Mar

Un milagro para el pequeño 'Evening'

El marinero de un pesquero de Washington sobrevive dos semanas a la deriva en una balsa tras sufrir un naufragio; el otro tripulante continúa desaparecido

El marinero del “Evening”, tras ser avistado en medio del océano. En el recuadro, el marinero rescatado (dcha.), antes de subir a la patrullera de rescate.

El marinero del “Evening”, tras ser avistado en medio del océano. En el recuadro, el marinero rescatado (dcha.), antes de subir a la patrullera de rescate. / SCGPACIFICNORTHWEST/R.G. PLANES

Lara Graña

El 'Evening' salió de Westport, en el estado norteamericano de Washington, el 12 de octubre. Con dos marineros a bordo, tenía previsto retornar a tierra en tres días; sus escasos trece metros de eslora no daban para mucho más, y la mar cerca de Canadá es incluso menos piadosa de lo (ya poco) habitual. Pero no regresó. El pasado miércoles 25, tras haber rastreado unas 14.000 millas cuadradas –unos 36.000 kilómetros cuadrados–, la Guardia Costera (U.S. Coast Guard Pacific Northwest) daba por concluidos los trabajos de búsqueda. Hasta que, mediante una llamada telefónica, les sorprendió una dosis de alegría, sorpresa y clemencia. Una embarcación canadiense, pilotada por John y Ryan Planes, acababa de atisbar una balsa salvavidas. Había una persona a bordo, y estaba viva; después de trece días a la deriva, la mar devolvía en buen estado a uno de los del 'Evening'. Del otro no se sabe nada.

“No podía creerlo, pensé que era basura. Fui a por los prismáticos y pude verlo agitando el remo. Una vez a bordo –declaró a 'CTV News' el veterano John Planes– simplemente me miró, me dio un gran abrazo y empezó a llorar”. La balsa fue localizada a unas 70 millas al noroeste de Cabo Flattery, de modo que el superviviente estuvo perdido a la deriva a lo largo de más de 200 millas náuticas. “El hecho de que haya estado varios días en esta balsa salvavidas, manteniendo la esperanza, y que hubiese acabado siendo encontrado por un barco pesquero más o menos aleatorio ha sido increíble y un milagro”, ha asegurado el portavoz de la Guardia Costera de EEUU, el suboficial Steve Strohmaier, a la cadena 'CNN'. “El océano es un lugar muy extenso. Estaba flotando en el medio de la nada, es muy poco frecuente que pase algún buque. Realmente hay una posibilidad entre un millón de encontrar una balsa salvavidas en ese enorme océano abierto”. El marinero del 'Evening' explicó a sus rescatadores que había conseguido pescar un salmón, y que ese fue el alimento que le había permitido sobrevivir durante tantos días.

Ya con los Planes –tío y sobrino–, se le dio un sandwich de huevo y queso con tocino y tres botellas de agua. Estaba demasiado débil como para ponerse de pie. “Tenía bastante hambre, pobrecito”. John es patrón de un barco muy singular, un Buen Samaritano ('Good Samaritan'). Según explica la Guardia Costera, son buques privados que prestan voluntariamente ayuda a personas o barcos que estén en dificultades o con heridos, y sin compensación económica a cambio. Solo por si, como esta vez, hay milagro.

El prodigio de Tim Shaddock y Bella

El imaginario popular asimila los náufragos a historias como las de Robinson Crusoe –inspirada probablemente por la biografía de Alexander Selkirk– o al amigo de la pelota Wilson, encarnado por Tom Hanks en la película de Robert Zemeckis. Los casos reales son extremadamente singulares y escasos y generan lógica curiosidad y fascinación. Uno de los más recordados es el de Timothy 'Tim' Shaddock, avistado en el medio del Pacífico por un helicóptero de la atunera mexicana Grupomar cuando llevaba tres meses a la deriva a bordo de su catamarán averiado y en compañía de la perrita Bella.

Quería haber llegado a la Polinesia a bordo de su 'Aloha Ta', que quedaría inutilizado por una tormenta. Nadie los vio y a nadie pudo avisar en esos noventa días. Sobrevivió gracias a las provisiones que llevaba en el barco y a pescado crudo que iba capturando y bebía agua de la lluvia. Fue rescatado del catamarán por el atunero 'María Delia'; declararía después que no tenía intención de volver pronto a surcar el mar.

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