La próxima parada del tren de la esperanza es Anoeta. A pesar de las ocasiones perdidas, que han sido numerosas, el Sporting juega para reengancharse a la Liga de las oportunidades. Si los rojiblancos derrotan a la Real Sociedad quedarán a un partido del objetivo, con el consiguiente refuerzo anímico para el sprint final. En otras temporadas, el Sporting sería ya un equipo de Segunda, al menos virtualmente, pero la Liga de los grandes ingresos televisivos parece haber abierto una brecha entre la clase media y los que pelear por la supervivencia.

El Sporting viaja a San Sebastián con la necesidad de lograr su segunda victoria a domicilio de la temporada para acercarse de nuevo a la permanencia. Si gana, estará a tiro de un partido y las calculadoras volverán a echar humo mientras se escruta el calendario de los equipos implicados. El problema es que ya no sirve dar pasos cortos. El Sporting de Rubi se ha convertido en un equipo solvente lejos de El Molinón, que logró puntuar en Mestalla o en el Sánchez Pizjuán, pero ahora necesita sumar de tres.

Para aumentar la dificultad, como si no fuera bastante complicado asaltar Anoeta, los rojiblancos van escasos de munición. Rubi recupera a varios futbolistas importantes, pero pierde a los delanteros Cop y Traoré, al lateral Douglas y al centrocampista Nacho Cases. El gran argumento ofensivo será Carlos Castro, del que se espera un gran partido que redondee su nueva jerarquía en el equipo. En la recámara quedan Borja Viguera (al que Rubi venía utilizando como interior) y el atacante del filial Pablo Fernández, quien juega habitualmente pegado a la banda derecha.

La gran noticia para el sportinguismo es la vuelta de Vesga, jugador insustituible a día de hoy y que determina el juego del equipo. También reaparece en una convocatoria Moi Gómez, otro de los futbolistas de cabecera de Rubi. Lillo y Amorebieta completarán el póquer de novedades en el once inicial. La nómina de novedades en la convocatoria la completa Xavi Torres, mientras que Lora, Afif y Dani Ndi se quedaron en Gijón por decisión técnica.

La Real Sociedad recibe al Sporting en un momento crítico. Los donostiarras necesitan la victoria para volver a meterse en puestos europeos superando a sus vecinos Athletic y Eibar y para romper la dinámica negativa en la que se han visto inmerso. Los de Eusebio han sumado un solo punto en los cuatro últimos partidos disputados y sólo dos en sus cuatro últimos choques en Anoeta.

Para enderezar el rumbo, Eusebio podrá alinear su equipo de gala, ya que recupera a Illarramendi y Zurutuza, dos piezas básicas en su centro del campo y en su estilo de juego de posesión. La Real se mostró muy superior al Sporting en el encuentro de la primera vuelta en El Molinón, pero los rojiblancos consiguieron un empate en visita a Anoeta de la temporada anterior.

El tiempo se acaba para el Sporting y cada vez son menos los rivales al alcance de la mano. Los rojiblancos tienen la obligación de mejorar su ritmo de puntuación si quieren mantener algún tipo de opción de salvar la categoría. Con las buenas sensaciones, con encontrar el camino, y con merecer más de lo que se consigue, ya no sirve. No queda tiempo para esperar una reacción que tiene que comenzar esta tarde. Todo lo demás son salvas al aire. El Sporting no podrá tener el esperado apoyo de la Mareona en un lunes laborable. El Sporting apura su última vida.