Javier Macipe, director de "La estrella azul": "Las historias de los quijotes son las grandes"

"Hay ciclos, pero la fuente del folclore siempre está viva"

Javier Macipe, en el 71 Festival de Cine de San Sebastián

Javier Macipe, en el 71 Festival de Cine de San Sebastián / Efe

Lauren García

La charla con Javier Macipe transcurre mientras viaja en tren. El director de “La estrella azul” apenas tiene un respiro en la promoción de una película que ha obtenido siendo un éxito de crítica y público. Macipe consigue retratar fielmente, sin perder un ápice de belleza, el viaje del músico zaragozano Mauricio Aznar en pos de la génesis del folclore argentino. Cambia el rock, el humo y las cervezas de su grupo “Más Birras”, por los asados, las sambas y las chacareras.

“La estrella azul” es un película que convence y honra al mundo que retrata. El destino del film es el de todo arte popular: rodar y rodar

-¿Cómo asumió que la vida de Mauricio Aznar era un argumento perfecto para una película?

-Al principio no lo sabía, todo nació de un encargo de la madre de Mauricio, que había sufrido una historia traumática, como la muerte de dos hijos. Cuando me propuso hacer la película no me podía negar, y además yo tenía gran pasión por la música de Mauricio. Es un encargo que recibí con mucha emoción, pero después vino un proceso de documentación largo, en el que fui poco a poco descubriendo la historia y me costó mucho encontrar el enfoque. Me di cuenta de la grandeza de la historia en su viaje a Argentina, en el que un rockabilly, cuando está rozando el éxito con los dedos, lo abandona todo por un sueño quijotesco de traer una música del otro lado del mundo nada comercial. Las historias de los quijotes son las grandes historias

-Muestra el proceso de aprendizaje y la búsqueda de los maestros y sus raíces, ¿es algo que se está perdiendo actualmente?

-Esa búsqueda de Mauricio no creo que se esté perdiendo. Hay una especie de renacer a la hora de valorar el folclore. Hay artistas nacionales, de estilos muy variopintos, que han ido a la búsqueda de ese origen. Mucha gente se ha  dado cuenta del arte que tienen los ancianos, nuestros abuelos. Siempre va a ocurrir así. Habrá épocas en que la sociedad sea un poco más amnésica y son ciclos y la fuente del folclore siempre está viva

-¿Cómo ha sido el proceso de la película para aunar a tanta gente en España y Argentina?

-El proceso de producción requeriría un libro que estoy escribiendo, ha sido una historia de superación. Nos costó encontrar productor y financiación, siempre a base de creatividad Y dosieres bien hecho. Cuando el rodaje llegó la pandemia y vino un reto nuevo que fue reestructurar la película de la debacle económica que supuso parar la película al tercer día de rodaje. La creatividad vino por el lado de que era lo esencial y lo superfluo. A la película le vino bien readaptarse y hacerse con menos medios. Más en línea con lo musical el gran reto fue que la música no fuera un acompañamiento sin más, sino que tuviera una importancia central; se grabó en directo, los conciertos y el público fueron reales. Además se grabó con equipos analógicos de la época. Todo ello se entendió bien y cómo algo que le ida a dar entidad a la película. Nos exigió un plus con respecto a otras películas que van más al cliché y playback. Pero fue una de las cosas más estimulantes y que más aprecia la gente.

-La película ha ido consiguiendo sucesivos reconocimientos, ahora le llueven los premios…

-Ha sido un proceso paulatino, desde que lo enseñamos a algunos amigos. Cuando la película se mostró a otra gente empezamos a ver que gustaba mucho. En San Sebastián fue una pasada la acogida del público y llegamos con mucha fe a la taquilla. Es verdad que nos ha superado las mejores expectativas. Ya la han visto 80.000 personas y animo a la gente a que siga acudiendo al cine. Estos premios dan alegría y espero abran la puerta de terceros países, a parte de España y Argentina.

-La película establece lazos con Latinoamérica, ¿consigue el arte las metas que no alcanza la política?

-Sin duda, la política debería servir para aunarnos como sociedad y que nos sintamos parte de la polis. Ahora forma parte de la separación si vemos el mundo como dos fuerzas en lucha: el bien y el mal, y la luz y la oscuridad. Yo diría que hay que unir a las personas en un objetivo de humanidad y fraternidad común, y personas que buscan separar y hacer la guerra. La política, a veces, está del lado de la guerra. Así los políticos buscan su manera de perpetuarse. La cultura ha de formar parte de la luz. Esta película muestra cómo con la música se pueden unir continentes, incluso puede conseguir que sociedades enteras se sientan parte de algo.