Sostenibilidad y progreso: como dos gotas de agua

Tanto la Unión Europea como España han identificado la transición verde y la digitalización como los ejes clave del progreso de la economía, propiciando un modelo productivo que abogue por la sostenibilidad. En el contexto actual, el abastecimiento de agua y el saneamiento son servicios esenciales, que condicionan muchos de los desafíos globales a los que se enfrenta la sociedad: los medioambientales, como la adaptación al cambio climático, la protección de la biodiversidad o el impulso a energías renovables; los sociales, como la accesibilidad al agua y la concienciación en cuanto a su cuidado; así como el desarrollo económico, puesto que una gestión eficiente del ciclo del agua es condición sine qua non para mejorar el desarrollo y la calidad de vida de millones de personas.

En este marco, retos como el de la digitalización y la implantación avanzada de nuevas tecnologías, la renovación de infraestructuras o la introducción de sistemas de depuración de las aguas residuales en todos los territorios, resultan clave para que en el futuro sea posible mantener el alto nivel de los servicios de agua urbana que disfrutamos actualmente. 

Algunas compañías ya promueven e integran los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su cultura, en sus políticas y en sus operaciones. Es el caso de Aqualia, que en su Plan Estratégico de Sostenibilidad determina los ODS en los que impacta con su actividad, integrándolos en su sistema de reporte. 

Crecimiento sostenible y digital

En el octavo aniversario de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se celebró el pasado 25 de septiembre, la ONU reclamaba a Estados y empresas que potencien su compromiso para apoyar la consecución de estas metas. Para enfrentar los desafíos de la era tecnológica, el cambio climático y el estrés hídrico, la principal aportación de las compañías es la innovación y la capacidad de inversión, puentes que pueden acelerar el cambio y mejorar la eficiencia de recursos tan críticos como el agua. 

Las nuevas tecnologías son un aliado imprescindible en el camino hacia los ODS. En el caso de Aqualia, la compañía invirtió 16,8 millones de euros en tecnología durante 2022, un 216 % más que el año anterior. La digitalización, una de las líneas estratégicas de la empresa, llevó a activar durante 2022 diferentes proyectos para la detección temprana de fugas en la red de abastecimiento, gracias a los que se evitaron pérdidas innecesarias de agua y daños en la red. Además, la empresa comenzó el despliegue de siete nuevos centros tecnológicos en España (Galicia, Oviedo, Lleida, Baleares, Almería, Campo de Gibraltar y Tenerife Sur) a través de los que se gestiona de forma integrada toda la operativa del agua, se monitorizan las redes municipales en tiempo real y facilitan la actuación inmediata.

La ONU estima que en 2025 dos tercios de la población mundial podría vivir en zonas con escasez de agua. En este escenario, las empresas especializadas en la gestión del ciclo integral del agua tienen un papel clave, para, a través de la investigación y la innovación, avanzar en un uso sostenible de los recursos hídricos. Las inversiones en I+D+i realizadas por Aqualia -la cifra ascendió a 5,27 millones de euros en 2022- inciden en este sentido y han permitido apoyar el desarrollo de más de 20 proyectos relacionados con la economía circular y la neutralidad de carbono el año pasado. 

Estos desarrollos ofrecen alternativas eficientes para resolver algunos de los principales retos medioambientales a través de proyectos como el LIFE INTEXT. Esta iniciativa busca el desarrollo de la depuración sostenible de aguas residuales en pequeñas y medianas poblaciones, una problemática que afecta al 25 % de los 8.131 municipios y a una población de entre 3 y 4 millones de personas en España.

Con todos estos innovadores desarrollos, la compañía contribuye a avanzar en diversos ODS: ofrecer un servicio de abastecimiento y saneamiento de agua asequible y de alta calidad (ODS 6), con un balance energético optimizado (ODS 7), sin afectar al clima (ODS 13), y con una producción y consumo responsables (ODS 12). 

Más allá de un compromiso regulatorio

Cada vez más compañías integran la sostenibilidad y los objetivos vinculados a los ODS en sus modelos de negocio. En 2022 se aprobó la nueva directiva CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive) sobre divulgación corporativa en materia de sostenibilidad, que avanza hacia la equiparación del reporte de la información financiera y no financiera. Esta regulación aumenta el alcance de las empresas que deben informar, amplía la información demandada y ofrece estándares para el reporte. No obstante, muchas compañías avanzan de manera proactiva en la transición del modelo actual de la economía hacia otro más sostenible que respete las necesidades ambientales, sociales y de gobernanza (criterios ASG).

Desde 2006, Aqualia reporta a todos sus grupos de interés conforme a los Estándares GRI (Global Reporting Initiative), que también se aplican en el Informe de Sostenibilidad en el que cada año la compañía detalla el impacto de su actividad sobre la economía, las personas, el medioambiente y los derechos humanos. La compañía trabaja con una vocación transversal, vinculando su actividad como gestor del ciclo integral del agua urbana a su contribución con los ODS. Gracias a las medidas tomadas en el ámbito de la emergencia climática y el cuidado del planeta, Aqualia cerró el año pasado una financiación verde de 1.100 millones, un préstamo corporativo liderado por CaixaBank para financiar y refinanciar proyectos de este calado. Poner el foco en el largo plazo y contemplar las tendencias regulatorias y medioambientales como oportunidades de crecimiento es el posicionamiento del futuro.

El agua es un recurso transversal e imprescindible, y su disponibilidad va a ser cada vez más reducida. Frente a este contexto, administraciones, organizaciones, empresas y ciudadanos deben convertirse en actores para acelerar el cambio y adaptarse a los nuevos entornos. Se puede actuar para mejorar la eficiencia en el ciclo del agua, a través de operadores especializados y eficientes que apuesten por un crecimiento sostenible.