David Gallego ha conseguido una tarea que parecía imposible: exprimir a una plantilla que no habían sido capaces de sacarle partido ni José Alberto ni Djukic. No solo los números le acompañan al Sporting, líder de la categoría con plenos de triunfos y sin encajar ningún gol. También lo hacen las sensaciones. La idea de juego del nuevo entrenador rojiblanco funciona. El Sporting es un equipo fiable y muy sólido. Si no ha encajado ningún gol es porque apenas le crean ocasiones. Pero es que además ha recuperado esa pólvora que tanto anhelaba arriba. Y ha sido gracias a la explosión de Djuka, un jugador que ha respondido con goles en su tercera temporada a la inversión de más de dos millones efectuada por la entidad.
El Sporting encara el derbi desde lo más alto, en el liderato, con la confianza y estabilidad que supone iniciar de la mejor manera posible una competición para crecer con una idea. Y lo hace además con el respaldo de haber dado la cara y competido frente a rivales de distintas características: primero los recién ascendidos Logroñés y Cartagena, y después ante dos "gallitos", el Girona y el Almería.
Aunque en el Sporting se mantiene la prudencia, y más con el recuerdo de las últimas tres temporadas, en las que no lograron ningún derbi en el Carlos Tartiere, o cuando el curso pasado, con el papel de favorito, los rojiblancos cayeron antes los azules en El Molinón.
David Gallego tiene por delante una semana en la que espera comprobar la evolución de Marc Valiente, Cristian Salvador, Pablo Pérez y Pelayo Morilla, los jugadores que fueron baja ayer por lesión. El técnico catalán ha mantenido una base desde el inicio de la temporada, con escasos retoques en el once titular. Y todo apunta que ante el Oviedo, salvo contratiempo, seguirá con su misma apuesta. Una de las incógnitas será si Saúl García, segundo y último refuerzo hasta la fecha, tendrá la oportunidad de ser titular tras debutar ayer saliendo desde el banquillo y con asistencia de gol.
