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Portero del Sporting

Diego Mariño: "Me gustaría pasar muchos años en Gijón y ascender con el Sporting"

"Fue un año muy completo, me volví a sentir importante y recuperé la confianza, pero se nos escapó toda la ilusión en el play-off y fue duro"

Diego Mariño, durante un entrenamiento en Mareo. J. J.

Prácticamente, cada semana, había una cita con "San Mariño" cada vez que jugaba el Sporting. Nunca faltaba la parada salvadora del meta rojiblanco para dar vida a su equipo. Mariño (Vigo, 1990) fue una de las notas positivas de la temporada del Sporting, que pese a no finalizar con el ascenso, sirvió para reafirmar que los rojiblancos cuentan con un seguro bajo los palos. Mariño, que llegó a estar 765 minutos imbatido, disfruta de las vacaciones en Vigo con su familia para cargar pilas antes del inicio de la pretemporada el 9 de julio. El portero gallego atiende la llamada de LA NUEVA ESPAÑA para hacer balance de la temporada y analizar el futuro del Sporting.

El ascenso que se escapó. "Es difícil no darle vueltas, porque lo teníamos al alcance de la mano, después de todo lo que se había remado y recuperado. Al final dependíamos de nosotros mismos, pero se nos escapó, y es algo duro. Hay que intentar olvidarlo y limpiar la cabeza y cargar pilas".

Cansancio físico. "El físico nos perjudicó más que el aspecto mental. Llegamos vacíos físicamente. Desde enero llevábamos haciendo un esfuerzo muy grande por recuperar la brecha que teníamos y los jugadores que eran habituales disputaron muchos minutos y partidos, con mucha tensión y esfuerzo físico, y después de 42 partidos jugando prácticamente los mismos se notó. El tema físico puede ser una de las causas del bajón final".

Dolor de las derrotas en Zaragoza y Tenerife. "En el tramo final, los partidos de Zaragoza y Tenerife fueron duros, porque hicimos todo lo que había que hacer para ganar, jugando muy bien y haciendo muchas ocasiones, pero ambos partidos se nos escaparon sin comprender cómo pasó. En esos dos partidos nos descolgamos del Huesca, y nos afectó no tener más premios cuando habíamos hecho más mérito para seguir metidos arriba en la pelea por subir".

Racha de imbatibilidad. "Le doy muchísima importancia, quizás ahora más que antes. Segunda es una categoría muy difícil, en la que es muy importante el tema defensivo y mantener la portería a cero. Aquella racha fue una muestra de que estábamos haciendo las cosas muy bien y que el equipo estaba funcionando genial defensivamente. Nos sirvió para ganar muchos partidos y puntos".

Uno de sus mejores años. "Creo que ha sido una de mis mejores temporadas, porque he tenido momentos muy buenos y acompañó también momentos importantes del equipo. Los días que intervine mucho sirvieron para empatar o ganar. Fue un cúmulo de todo, que hicieron que se diese mucho más valor a mis actuaciones".

Ganar confianza. "No sé exactamente en qué he evolucionado, pero sí que puedo decir que llevo dos o tres años con las ideas muy claras. Para mí lo que más gané fue en confianza, porque había estado un año prácticamente sin jugar. Recuperé las sensaciones que había perdido. Fue un año muy completo, en el que me volví a sentir importante".

La cara y la cruz. "El peor momento fue el play-off, porque se nos escapó toda la ilusión que teníamos. Sabíamos que el Valladolid podía llegar algo más fresco, pero teníamos depositadas muchas esperanzas. Fue un momento muy duro. Y en el plano positivo me quedo con el partido ante el Rayo, que ganamos y después de remar tanto llegamos a ponernos líderes. Fue un momento reconfortante, de decir 'hemos remado mucho para llegar y por fin estamos aquí arriba'".

El fallecimiento de Quini. "Aunque pudimos quedar tocados por ser un momento duro, el equipo se vino arriba, nos dio un empujón, nos dio más fuerzas y ganas. Ya no solo luchábamos por el ascenso, sino también por intentar regalárselo a Quini. Fue un momento muy duro porque Quini estaba todos los días con nosotros y siempre tenía palabras de ánimo".

Futuro en Gijón. "Me gustaría pasar muchos años en Gijón y ascender con el Sporting. No sé lo que va a pasar, porque en el fútbol todo cambia de un día para otro e igual el club quiere prescindir de mí. Pero ojalá pase muchos años en Gijón y ascienda con el Sporting, porque me han dicho que vivirlo con esta afición es una sensación increíble. Estoy muy cómodo en Gijón, me siento muy querido y estoy muy agradecido por todo ese cariño que recibo de la gente".

Presión por ascender. "Estando en el Sporting se sabe que hay que aspirar siempre a lo máximo. Pero siendo realistas el año que viene no somos claros candidatos a ascender, sino los tres que vienen de descender de Primera. El Zaragoza, el Osasuna o nosotros somos equipos históricos, con grandes aficiones, y a los que se les va a exigir lo máximo. Este año éramos favoritos, pero el año que viene no. Pero vamos a luchar por ascender y dar lo máximo".

Reconocimiento de la afición. "Estoy muy agradecido. Cuando te dan ese cariño es porque se hacen las cosas bien y todavía es más reconfortante. Espero poder seguir dándoles alegrías y lo único que puedo prometer es seguir trabajando para poder vivir más momentos como esos en los próximos años".

Dani Martín, compañero en la portería. "Los dos somos jóvenes y la portería va a estar bien cubierta para muchos años. Dani Martín es un portero muy rápido, bajo palos se mueve bien, tiene muy buenos reflejos y se mueve muy rápido con los pies, lo que le hace llegar a muchos balones. Eso le permite llegar muy lejos".

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