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Un Sporting de mar y montaña

Los rojiblancos ascienden a La Providencia y completan otro duro entrenamiento con carrera del cabo San Lorenzo a la playa de La Ñora - Jony, que evoluciona favorablemente de sus problemas de tobillo, y Guerrero, con molestias, al margen durante la última fase de la sesión

El Sporting añade kilómetros y ascensiones en el tramo final de su segunda semana de pretemporada. Los rojiblancos completaron ayer otra de las exigentes citas veraniegas, iniciando ruta a pie desde el puente del Piles y coronando La Providencia a través de la senda costera que comienza en el Rinconín. Fue esta primera parte la más liviana, ya que el equipo hizo parada en el parque del cabo San Lorenzo para elevar ritmo y exprimir fuerzas desafiando sus cuestas. La plantilla continuó carrera hasta alcanzar la playa de La Ñora, culminando la jornada con baño en las aguas del arenal de la parroquia de Quintueles, tras casi dos horas de intensa actividad.

Superadas las cimas del Cuitu Negru y el Picu El Sol, el Sporting puso a prueba su fortaleza de piernas por las rampas de la costa gijonesa. La primera parte del entrenamiento, la que les llevó, a paso vivo, desde uno de los tramos del paseo de la playa de San Lorenzo, hasta el parque del cabo con el mismo nombre que el arenal gijonés, ejerció como calentamiento. Abelardo, Iñaki Tejada, Gerardo Ruiz, Marco Canal y Diego Lobelle encabezaron la comitiva, espoleada por los paseantes e incluso por algún ilustre rojiblanco. Antonio Maceda fue alcanzado durante el trayecto. El internacional saludó al Pitu, desde la distancia que ya había tomado para dejar paso al equipo y para brindar, elegantemente, todo el protagonismo a las jóvenes futbolistas ante la expectación que empezaba a generarse.

Cuarenta y cinco minutos tardó el Sporting en poner pie en el parque del cabo San Lorenzo, dejando a su espalda el mirador, repleto de turistas, y el campo del Estudiantes, el club en el que Abelardo deslumbró como juvenil y el trampolín para su regreso a Mareo. El Pitu, sin embargo, no jugó en La Providencia, sino en el anterior terreno de juego del conjunto gijonés, situado en Somió. "Cuatro series de cuatro minutos. Quiero grupos en función de la demarcación y buen ritmo, chavales", anunció Gerardo Ruiz. La plantilla empezó a sudar la gota gorda en el laberinto, en forma de repechos, que dibujan cada uno de los numerosos caminos del área recreativa gijonesa. Entre los espectadores, la mujer de Canella, acompañada por las mascotas del futbolista, dos perros que se hubieran unido a la carrera de no ser por estar sujetados, firmemente, por su dueña.

La misma senda costera que tomó el Sporting en El Rinconín, guió el siguiente paso, con meta en la playa de La Ñora. El masajista Diego Lobelle volvió a ser el encargado de marcar el ritmo en cabeza, en esta ocasión, sin llegar a fragmentarse en demasía el grupo durante los más de 4 kilómetros de distancia completada. Los veraneantes asistían atónitos a la aparición de los rojiblancos bajo el eucaliptal contiguo a la playa.

La ovación de la mañana se la llevaron los dos rezagados, Nacho Cases y Castro. Ambos fueron aplaudidos por sus compañeros al terminar la ruta cuatro minutos más tarde que el resto. Jony y Guerrero se ausentaron de esta última parte. El cangués, que se retiró del partido ante el Lealtad con un golpe en el tobillo derecho, el mismo que se había lastimado en Pajares, evoluciona mejor de lo previsto. El de Borox, por su parte, arrastra alguna molestia. El baño en aguas del Cantábrico cerró el que alguno de los futbolistas califican como "uno de los días más duros".

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