Energía

Boom del autoconsumo: el Gobierno exigirá más medidas de seguridad en las plantas y habrá más inspecciones

El Ministerio de Industria trabaja en una reforma de varias reglamentos técnicos para reforzar la seguridad e incluirá las en revisiones obligatorias a más de 1.000 instalaciones hasta ahora exentas

Instalación de autoconsumo fotovoltaico.

Instalación de autoconsumo fotovoltaico.

David Page

El Gobierno prepara cambios en la reglamentación de seguridad de las instalaciones eléctricas para adaptarla a la realidad de fuerte expansión del autoconsumo en España y a sus particularidades técnicas. El Ministerio de Industria trabaja en un real decreto con el que pretende modificar varias instrucciones técnicas para incluir en la normativa nuevos requisitos de seguridad en las instalaciones de autoconsumo y que ampliará el número de plantas de generación de autoconsumo que están obligadas a pasar revisiones periódicas.

La futura regulación, que el Ejecutivo somete ahora a una segunda fase de consultas al sector energético e industrial y a las administraciones tras incluir propuestas presentadas en un primer proceso de consulta y de audiencia públicas, prevé introducir novedades en las exigencias técnicas de protección para garantizar la seguridad de las instalaciones en el marco del actual marco de despliegue del autoconsumo de manera generalizada.

España se ha embarcado en una expansión histórica del autoconsumo eléctrico, duplicando la potencia acumulada durante el pasado año. Ahora “el objetivo es adaptar la reglamentación de seguridad de las instalaciones de baja tensión al nuevo paradigma de generalización del autoconsumo”, subraya el Ministerio de Industria en la documentación oficial que maneja para la reforma de la normativa, que entrará en vigor seis meses después de la aprobación del real decreto para dar tiempo a adaptarse a las comunidades autónomas a los nuevos aspectos del reglamento.

En mitad del boom, el Gobierno exigirá nuevos requisitos de seguridad a las instalaciones que ahora son relativamente más complejas por el autoconsumo que las hasta ahora reguladas, reclamando nuevos dispositivos de protección, generalizando la obligación de incorporar protecciones frente a la sobretensión o incrementando el número de circuitos o la separación de circuitos destinados a usos ligados al autoconsumo, como son los de generación eléctrica o la medida de la producción.

Más inspecciones

El Ejecutivo también aumentará las inspecciones para verificar el cumplimiento de los requisitos de seguridad adicionales que se exigirán al autoconsumo. En concreto, se incluye en el listado de instalaciones obligadas a pasar una inspección obligatoria cada 10 años a las plantas de autoconsumo colectivo con una potencia de entre 15 y 100 kilovatios (kW) que no tengan contratados el sistema de excedentes (por el que se compensa en la factura al productor por la electricidad que no consume y vierte a la red).

El Ministerio de Industria estima que hasta el pasado julio había en España algo más de 1.000 plantas de autoconsumo con estas características que ahora estarán obligadas a pasar una revisión periódica, con un coste actualmente de unos 500 euros, según la documentación oficial del Ejecutivo. Además, se incluirán nuevos requisitos de verificación y ensayos para los generadores de electricidad mediante instalaciones de autoconsumo, aunque la mayoría ya figuraban de manera dispersa en otras reglamentaciones ya existentes sobre calidad de red y autoconsumo.

Sorteando a las grandes eléctricas

Las plantas con una potencia superior a los 15 kW ya están obligadas a pedir permiso a los gestores de las redes de distribución -los grandes grupos eléctricos- para poder verter la electricidad sobrante y ser compensadas por ello. La tramitación de estas peticiones por parte las grandes eléctricas se está convirtiendo en uno de los grandes cuellos de botella del sector y acumula grandes retrasos, lo que ha provocado quejas de los afectados y ha hecho que la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) y el propio Gobierno estén vigilando posibles conductas irregulares.

Ante esta situación, desde el sector del autoconsumo se reconoce que muchas empresas están promoviendo plantas de entre 15 y 100 kW (a partir de ese tope la tramitación se complica aún más al ser considerado gran productor eléctrico) sin contratar la posibilidad de verter a la red sus excedentes de energía para no tener que pedir el permiso de acceso a la red a las distribuidoras. Y una vez que han acelerado y acortado el proceso de puesta en marcha de la planta y ésta ya está funcionando, algunas sí piden poder inyectar a la red la energía sobrante y ser compensados por ello.

La proliferación de esta conducta ha llevado al Gobierno se decidir incluir en el listado de instalaciones que deben pasar inspecciones periódicas específicamente a estas plantas de más de 15 kW que no tienen contratados el servicio de excedentes y que hasta ahora podían sortear las revisiones.

El boom del sector hizo que el año pasado se instalara en el mercado español casi tanto autoconsumo fotovoltaico como en toda la historia anterior. En un 2022 de récord la presencia del autoconsumo se duplicó tanto en número de instalaciones como en potencia acumulada, con una expansión impulsada por los altísimos precios de la electricidad y por las subvenciones repartidas con cargo a los fondos europeos.

El crecimiento desbordado ha hecho que en España ya haya más de 298.000 viviendas y 54.000 empresas con placas solares y que producen todo o parte de la electricidad que consumen para abaratar su factura de luz en plena crisis y la potencia total en el país alcanzó los 5.211 megavatios (MW) al cierre del año. No obstante, este año el sector está reduciendo relativamente la velocidad de despliegue por la moderación de los precios eléctricos y el parón de las ayudas públicas.