La irregular trayectoria del Sporting y el menguante rendimiento deportivo del equipo va camino de costarle el puesto a Miguel Torrecilla. El salmantino termina contrato en junio y su renovación, que parecía encarrilada el pasado verano, se ve complicada y depende ya en buena medida de que los rojiblancos hagan la machada y logren el ascenso, algo improbable ante la dinámica actual. Ante este escenario, el club maneja la idea de iniciar en febrero el proceso para ir valorando alternativas al puesto. Incluso ya se han recibido ofrecimientos. Tito, exdirector deportivo del Levante, tuvo un primer contacto en diciembre con la entidad gijonesa.
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El Sporting piensa en alternativas para la dirección deportiva si la temporada acaba en la misma línea que ha llevado a lo largo de la primera vuelta, en la que el equipo ha navegado en la zona media-baja de la clasificación. Javier Fernández, presidente del Sporting, siempre se mantuvo en la idea de dar a tiempo al proyecto iniciado de la mano de Miguel Torrecilla pese a los fracasos de las dos temporadas anteriores. Las dudas, sin embargo, han ido en aumento en unos últimos meses, en los que el equipo ha vivido más pendiente de no caer en descenso que de alcanzar la promoción.
Torrecilla vive inmerso en sacar partido de la estrategia de esperar hasta la última semana del mercado para reforzar al equipo, el único de toda la Segunda División no ha hecho ni un solo movimiento, ni de entrada ni de salida. Sin mucho margen económico, el salmantino tampoco ha logrado ampliar la masa salarial a través de la marcha de algunos de los jugadores con menos minutos, algo que se le resistió ya en ocasiones anteriores como en el caso de Hernán Santana. En su mano está dar un nuevo impulso al equipo en este capítulo.
La gestión de los fichajes en el último verano, con una mayor implicación del consejo de administración a la hora de activar y negociar las llegadas de Javi Fuego y Manu García, ya indicó un cambio en el modelo respecto a las temporadas anteriores. Hubo, a su vez, límites impuestos al salmantino respecto a apuestas por futbolistas extranjeros o sin experiencia previa en la categoría.
El momento más bajo de Miguel Torrecilla llegó el pasado mes de diciembre, cuando, tras despedir a José Alberto, puso su cargo a disposición del consejo de administración. Fue la mayor señal de alarma tanto a nivel interno como externo. El consejo ha ido recibiendo, desde entonces, ofrecimientos de directores deportivos. Al nombre de Tito se unieron otros en activo aún en clubes de Segunda División. El club ha trasladado que será a partir de febrero cuando se analice cada caso y se concierten reuniones. Javier Fernández llevará el peso y Joaquín participará en la toma de una decisión que marcará el futuro.