Ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2023

Discurso de su Alteza Real la Princesa de Asturias

Leonor de Borbón

Leonor de Borbón

- Majestades, autoridades, señoras y señores, 

Me gustaría poder expresar con facilidad lo que siento en un día  como hoy, aquí en Oviedo, después de haber prestado juramento de  servicio a España ante nuestra bandera hace apenas dos semanas. Y  tras haber iniciado mi formación militar, que me está permitiendo  compartir el aprendizaje continuo con personas que han elegido una  vida de servicio con grandes exigencias y renuncias personales.  Además, el día 31 cumplo 18 años y tendré el honor de jurar la  Constitución, con lo que eso significa para mí personal e  institucionalmente. Lo que puedo decirles es que entiendo muy bien  y soy consciente de cuál es mi deber y de lo que implican mis  responsabilidades.  

Como Presidenta de honor de esta Fundación, una de ellas es  comprender y valorar lo que nuestros premiados aportan a una  sociedad donde convivimos muchas generaciones con la idea de  lograr que quienes más lo necesitan, tengan la oportunidad de  mejorar sus vidas, su educación, su salud; y que la ciencia, la cultura  y la protección del medio ambiente sean una prioridad. Esto sólo lo  podemos lograr con objetivos comunes y esfuerzo individual y  colectivo. 

Al conocer el inmenso legado de Nuccio Ordine, cómo consiguió  humanizar la humanidad y su defensa de los maestros, entiendo por  qué la educación es el cimiento de toda sociedad que pretende ser  mejor. Y con las películas de Meryl Streep, veo cómo una gran artista  puede despojarse de sí misma para dejar espacio a sus personajes y  diluirse en sus emociones. Y hacerlo, además, a lo largo de una  carrera impecable y con libertad, valentía y sensibilidad hacia los  desafíos de nuestro tiempo.  

La aportación de Hélène Carrère al análisis de la historia  contemporánea y los esfuerzos de la organización Mary´s Meal para  alimentar a niños en sus escuelas son también ejemplos de quienes  entienden que es necesario implicarse para contribuir a mejorar las  cosas. 

Me admira que Murakami haya construido durante décadas un  universo propio con palabras, en el que Oriente y Occidente se  retratan en entornos urbanos y a menudo desafiantes. Y observo  también con entusiasmo el afán del atleta keniata Kipchoge por  superar sus límites y seguir trabajando siempre para lograr su  propósito y, además, ser solidario. Los biólogos Gordon, Greenberg y  Bassler me asombran con sus estudios sobre las bacterias que habitan  en nuestro organismo y lo esenciales que son para la salud y para la  vida. Y el trabajo de la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades  Desatendidas se refleja en estas palabras de su director ejecutivo:  hay dolencias que afectan a un cuarto de la población mundial y que  representan el uno por cierto de la investigación.

Hoy están presentes sobre este escenario personas con las que  aspiro a sentirme identificada, aunque sumen algunas décadas más  que yo. Porque siento que transmiten, con sus acciones y en sus  obras, esa esperanza que nos guía y nos inspira a los jóvenes.  

Quiero dar las gracias a todos nuestros premiados, también a los  que nos han dejado. Por esa luz que proyectan sobre los retos y la  complejidad del mundo que nos toca vivir. Y por hacer que los premios  que llevan mi nombre nos animen a recorrer un camino compartido y  esperanzado, sin eludir esfuerzos y con responsabilidad.  

Muchas gracias.