Luis Fernández mete en una vorágine al Bellas Artes de Asturias

La pinacoteca regional vive con la presión de recrear en unos días el estudio del pintor y acomodar 150 obras del gran creador ovetense, que ya esperan al público

Alfonso Palacio y la restauradora Beatriz Abella, observan una obra de Luis Fernández.

Alfonso Palacio y la restauradora Beatriz Abella, observan una obra de Luis Fernández. / M. B. A.

A. Rubiera

La definen como una de sus exposiciones "más ambiciosas" y en la vorágine de hacerlo evidente están metidos de lleno los responsables y trabajadores del Museo Bellas Artes de Asturias desde el inicio de la semana. Es la antológica de Luis Fernández (Oviedo, 1900- París, 1973), que han preparado en conjunto la Fundación María Cristina Masaveu Peterson y el Bellas Artes (en Madrid se expuso hasta finales de enero) sobre uno de los artistas españoles más singulares y, a decir de los expertos, más relevantes de la pasada centuria.

Y si el autor ya de por sí merecería la "ambición" citada, sólo el volumen de obra llegada a Asturias y el proyecto museográfico que han planteado en el Bellas Artes serían suficientes para ratificar esa vehemencia. Grandes intenciones que se pondrán a prueba a partir de la semana que viene, cuando se levante el telón de la eposición (el próximo 24 de febrero).

Son 146 las obras que llegaban en camiones al Bellas Artes la semana pasada, procedentes de Madrid, de la sede de la Fundación Masaveu. Y estos días el equipo de la pinacoteca trabaja a destajo en el montaje de una muestra que si ha logrado tanta variedad y cantidad de obra es porque ha contado con la colaboración generosa de cerca de 50 particulares e instituciones, coleccionistas tanto españoles como franceses y estadounidenses.

Entre ellos el Centro Georges Pompidou de París, la Fondation des Treilles, Musée d’art moderne Ville de Paris, el Musée d'art moderne de París, el Musée national Picasso-París, el Reina Sofía, el Museo Helga Alvear de Cáceres, el Bellas Artes de Bilbao, el IVAM, el Museo Patio Herreriano de Valladolid, la Colección Telefónica, la Fundación Mapfre, la Colección Azcona, la Familia Masaveu Herrero, The Menil Collection, de Houston... y por supuesto los coorganizadores, el Bellas Artes de Asturias y la FundaciónMaría Cristina Masaveu Peterson.

Trabajos de montaje de la exposición de Luis Fernández en el Bellas Artes.

Trabajos de montaje de la exposición de Luis Fernández en el Bellas Artes. / .

La exposición contará, además, con una recreación del estudio del pintor, y no faltará la proyección de un documental sobre el artista, así como con una variada y rica documentación personal y profesional que permitirán al visitante conocer de lleno a una de las figuras más relevantes del arte español del pasado siglo XX. Por mucho que tras recibir su primera clase de dibujo en Oviedo, siendo muy niño, se desanimara por lo mal que se le dio la representación de una ventana. "A los seis años, después de haberle insistido mucho, mi padre me llevó a una escuela donde daban algunas lecciones de dibujo. Me dieron a copiar una lámina que representaba una ventana. Hice el ensayo y la cosa me pareció tan difícil que me dije que yo nunca llegaría a ser pintor. Desanimado, no quise volver a esa escuela, donde no estuve más que un solo día", contó el pintor con sus propias palabras.

De Luis Fernández y su obra se sabe mucho a partir de su llegada a París, en 1924. Pero en Oviedo pondrá verse hasta algún testimonio de sus inicios juveniles. La obra más antigua que se enseñará será de 1915, y la más postrera es de 1973, el año de su fallecimiento. Sin que falten en esta antológica algunas de las "obras maestras", dicen en el Bellas Artes, pintadas por Fernández a lo largo de su trayectoria. Como "Tête de taureau" (Centre Georges Pompidou, París), "Le Résistant" (The Menil Collection, Texas) y "Crâne sur fond noir" (Fundación Telefónica, Madrid).

Un miembro del equipo del Bellas Artes, en las tareas de montaje de la exposición.

Un miembro del equipo del Bellas Artes, en las tareas de montaje de la exposición. / M. B. A.

Todo un rosario de obras pictóricas que "permitirán recorrer íntegramente la trayectoria de este genial creador a través de las diferentes etapas que transitó y que evidencian los más exquisitos vínculos con los algunos de los movimientos clave del siglo XX. Abstracción, arte de síntesis, surrealismo, picassismo, postcubismo y una etapa de madurez poblada de interesantísimas y genuinas series, se cierran con un conjunto de obras finales que ponen de manifiesto una de las trayectorias más rigurosas y complejas de la pasada centuria cuyo influjo y admiración siguen hoy vigentes", apunta Alfonso Palacio, director del Bellas Artes y comisario de la muestra, como corresponde a quien es uno de los grandes estudiosos sobre la vida y obra de Luis Fernández.

"Pintor de pintores, Luis Fernández es, sin duda, uno los creadores más interesantes y completos. En París desarrolló plenamente su trayectoria desde el compromiso y firmeza que su profesión le exigía regalándonos algunas de las creaciones más hermosas del siglo XX", añade.

Con motivo de la muestra se ha editado un catálogo con textos de Palacio y también de Javier Barón, jefe de departamento de El Prado y otro gran conocedor de la figura de Luis Fernández.

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