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La respuesta de El Molinón

El resultado frustra a la afición tras mostrar el apoyo pedido por el Pitu en un partido con gritos al palco de "Directiva, dimisión"

El consejo, en el palco de autoridades. J. J.

El Molinón respondió al Pitu y al consejo de administración. El sportinguismo escuchó la petición de Abelardo, y mostró ayer su respaldo al equipo antes y durante el partido ante el Espanyol. Algo que no evitó que el público también mostrara su contrariedad por las últimas filtraciones a cerca de los vínculos del club con el fondo de inversión Doyen Sports. El minuto cinco del encuentro abrió los silbidos y dejó ver pañuelos blancos, sin ser tan numerosos como en la época en Segunda División, pero significativos. Un gesto acompañado con gritos de "Directiva, dimisión", que subrayó el rechazo a lo extradeportivo sin que se viera afectado lo que estaba en juego en el campo. El resto de las broncas fueron para Velasco Carballo.

22.555 espectadores, según datos oficiales, desafiaron el frío y la lluvia para acompañar al Sporting en uno de esos partidos capaces de marcar la dinámica de toda una temporada. El primer aplauso, a la salida de los jugadores rojiblancos al terreno de juego, amplió el reconocimiento por la buena dinámica mantenida en la última salida, a Sevilla, y demostró que la gente no iba a confundir permanencia con despachos. Castro, por tercer partido consecutivo, levantó a todos de las butacas. El gol del mierense fue respondido por otros tres del Espanyol. Castro no había dicho la última palabra.

El de Ujo, que parecía fuera por un error en la tablilla que anuncia los cambios, corregido inmediatamente por el Pitu al indicar que el elegido para salir era Carmona, acallando así los silbidos por entender que el Sporitng no se podía quedar sin su goleador, recortó diferencias y alimentó esperanzas y gargantas. "¡A por ellos, oé!", bramó El Molinón, repuesto para reanudar la batalla. El larguero escupió, por dos veces, dos balas que apuntaban al empate. No contaban los rojiblancos con una fugaz ráfaga enemiga, dirigida por Marco Asensio, que mató el partido y desesperó hasta al más pausado, Nacho Cases. La fría despedida al equipo dejó ver la dureza de un resultado que vuelve a meter al Sporting en descenso.

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