1973, con sede en la señorial Casa de las Cadenas (declarada Bien de Interés Cultural en 1985) del barrio de la judería de la ciudad del Tajo.

De arriba abajo, las obras «Mujer ante el espejo», 1969, de Juan Barjola; «La siesta», 1961, de Juan Barjola; y «El crimen», 1974, de Orlando Pelayo. | Museo de Santa Cruz de Toledo / David Blázquez

De arriba abajo, las obras «Mujer ante el espejo», 1969, de Juan Barjola; «La siesta», 1961, de Juan Barjola; y «El crimen», 1974, de Orlando Pelayo. | Museo de Santa Cruz de Toledo / David Blázquez / Alicia VallinaAlicia Vallina Conservadora de museos estatales

El museo abrió sus puertas el 12 de marzo de 1975 y aumentó su colección durante los años posteriores hasta que fue perdiendo fuelle y quedándose rezagado respecto a la oferta turística de la ciudad. Por ello echaría el cierre en 2001 con la idea de iniciar una renovación y lavado de cara que, desgraciadamente, se convirtió en definitivo.

Orlando Pelayo y Juan Barjola en el Museo de Santa Cruz de Toledo

Orlando Pelayo y Juan Barjola en el Museo de Santa Cruz de Toledo / Alicia VallinaAlicia Vallina Conservadora de museos estatales

Sus fondos pasaron a ocupar la sede del Museo de Santa Cruz y, a pesar de que el Museo de Arte Contemporáneo de Toledo nunca más volvió a abrirse, hoy tenemos la oportunidad de contemplar, gracias a una muestra tan única como singular, y con motivo de la celebración del cincuenta aniversario de la creación del museo (pionero en las artes emergentes que comenzaban a abrirse camino en la historia del arte español de vanguardia), las obras que lo configuraron.

Orlando Pelayo y Juan Barjola en el Museo de Santa Cruz de Toledo

Orlando Pelayo y Juan Barjola en el Museo de Santa Cruz de Toledo / Alicia VallinaAlicia Vallina Conservadora de museos estatales

España se esforzaba por mostrar, al menos en lo que al mundo de las artes se refería, una imagen innovadora y moderna que siguiera los dictados de las nuevas corrientes estéticas y artísticas que estaba transformando el panorama internacional. Los artistas españoles, dispuestos a colaborar en todo lo posible por favorecer la apertura que durante tantos años se les había negado, fueron especialmente generosos y nutrieron al MACTO de innumerables obras de gran calidad gracias a sus donaciones. Uno de los artistas que contribuyó a consolidar las colecciones de este nuevo museo fue el gijonés Orlando Pelayo. Exiliado en Orán (donde comenzó a pintar) tras la guerra civil, vivió en París durante muchos años, alcanzando allí un éxito fulgurante. La obra que Pelayo donó al MACTO pertenece a la última etapa de su producción. Lleva por título "El crimen" y está fechada en 1974. Se trata de un acrílico sobre lienzo de unas dimensiones de 100 x 100 cm (nº inv. CE20671) donde se muestran figuras indefinidas y angustiosas de pincelada gruesa y tonalidades oscuras. Los negros, morados, grisáceos y azules se entremezclan para crear un conjunto dramático de elementos que responden a la intención de buscar un lenguaje personal y experimental que supuso para el autor una de sus últimas líneas creativas.

Orlando Pelayo y Juan Barjola en el Museo de Santa Cruz de Toledo

Orlando Pelayo y Juan Barjola en el Museo de Santa Cruz de Toledo / Alicia VallinaAlicia Vallina Conservadora de museos estatales

Otro de los grandes autores que donó obra para la creación de este centro fue el extremeño Juan Barjola, ligado inexorablemente a Asturias gracias a la apertura, en 1988, del museo gijonés que lleva su nombre y al que también nutrió con buena parte de su producción artística. "La siesta", de 1961 y "Mujer ante el espejo", de 1969 son dos de las composiciones del autor que podemos contemplar en esta exposición. La primera se acerca a la abstracción empleando tonalidades ocres y terrosas para desconfigurar el espacio del cuadro hasta cubrirlo de formas indefinidas y matéricas que se superponen.

En "Mujer ante el espejo" es clara la influencia picassiana en la deformación del rostro de la modelo que, como en la venus velazquiana, se contempla frente a un espejo donde el juego del colorido, la geometría y las sombras definen el espacio.

Donaciones generosas que realizaron a la institución y que se exhiben en esta muestra fueron también las del artista Alberto, con nueve esculturas y once dibujos, y las del político y colaborador de Adolfo Suárez, Agustín Rodríguez Sahagún, con obras de Joaquín Peinado, Ortiz de Zárate o Pedro Gastó entre otros.

Menchu Gal, Isabel Quintanilla, Cristino de Vera, Agustín de Celis, Agustín Redondela, Rafael Canogar, Amalia Avia, Ricardo Macarrón, Joan Miró (con litografías donadas por el Banco de Bilbao) o Antonio López (dibujos) son otros de los muchos nombres que contribuyeron con sus obras a configurar uno de los museos de arte contemporáneo pioneros en nuestro país y que sería el punto de partida de la creación de otros muchos que favorecieron la consolidación de los grandes movimientos del arte de vanguardia.

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