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Un, dos, tres, un pasito pa' atrás

El salto de calidad se convirtió en uno de cangrejo

"Yo sé que me miras pero no me ves.Yo quería tu parte, no partirme en cien.Tu prefieres ´aquí quedo´ a quédate.Yo prefiero antes la herida que la piel. Cóseme".

Beret

El salto de calidad se convirtió en uno de cangrejo: hacia atrás. Será porque más de uno, como Sebastián en La Sirenita al darle la pinza, "se cogió toda la pata". Y de ahí la debacle de un equipo que va directo y sin frenos a una carretera con más baches que trayecto liso. Con más peligro que tranquilidad. Con más dudas que certezas. Y con la presencia de coches de alquiler, algo inexplicable, pues de todos es conocido que ese tipo de coches tiene un máximo de kilómetros y que no puedes exceder ciertas fronteras. Pero los hay previsores y los hay que no, que van al camino fácil, al que indica Google Maps y no se molestan en hacer el arduo trabajo de observar con calma y cautela un mapa. Porque, pese a la tecnología actual, aun no hay más certero que un mapa. Evitas acabar en carreteras perdidas de la mano de Dios, un Dios, además, que en este caso no aparecerá por tercera vez€ por desgracia para unos cuantos que rezan como si no existiera un mañana en Mareo porque Él les haga una tercera visita. La diferencia es que Él premia a los que madrugan, a los que trabajan y a los que luchan. Llámenlo milagro, pero en realidad es un premio como consecuencia de una constancia previa.

El problema de este equipo no era Abelardo, o al menos no lo era solo él, sino el equipo en sí, pero sobre todo los que lo confeccionaron. Y partido a partido se está demostrando más aun.

La diferencia entre el recién ascendido Alavés -con más fichajes que el Sporting- y este último es que los vascos sí tienen en su haber algo clave para la Primera División: un proyecto. Y el Sporting lo tuvo, pero lo dejó ir. Porque quizá ese equipo nunca fue el mejor de su categoría, pero sí el que plantó cara a cualquier rival y llegó vivo hasta el último instante. Por ello venció el conjunto de Pellegrino pese a jugar con los suplentes, porque ellos comparten una idea común. Saben hacia dónde van, con quién, cuándo y cómo. Y esto se traduce en resultados: salvación y semifinal de Copa del Rey -por lo menos-.

Las imágenes de Isma López a la grada pidiéndole disculpas tras finalizar el encuentro hablan por sí solas. El fútbol objetivamente para los futbolistas es un trabajo, especialmente en los grandes, porque cumplen objetivos colectivos, celebran si se da el caso y tras cumplir con su trabajo buscan un nuevo equipo o permanecen en el mismo para buscar nuevos objetivos. Pero equipos como el Sporting sobreviven gracias al sentimiento que plasman sus jugadores sobre el campo. Y éste, ahora mismo, brilla por su ausencia, a pesar de que los que se quedaron intentan sacarlo a la luz de El Templo a sabiendas de que cuando un sentimiento no es compartido, éste carece de sentido. Y, al contrario que el Alavés, esto se traduce en derrotas, frustración y€ ¿Segunda División?

Quedan muchas jornadas, pero parece que los tres candidatos a dejar la categoría están bien claros: Sporting, Granada y Osasuna. Ninguno de los tres halla la manera de abandonar la zona roja. Los de Rubi tienen una última oportunidad en Leganés, porque algo que no sea una victoria acabaría con la mínima -si es que queda- esperanza de salvación. Cabe decir que cuando hablamos de descenso no nos referimos solo a la pérdida de la categoría, que también, sino a la confirmación total y absoluta de que esos dos años mágicos fueron como agua en plena sequía y que la tormenta volverá a posarse en Mareo. Además del adiós absoluto al ´Sporting de Los Guajes´, porque un descenso se traduciría también en la marcha de los pocos supervivientes que quedan de esa bonita etapa.

No estamos viendo al mejor Meré, tampoco al mejor Sergio, Cases está en época de dudas, Cuéllar no está en un momento de auge, Isma y Canella no son ellos mismos al cien por cien, Lora está casi apartado, Carmona no puede solo con todo y Ndi y Castro parecen estar condenados al ostracismo. Pero personalmente creo que si alguien puede sacar al Sporting del pozo, son ellos. El tiempo se acaba y ya no es cuestión de calidad o momento de forma, sino de orgullo, casta y€ corazón, ante todo corazón.

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