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El FICX recupera su atmósfera prepandemia con grandes entradas y colas en todos los actos

"Son días de mucho trabajo, pero da gusto ver el ambientazo otra vez en un cita tan especial", destacan los acomodadores del Teatro Jovellanos

Detrás, por la izquierda, Jesús Díez, Carmen Fariñas y Kike Quesada. Delante, sentadas, por la izquierda, Bibiana García y Menchu Domínguez, ayer, en el patio de butacas del Teatro Jovellanos. Carolina Santos

Jesús Díaz lleva 28 años trabajando en el Festival Internacional de Cine de Gijón. Lo hace como acomodador en el teatro Jovellanos, a cuya plantilla pertenece desde su reinauguración en 1995. "Es un privilegio trabajar aquí, nos permite estar al día de todo en la cultura", subraya. Este año, tras el fin de las restricciones por la pandemia, vuelve a disfrutar con el ambiente de siempre del FICX. "Son días de mucho trabajo, pero da gusto ver el ambientazo otra vez, que venga gente de fuera y que el cine atraiga tanta gente. El FICX es una de las citas más especiales en la ciudad", comenta Díaz. Acomodadores y taquilleros ultiman la recta del festival, en el que les toca afrontar el gran éxito que ha tenido la cita entre el público, con un ambiente como el de antes del covid, con colas para acceder a las proyecciones y grandes entradas en casi todas las sesiones. "Estamos casi como en 2019, la mayoría de las sesiones en todos los sitios están cerca del lleno", indica Carmen Fariñas, taquillera del Teatro Jovellanos, desde donde dispensa entradas para todos los espacios del FICX en la ciudad.

El Festival Internacional de Cine de Gijón estrenó un nuevo emplazamiento en esta edición con las Salas Ocine en Los Fresnos. Aunque tienen menos capacidad que Los Yelmo de La Calzada, la sensación en las ventas es que el cambio ha sido muy bien recibido por los espectadores, a tenor de las entradas vendidas. Una situación muy parecida a otros emplazamientos más pequeños, como la Escuela de Comercio o el Antiguo Instituto, donde todos los pases se llenan. Pero en esta edición posiblemente el emplazamiento más especial sea el Teatro Jovellanos, donde se pueden alcanzar los 900 espectadores. "El fin de semana se llenó casi todo", indica Fariñas.

En el Jovellanos hay días que se llegan a proyectar hasta cuatro pases (uno por la mañana y tres por la tarde). "El que más aceptación tiene es el de las siete y media de la tarde", comentan los acomodadores. Ahí es donde se suelen formar siempre las colas para entrar, debido a que los pases cuentan muchas veces con encuentros con los directores, que provoca que haya poco margen para la salida de una sesión y la entrada del público de la siguiente. "El fin de semana pasado hubo muchas colas y ahora la gente llega con más margen, eso provoca que siempre parezca que hay más", añaden.

Una semana antes del inicio del festival se empezaron a vender las entradas. Ahí se notó un gran tirón. "Quizás sea por la pandemia, pero hay más planificación, los primeros días venía mucha gente, todo el mundo intenta adelantarse para no quedarse sin sitio", afirma Carmen Fariñas.

Kike Quesada, otro de los trabajadores que facilita el acceso del público al Jovellanos es uno de los benjamines en esta cita. Es su tercer FICX. "El año pasado parecíamos policías, porque teníamos que velar para que se cumplieran las medidas contra el covid, era incómodo estar así", rememora.

Menchu Domínguez señala que este festival tiene un gran impacto entre el público de todas las procedencias y edades. "Viene mucha gente del País Vasco, León o Galicia. Y de todas las edades, aunque es verdad que no se ven muchos en torno a los veinte años, es más de treinta hacia arriba". Interrumpe entonces la conversación Jesús Díez: "Cuando empecé venían a las sesiones 50 o 60 personas, ahora es una gozada verlo así".

Este grupo de trabajadores que ayudan a que el FICX salga adelante en el Teatro Jovellanos no dudan en reconocer que es de los momentos del año que más les gusta, pese al aumento de la carga de trabajo. "Trabajar en un teatro es un privilegio, vemos todo cuanto podemos", reconocen. "A mí me encanta el cine y tener además esa cercanía de poder escuchar a los cineastas es un lujo", relata Domínguez.

El Teatro Jovellanos fue el escenario en el que se celebró la gala inaugural, presentada por El Gran Wyoming, y donde el sábado será la de clausura con la entrega de premios. Este espacio, que durante todo el año acoge representaciones de teatro, música o danza, o más eventos de la ciudad como Feten, vive sus días de mayor actividad con hasta cuatro funciones por día. "Lleva algo más de trabajo por temas de protocolo de invitados, jurado o porque hay que entregar al principio los papeles para las encuestas y al final recogerlos", indica Bibiana García que, como el resto de sus compañeros, aplauden que hasta el tiempo haya acompañado: "Ni llueve ni hace frío como siempre, no hay ni que andar dando las bolsas para los paraguas", relatan con una sonrisa.

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