El Museo madrileño, el mejor ambiente nacional del Romanticismo cumple 100 años

Con motivo del aniversario, uno de los acontecimientos culturales del año, se muestra por primera vez al público "La Piedad" de Francisco de Goya, adquirida el pasado año por el Ministerio de Cultura

Sala de Literatura y Teatro del Museo del Romanticismo, en Madrid.| Ministerio de Cultura

Sala de Literatura y Teatro del Museo del Romanticismo, en Madrid.| Ministerio de Cultura / Alicia Vallina

Alicia Vallina Vallina

Alicia Vallina Vallina

Pocos saben que el gran poeta gaditano Rafael Alberti fue director de uno de los museos más emblemáticos de Madrid. Con ello se pretendía proteger, de la mano de un artista consagrado y durante la Guerra Civil española, una de las colecciones más relevantes de nuestro patrimonio cultural formada por cuadros, muebles y todo tipo de objetos ornamentales propiedad de Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, III Marqués de la Vega Inclán. Estos bienes culturales constituyeron el punto de partida para la creación del actual Museo Nacional del Romanticismo, gracias a la donación efectuada por el marqués al Estado, en 1921.

El mejor ambiente nacional del Romanticismo cumple 100 años

El cuadro "La piedad" de Goya, de reciente adquisición. / Ministerio de Cultura

La colección se instaló en el número 13 de la madrileña calle de San Mateo, en el antiguo palacio del marqués de Matallana, levantado en 1776 bajo la dirección del arquitecto Manuel Rodríguez (discípulo de Ventura Rodríguez). Más tarde fue ocupado por los condes de la Puebla del Maestre hasta que, en 1920, el edificio fue alquilado por el Estado (y comprado definitivamente por este en 1927) para que el marqués de la Vega-Inclán, como comisario, instalase allí la sede de la Comisaría Regia de Turismo. Hoy, como Museo Nacional del Romanticismo, conserva los patios, jardines, salas y salones que antaño convirtieron a este singular edificio en uno de los más relevantes de la capital.

El mejor ambiente nacional del Romanticismo cumple 100 años

Carolina Miguel, directora del museo. / Ministerio de Cultura

El emblemático museo celebra este año su centenario y esa conmemoración va camino de ser uno de los acontecimientos culturales más importantes en la capital.

Carolina Miguel, conservadora de museos estatales, es la directora del museo y una de las personas que más y mejor conoce la institución. "La colección del museo se formó con 84 piezas que incluían cuadros, muebles, cerámica, etc. junto a un importante archivo y fondos bibliográficos. A estas obras fundacionales se añadieron donaciones y depósitos de personalidades del momento, como las del marqués de Cerralbo u objetos pertenecientes a grandes literatos como Mariano José de Larra, José de Zorrilla o Juan Ramón Jiménez".

Hoy son 18.000 fondos museográficos los que configuran el conjunto de bienes de la institución, pero solo 1.400 están expuestos al público, recreando ambientes de una casa de la alta burguesía. "Una curiosidad es que todas las semanas viene un maestro relojero para dar cuerda a los relojes históricos, de forma que, según visitas las salas, puedes escuchar el tictac o incluso las sonerías que poseen algunos de ellos".

Entre las obras pictóricas más interesantes del museo hay trabajos realizados por los mejores artistas de la época como Federico de Madrazo, Antonio María Esquivel o Francisco de Goya, de quien hasta hace poco la institución únicamente poseía la obra titulada "San Gregorio Magno, papa", donada por el marqués de la Vega Inclán. Sin embargo, el Ministerio de Cultura adquirió, a finales de 2023 y con destino al Museo Nacional del Romanticismo, un nuevo Goya. Se trata de "La piedad", obra de la que Carolina Miguel desvela que tiene un especial significado para el museo.

"Fue realizada durante la época de juventud del pintor y en ella, tras un viaje a Italia, incorpora todas las influencias de los grandes maestros que pudo admirar allí. Es evidente, por ejemplo, la huella de “La Piedad” de Miguel Ángel en el cuerpo del yacente, tratado con gran monumentalidad. También encontramos otras referencias a artistas como Carlo Maratta, que había estudiado en Roma. Tanto la composición triangular como la luz, que viene de fuera e ilumina fuertemente a las figuras subrayando lo dramático de la escena, tienen también gran relación con la pintura italiana. Los tonos pastel del manto y la túnica de la Virgen son de raigambre rococó, lenguaje que Goya usa en esta etapa de juventud en la que está forjando su personalidad artística, justo antes de ir a la Corte, en Madrid, donde ya desplegará todo su ingenio como pintor".

Parece ser que esta obra debió hacer pareja con una "Virgen con niño" que, probablemente, Goya pintó como un encargo particular para una familia zaragozana. Permaneció como anónimo hasta 2011, cuando se dio a conocer gracias a un estudio del profesor Ansón y, en 2015, fue expuesto en Zaragoza. Desde entonces no se había vuelto a ver en público. Carolina señala que "dada la importancia del cuadro, lo hemos presentado en una exposición especial que podrá verse hasta el 19 de mayo. Posteriormente, la idea es ubicarlo en la exposición permanente, probablemente en el oratorio, y en diálogo con el “San Gregorio Magno, papa” del mismo autor".

Además, el museo tiene una importante vinculación con Asturias ya que, tal y como nos cuenta su directora, parte del equipo tiene raíces asturianas. Del mismo modo, en las colecciones hay autores como el litógrafo José Acevedo, el miniaturista José Alonso Rivero Sacades, los pintores Ignacio Suárez Llanos y Dionisio Fierros, o el fotógrafo Juan Mon. Y por supuesto, "no pueden faltar asturianos fundamentales en la historia del siglo XIX como Rafael del Riego, Agustín Argüelles, que fue tutor de la reina Isabel II durante su minoría de edad, Agustín Ceán Bermúdez o Ramón de Campoamor".

Pero la institución posee una colección de bienes culturales muy heterogénea y está constituida también por una buena parte de objetos de la vida cotidiana que permiten profundizar en el conocimiento de la sociedad del Romanticismo. Por ejemplo, una de las piezas adquiridas en 2023 ha sido una pulsera realizada con cabello, costumbre muy arraigada en el siglo XIX para portar un recuerdo de los seres queridos.

La conmemoración del centenario se celebra este año con una agenda de actividades muy completa y ambiciosa con conciertos, conferencias, exposiciones, actividades didácticas y talleres. "Para el equipo es un reto muy especial. Nos hace mucha ilusión que la gente se acerque y comparta con nosotros un pequeño instante de nuestra historia. Es también un momento para agradecer a todas las personas que, a lo largo de estos 100 años, han trabajado o colaborado con la institución", señala su directora. "Por fin podemos ver materializado muchos meses de trabajo y lo más especial es sentir que el público lo valora, lo disfruta y lo hace suyo. Es una sensación preciosa que compensa todos los sinsabores de la gestión, y que nos anima a seguir trabajando duro".

El Museo Nacional del Romanticismo es el lugar ideal para hacer un pequeño viaje en el tiempo y disfrutar de un edificio repleto de rincones especiales. Su fabuloso jardín del magnolio permite detenerse para escuchar el sonido de agua de la fuente y para descansar del ajetreo. Sin duda un pequeño oasis en el corazón de Madrid que nadie debería perderse.

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