Juan Ignacio Cirac: "El ordenador cuántico dará seguridad a las comunicaciones"

El físico español afincado en Alemania subraya "la dificultad de dominar el mundo microscópico"

Ignacio Cirac.

Ignacio Cirac. / Irma Collín

P. Á.

Fue en 1994 cuando el físico Juan Ignacio Cirac (Manresa, Barcelona, 1965) propuso de manera pionera la construcción de ordenadores cuánticos. Un año más tarde, se construyó el primer prototipo basado en una tecnología llamada a dar un vuelco gigantesco al ámbito de la computación. Los avances están siendo costosos. Cirac, director de la División de Teoría del Instituto Max-Planck de Óptica Cuántica (Garching, Munich) y miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, explica el estado de una cuestión con muchos recovecos: "Ya hemos pasado de los prototipos y se están creando algunos ordenadores cuánticos bastante potentes, pero todavía queda un tiempo para tener los finales".

En el momento actual, "es fácil tener un ordenador cuántico, pero es muy difícil que funcione bien porque dan problemas", indica Cirac. El objetivo inmediato es "mejorar el funcionamiento y, por otro lado, identificar problemas en los que, aunque no funcionen bien del todo, puedan ayudarnos". Por ejemplo –precisa el investigador afincado en Alemania–, en el campo de la química: desarrollo de fármacos, desarrollo de materiales, resolución de problemas científicos...

En el momento actual, el grupo que dirige Cirac está centrado en el diseño de algoritmos para ordenadores cuánticos: "Desarrollamos métodos para escalarlos, para hacerlos más grandes y más potentes. Y, a la vez, estamos desarrollando métodos competitivos que no necesitan un ordenador cuántico. Los ordenadores cuánticos hacen que tengamos nuevas ideas para los ordenadores convencionales, para hacerlos más potentes".

Hay algunas tareas que los ordenadores cuánticos ya pueden hacer más deprisa que los convencionales: "Son problemas académicos, sobre todo, pero demuestran la potencia que tienen. Es una tecnología muy nueva y hay que dominar el mundo microscópico. El avance en los últimos diez años ha sido más rápido de lo esperado. La fase anterior fue más lenta".

En el campo de las aplicaciones concretas, Juan Ignacio Cirac señala que un ámbito que puede avanzar mucho es "la encriptación de mensajes, de tal forma que nadie pueda leerlos salvo la persona autorizada: para compras por internet, transferencias bancarias, comunicaciones de los gobiernos...".

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