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La herencia asturiana de Andoni Iraola

El entrenador del Mirandés, próximo rival del Sporting, se retiró junto a Villa y dirigió a Nacho Cases

Iraola, en su última visita a Riazor.

El Mirandés visitará el domingo El Molinón de la mano de uno de los entrenadores revelación de la categoría. Iraola disputará su primer partido liguero en Gijón en su recién estrenada carrera como técnico después de haberlo hecho en cinco ocasiones como futbolista del Athletic. Dos asturianos vivieron de cerca el proceso de colgar las botas para convertirse en titular de los banquillos. El vasco se retiró en 2016 en un New York City capitaneado por David Villa y, dos años después, inició su primera experiencia como entrenador profesional en el AEK Larnaca chipriota, dirigiendo al exrojiblanco Nacho Cases. "Ha hecho un equipo correoso, que presiona arriba, no deja jugar y resulta difícil de ganar. Es muy del estilo de lo que le gusta", dice el gijonés.

Seis jornadas consecutivas invicto en Segunda División y a dando más de un susto a equipos como el Sevilla en la Copa del Rey, Andoni Iraola es el hombre de moda en Anduva y en la categoría de plata, competición en la que ha debutado esta campaña como entrenador. "Es la imagen perfecta de un jugador de equipo, todos le quieren dentro y fuera del campo", comentó David Villa cuando Iraola comunicó que colgaba las botas. La etapa compartida en Nueva York reanudó una relación que ambos ya habían iniciado años antes, al haber coincidido en la selección española. "Aquí tiene un amigo para toda la vida. Le deseo lo mejor para el futuro", dijo entonces Villa. Cuatro años después, las cosas le están yendo muy bien al de Usúrbil (Guipúzcoa).

"Mete siempre mucha intensidad al juego", subraya Nacho Cases, quien trabajó con Iraola durante siete meses especialmente intensos en el AEK Larnaca. El conjunto chipriota se había fijado en él a través del también español Ander Murillo, por entonces director deportivo. Iraola, que venía de haber entrenado en fútbol base en las filas del Antiguoko vasco, club en el que se formó antes de dar el salto al Athletic, tuvo así su gran alternativa como entrenador.

"Llegó en junio y con él nos metimos en Liga Europa. Nos clasificamos después de disputar la fase previa y quedamos encuadrados en un grupo en el que estaban clubes como el Zurich (Suiza), Ludogorets (Bulgaria) y Bayer Leverkusen (Alemania)", recuerda Nacho Cases sobre el técnico, con el que también levantó la Supercopa de Chipre. "Fue futbolista hasta hace poco y eso se nota. Sabe medir los tiempos. Y no sólo me refiero al de los partidos, también al del trato con el futbolista. Piensa como nosotros y en una semana en la que el ambiente a lo mejor es diferente por una derrota, sabe manejarla para recuperar a la gente de cara al siguiente partido", detalla el gijonés.

Iraola, el cuarto futbolista que más partido ha disputado en la historia del Athletic, tras Iríbar, Txetxu Rojo y Joseba Etxeberría, tomó el pulso de un vestuario donde el idioma no supuso ningún tipo de barrera. En eso le había ayudado su última experiencia como futbolista, en Estados Unidos. "Había mucha gente de diferentes nacionalidades. Además de chipriotas había griegos, australianos, españoles... Él se expresaba y todos nos entendíamos en inglés", relata Cases, quien además coincidía con el técnico a la puerta del colegio de Larnaca. "Nuestros hijos iban juntos a clase", añade sobre el padre de Malen.

La etapa de Iraola en el AEK terminó cortada en enero de 2019, antes de lo previsto. Una serie de resultados negativos derivó en su destitución en el cargo, iniciando el camino de vuelta a España. Meses después le llamaron desde Miranda de Ebro para tomar las riendas de un equipo que acababa de regresar a Segunda División y contaba en sus filas con jugadores curtidos, como él, en el fútbol vasco.

"El Mirandés no empezó demasiado bien, pero lleva unos meses en racha. Se ha encontrado con una plantilla más joven de la que tenía en Larnaca, con más pierna. Dispone de más capacidad física y eso le viene bien. Esa buena dinámica que mantienen no es flor de un día", subraya Nacho Cases sobre el momento dulce que atraviesa el conjunto burgalés. Es por ello que cree que el domingo se verá en El Molinón un partido complicado para los rojiblancos. "El Sporting lo va a tener difícil. La dinámica en cuanto a clasificación no es buena y eso para un grande, como es el Sporting, puede tornarse en peligroso si acabas metido en la zona baja", avisa.

"Hay que aprovechar el cansancio con el que llegará el Mirandés del partido ante el Villarreal en Copa y aferrarse a los buenos resultados que se están consiguiendo en El Molinón", prosigue el gijonés. "Hay que ganar porque se necesitan los puntos para no verse tan abajo", concluye el canterano, que seguirá el partido por televisión desde Grecia, su nuevo destino tras un mercado invernal que le ha llevado a cambiar el AEK Larnaca por el Volos, conjunto de la máxima categoría helena al que ha llegado en condición de cedido. "Ojalá que el final de temporada sea el mejor posible para el Sporting", concluye.

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