La cantera está un poco más presente en el vestuario del Sporting desde la llegada de José Alberto. No sólo porque el técnico rojiblanco se haya formado en las categorías inferiores del club. Él ha sido el primero en querer establecer en el primer equipo el mismo rito que, antes de iniciar cada partido, siguen los centenares de niños y niñas que componen los otros 16 equipos de Mareo (masculino y femenino). Reunidos en el vestuario, jugadores y técnicos forman un corro, juntan sus manos en el centro de éste y lanzan un grito de guerra al unísono: "Juntos por un sueño". Desde la visita a Granada, esa misma frase retumba en las paredes de todo vestuario del Sporting.
El lema lleva años escuchándose en Mareo y resume en pocas palabras lo que buscan quienes están peleando por llegar algún día a la meta del primer equipo. Los responsables de las categorías inferiores del Sporting no saben con exactitud quién lo ideó ni la fecha exacta en la que se inició. Sin embargo, paulatinamente fueron sumándose más equipos hasta el punto de convertir el "juntos por un sueño" en una parte más de la preparación previa de cada partido. En un gesto ineludible en la ceremonia antes de salir a jugar. En los 13 conjuntos masculinos (incluido ya primer equipo) y en los 4 femeninos.
El primer equipo del Sporting ha sido el último en sumarse por el deseo de José Alberto en llevarlo a cabo, algo que ha agradado también a sus futbolistas. El grito, además de un guiño a la cantera, amplía el sentido de la palabra sueño que, en este caso, lleva el nombre del ascenso a Primera División por el que se encuentra peleando el conjunto gijonés. Empezó en la visita al Granada y ha continuado hasta la visita, el pasado domingo, al Elche. El vídeo publicado por el Sporting en el que se ve la charla del técnico rojiblanco antes de disputar el encuentro ante el Tenerife es una prueba de ello.
El "juntos por un sueño" sólo sufre una pequeña modificación cuando lo entonan las jugadoras del femenino. En este caso, ellas dicen "juntas". El sentido y la fuerza es el mismo. El objetivo, al igual que en la sección masculina, difiere. Mientras el primer equipo pelea por el ascenso a la máxima categoría, los otros tres filiales están inmersos en la lucha por progresar en lo deportivo y hacerse un sitio, en el futuro, en la élite.
El paso dado por José Alberto le ha servido también para llevarse el aplauso de los muchos entrenadores de categorías inferiores que, como él, también trabajan para poder tener una oportunidad como profesionales. Las redes sociales son testigo de los elogios al ovetense cuando se vio el grito de guerra realizado antes del citado duelo ante el Tenerife. La unidad y el trabajo en equipo, máxima de José Alberto, también se ve en los detalles.
