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Fútbol | Segunda División B

El filial se deja dos puntos de oro

A pesar del partido discreto de los guajes, tuvieron ocasiones para sentenciar y tropezaron con varias decisiones arbitrales polémicas

El filial se deja dos puntos de oroÁNGEL GONZÁLEZ

Vaya por delante, que el Sporting B jugó ayer un partido discreto. Muy por debajo de sus posibilidades, especialmente en un segundo tiempo pestoso. Fue, con todo, suficiente para doblegar a un rácano Peña Sport navarro, que tuvo en el árbitro vasco Gómez Landazábal su mayor sostén. Tomó el trencilla al por mayor tres decisiones que viraron el rumbo del partido (eso ya, sin entrar a pormenores). Primero, al filo del cuarto de hora inicial, perdonó la roja directa a Galarza, que cortó por las bravas y sobre la línea del área, un prometedor avance de Claudio hacia el gol sin más oposición que el portero Álvaro. Poco después anuló a instancias del línea un tanto del "Pichichi" Claudio a pase de Pablo por un supuesto fuera de juego. Pero su calamitosa actuación alcanzó el cénit en el tramo final del choque cuando se fue directo al punto de penalti tras un vahído de Maeztu.

Jugó poco el filial, a pesar de contar con Nacho Méndez en la zona de máquinas. El luanquín, que combinó mejor en largo que en corto, acabó de involuntario protagonista señalado por el árbitro en la acción del penalti. Jugó poco el filial, pero pudo golear, de no ser porque el larguero repelió un libre directo de Cayarga y por la notable actuación del portero visitante Álvaro, con mucha diferencia el mejor de su equipo.

Se adelantaron los guajes en la última jugada del primer tiempo. Una gran maniobra de Pedro, con apertura a la derecha. Un centro raso de Pablo Fernández que se envenena tras el despeje mordido de Xiker, cazado por Claudio para mandar a la red con un cabezazo impecable.

Se desordenó el Sporting en el segundo tiempo y ni siquiera los cambios recuperaron la esencia del equipo. Tuvo ocasiones a puñados para sentenciar, pero ni Claudio, ni Pablo Fernández, ni Pedro Díaz, excepcional en la ejecución de un libre directo, doblegaron las manos firmes de Álvaro.

Se dejaba ir el líder, favorecido por su propia inercia, hacia una victoria de las llamadas trabajadas. Dani Martín, espectador de lujo hasta ese momento, tensó su mentón en una falta lejana que anunciaba problemas. El Peña Sport colgó el balón al corazón del área, Maeztu acabó por los suelos y, en medio del pasmo general, Gómez Landazábal señaló el punto fatídico. El veterano Valdo, que había pasado de puntillas por el partido, asumió la responsabilidad. Los guajes fueron incapaces de levantarse y cedieron un empate que no les compromete.

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