La primera gran sorpresa que arrojan las estadísticas es la poca posesión del Sporting. En su mejor partido del curso, al menos durante una hora y cuarto, los rojiblancos sólo dispusieron del control del balón un 36,5%. El otro dato significativo era evidente. El Sporting remató más que nunca, pero con poca puntería. Hasta en veinte ocasiones remató un Sporting que sólo fue capaz de marcar de penalti. Eso sí, los rojiblancos estamparon dos balones en el poste.

El Celta también generó sus ocasiones. Los celestes completaron 16 remates a puesta, con un gol y un balón al poste, pero la sensación es la de que fue el Sporting el que creó mucho más peligro que su rival.

En el plano individual destacan los números de Moi Gómez, el futbolista, junto con Traoré, con más remates (4), el que más centros metió al área (13) y destaca también en las recuperaciones (8). El único guarismo que da la espalda a los rojiblancos es el de los puntos conseguidos.