El gol se le resiste al Sporting por tercera jornada consecutiva, el único pero que se le puede encontrar a un equipo que lo hizo todo para ganar al Valencia. El encuentro ante el conjunto ché deja como conclusión la necesidad de afinar la puntería para lograr la recompensa justa a un conjunto que da sensaciones de crecer cada semana. Y lo hace no sólo en juego, también en la búsqueda por acabar con esa sequía de cara al marco contrario. Los rojiblancos realizaron ante el conjunto ché un total de 16 remates, el mayor número de llegadas hasta el momento, superando incluso la suma de las dos jornadas anteriores. Cuatro fueron los remates ante el todopoderoso Madrid y siete, ante la Real.
Abelardo asume que la tarea del gol volverá a ser una labor coral, tal y como ocurrió la pasada campaña, ante la ausencia de un rematador con números a sus espaldas capaces de resolver por sí solos en la categoría. El técnico movió sus primeras piezas en ataque durante el encuentro ante el Valencia, estrenando nueva pareja ofensiva desde el inicio: Sanabria y Halilovic. El talento de dos de las incorporaciones de este año está fuera de toda duda. Mientras el paraguayo ha evidenciado una rapidez innata con el balón en los pies, entre otros detalles, el croata ya levantó a la grada con un caño a Abdennour reservado a futbolistas caros. Sólo falta que el descaro prime sobre la inexperiencia y acoplar un poco el modelo. Apunte, este último, que también se pudo comprobar ante el conjunto ché.
El Pitu reclama a Halilovic una mayor presencia ofensiva que, en muchos momentos, pierde por el deseo de participar en la construcción del juego. No le falta razón, ya que el croata se quedó sin disparar a puerta en todo el partido. De hecho, ya fue corregido durante varias fases del encuentro para que actuara por delante de Sanabria, con el objetivo de aprovechar la segunda jugada en las disputas del paraguayo con los centrales del Valencia. La alternativa de colocarle en el extremo diestro, intercambiando la posición con Pablo Pérez, mostró a un Halilovic menos participativo y casi incómodo a la hora de colaborar en el trabajo defensivo. Fue el preludio de su sustitución, bajo una cerrada ovación de El Molinón, que le sitúa como una de las grandes esperanzas de la temporada.
Guerrero, el recambio del croata el sábado, intentó aprovechar sus minutos y estuvo a punto de marcar el primer gol tras el regreso a la categoría. El de Borox, más físico en cada disputa, es el delantero incómodo que ninguna defensa quiere tener cerca. Abelardo tiene todavía en la recámara a un oportunista Castro que espera su oportunidad para ayudar en ataque y aumentar, aún más, la presión en el área.
