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El empujón del gol para el despegue de Álvaro Vázquez

Antes de la tormenta oviedista de esta semana, la enésima, provocada por el cambio del jefe en banquillo, Ziganda por Rozada, a Alfredo Ortuño, "Pichichi" azul en una campaña con curvas, le tocó hacer de motivador hacia el exterior. Tomó la palabra el lunes tras el entrenamiento -el penúltimo de Rozada-, con el resquemor de la derrota ante el Alcorcón todavía en el cuerpo, y llamó a ver el vaso medio lleno. Sincero ante los micrófonos, la tesis de Ortuño es simple: que verse luchando por no bajar a Segunda B no suponga un drama incorregible en los catorce partidos que al Oviedo le quedan por delante para regatear el descenso. "Hay que generar un ambiente positivo; hay que crear ilusión", dijo.

Hoy, Ortuño y el Oviedo buscarán transformar esa atmósfera al verde del Anxo Carro ante el Lugo (12.00 horas) en el que, salvo sorpresa, será la vuelta al once del murciano después de tres partidos sin partir de inicio. El delantero es una de las sorpresas agradables de esta temporada. Le avalan sus once goles (ya ha superado a los máximos artilleros azules de las dos últimas temporadas, Joselu y Linares, ambos con diez).

Y frente al Rayo Vallecano en Vallecas (1-1), el partido en el que se comenzó a vislumbrar el adiós de Rozada como capitán de la nave tras su expulsión, perdió un estatus que solo él en el vestuario guardaba en esta temporada: antes de esa cita en Vallecas había sido titular siempre que estuvo disponible. Ortuño solo causó baja en los dos encuentros ante el Albacete, club por el que está a préstamo en el Oviedo, por la cláusula del miedo.

Sin Ortuño -curiosa estadística- el Oviedo ha conseguido un tercio de sus victorias, solo seis en el campeonato. Esta mañana, si nada se tuerce, Ortuño regresará al frente de ataque azul. Lo hará tras anotar ante el Alcorcón, de penalti, en un tanto que a la postre de nada sirvió y con el reto de volver a encadenar una racha goleadora que ayude al Oviedo a salir del pozo. Además, si Ziganda opta finalmente por su candidatura, algo previsible atendiendo a algunas probaturas semanales, el delantero podría compartir ataque con Rodri, fichaje invernal. Hasta el momento, no han coincidido en el once inicial y el fichaje de Rodri, sobre el papel, se afrontó por la necesidad de darle más acompañamiento a Ortuño, con un desgaste físico evidente. Frente al Alcorcón coincidieron sobre el campo y gracias a una conexión entre ambos el Oviedo estuvo muy cerca de conseguir el empate ante los alfareros.

Ortuño comenzó la campaña como un volador (siete goles en ocho jornadas), pero sus registros han ido bajando según avanza la Liga. En 2020 solo lleva un tanto, el que le metió al Alcorcón. Y el anterior, ante el Rayo en el Tartiere, también fue desde los once metros, una especialidad que se echaba de menos en el Oviedo en las últimas temporadas.

El ariete luchará por volver a engancharse en una situación, la de intentar salvar el descenso, que no es nueva para él. El delantero, tras una experiencia negativa en el extranjero y su vuelta al Albacete, terminó la campaña pasada en el Extremadura. Los de Almendralejo tuvieron cuatro entrenadores en una temporada que por momentos se tornó en depresiva, pero un arreón en el último tramo de Liga les dio la permanencia.

Ortuño, titular, consiguió dos goles en su periplo, pero a pesar de sus cifras bajas el ariete siempre pone como ejemplo el aprendizaje en tierras extremeñas. Un aprendizaje que intenta aplicar ahora en el Oviedo, con el mismo objetivo que el Extremadura, un extremo imprevisto en verano, pero real en febrero.

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