El Sporting se une ante otra final

Todo lo que no sea ganar el domingo pondrá más cuesta arriba la permanencia para el Sporting. Los rojiblancos, con 17 puntos, reciben al Deportivo de La Coruña, equipo que marca la permanencia con 19 puntos (sin contar el duelo ante el Atlético de la noche de ayer y el aplazado ante el Betis). El partido se presume como otra final anticipada, tras la de la visita al Leganés, para seguir vivo en la pelea por la permanencia, a pesar de que todavía restan trece jornadas por disputarse para los gijoneses. La afición ha comenzado a movilizarse para ayudar a conseguir el triunfo. Unipes y la peña Ultra Boys realizado un comunicado conjunto solicitando convertir El Molinón "en un caldera" para "empujar y apoyar a los nuestros y presionar con deportividad al rival", mientras la Comisión Antiviolencia ha declarado el partido de alto riesgo.

Las caras largas marcaron el regreso a los entrenamientos del Sporting tras la goleada recibida en Barcelona. Un partido que ha hecho perder un puesto en la tabla, tras el triunfo del Granada ante el Alavés, y añadido dudas sobre la falta de seguridad defensiva. Rubi inició la sesión reuniendo a todos sus futbolistas sobre el campo número 2 de Mareo. Una especie de llamamiento a la unión que contó con una de las pancartas de apoyo distribuidas por la ciudad peña sportinguista Ultra Boys como telón de fondo. "La batalla que se pierde es la que se abandona, juntos hasta el final", rezó la colocada en las instalaciones rojiblancas. Hubo más a lo largo del día de ayer, como las vistas en la plaza de toros, el puente del Piles o en el puerto deportivo, a la altura de las populares "Letronas", con el lema: "Sporting a la lucha".

Unipes (Unión de peñas sportinguistas) y Ultra Boys, paralelamente, han hecho un llamamiento para reforzar la comunión con el equipo rojiblanco con detalles como cantar el himno a capela, con las bufandas extendidas, cuando el Sporting salte al campo en el mediodía del domingo. El encuentro ante el Deportivo de La Coruña contará también con un refuerzo en las medidas de seguridad por la decisión de la Comisión Antiviolencia. El hecho de que existan precedentes de enfrentamientos entre aficiones, y que el conjunto deportivista esté acompañado en Gijón por 1.300 aficionados, han motivado que el partido, como viene sucediendo en las últimas campañas, se declare de alto riesgo.

Rubi recupera a Meré, que viene de cumplir sanción. El once, tras las rotaciones en el Camp Nou, apunta a ser similar al presentado en el último partido en casa, ante el Celta, para sumar la primera victoria del catalán en casa, ante un Dépor que no sabe lo que es ganar fuera esta temporada. Lo hará tras saber lo que pase mañana en Leganés, que recibe al Granada, en otro de los duelos que marcará las necesidades de los rojiblancos.