Este Sporting tiene ángel: empate con sabor a victoria con dos goles en los minutos finales (2-2)

Los rojiblancos suman un merecido punto ante el Zaragoza después de llegar al minuto 86 con un 0-2

Campuzano e Insua, en el añadido, hacen a El Molinón estallar de locura

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Se le escapó al Sporting la inmaculada racha de victorias en casa, pero sumó ante el Zaragoza un empate que supo a triunfo. Con el Zaragoza ganando 0-2 en El Molinón el minuto 86 y el árbitro desesperando a jugadores y aficionados, el conjunto rojiblanco buscó el empate y lo encontró. José Ángel y Campuzano entraron para levantar al equipo y recortar diferencias a falta de cuatro minutos para el tiempo reglamentario a través del catalán. La locura llegó en el séptimo de los nueve minutos de añadido. Insua le robó la cartera al portero para dar a su equipo un merecido punto y demostrar que este Sporting va a dar mucha guerra esta temporada. 

Disputado, intenso, de alternativas y tremendamente igualado. Sporting y Zaragoza protagonizaron una primera parte de dominio alterno y sensación de tenerse profundamente estudiados. Guille Rosas fue el elegido para relevar a Pascanu en el lateral derecho, siendo el gijonés el más entonado del equipo en los primeros minutos. Insua también volvió, pero para formar pareja en el centro de la defensa con Róber Pier. Pablo García, en el lateral zurdo, Christian Rivera, como pareja de Roque Mesa en el medio, y Djuka, acompañando en ataque a Otero, completaron los cinco cambios de un equipo rojiblanco espoleado por una grada entregada desde el espectacular recibimiento protagonizado a la llegada del autocar. 

Pareció tener el Zaragoza más el control del tráfico en el centro del campo, reforzando su esquema con Maikel Mesa y Jaume Grau escudados por Marc Aguado, pivote defensivo, pero fue el Sporting el que tuvo más el balón en los primeros cuarenta y cinco. Esa superioridad numérica de los visitantes en el medio, ante Roque y Rivera, no evitó que las primeras ocasiones fueran para los rojiblancos. Guille Rosas y Otero avisaron en dos chispazos, siendo el contragolpe el mejor de los caminos para pisar área rival, y la tercera ocasión evidenció lo que le está faltando al equipo para redondear sus mejores momentos. Roque Mesa se sacó un gran pase a la espalda de los centrales para que Djuka se plantara solo ante el portero. Eligió la potencia en lugar de la colocación. Estrelló el balón en el portero. La jugada, anulada por un fuera de juego milimétrico, radiografió el estado del internacional montenegrino. Trató de reanimarle el fondo sur, entre los murmullos del público que en los instantes antes del inicio del partido le ovacionó al reconocerle el club haber cumplido 200 partidos con el Sporting. 

También en un contragolpe, Maikel Mesa respondió mostrando una pierna derecha que daría, poco después, un disgusto. Antes, otra aproximación rojiblanca, la más clara de la primera parte, con Gaspar apareciendo donde más le gusta. El gijonés volvió a encontrar hueco y balón en el corazón del área para armar la diestra y ajustar a la cepa del palo. No fue suficiente. La cazó Poussin. El que encontró el gol fue un Zaragoza a más en los minutos previos al descanso, y goleador al filo del 45. Tras pérdida de Hassan, y recuperación y nueva pérdida de Roque Mesa, esta última en la frontal, Maikel Mesa la mandó dentro en el segundo intento. El canario recortó y ajustó con la diestra al palo derecho de Yáñez. Primer disparo entre palos de los maños, y el Sporting, que reclamó falta a Roque, a iniciar la segunda parte por debajo en el marcador. 

Madrugaron los cambios. Nacho Méndez y Enol Coto relevaron a Christian Rivera y Guille Rosas en el minuto 56. El siguiente doble cambio, con Campuzano y José Ángel por Djuka y Pablo García, antes del 70. Todo, en medio de un clima de prisas y nerviosismo en El Molinón. Las pérdidas de tiempo zaragocistas encendían a la grada. En cuanto a fútbol, del lado rojiblanco, demasiados trompicones. Con todo, las oportunidades llegaron.

José Ángel, que dio otro aire a cada centro lateral del equipo, la envió pasada y Campuzano cabeceó al balón del área pequeña para que Hassan estrellara el balón en el larguero. Nacho Méndez cazó el rechace, pero su remate se estrelló en Jair. Fue entonces cuando el Zaragoza le echó más frío al partido con un triple cambio eterno que detuvo el partido durante varios minutos al exigir el cuarto árbitro a Mouriño retirarse algo de su muñeca antes de saltar al campo. El colegiado, Sánchez López, decidió esperar lo necesario. Ahí acabó sentenciado el partido para el Sporting. 

La siguiente acción fue para ver al Zaragoza hacer el segundo. Fran Gámez encontró hueco en el carril izquierdo para centrar al segundo palo, donde Azón le ganó la disputa a Enol Coto para sentenciar. No se rindió el equipo de Miguel Ángel Ramírez. Otra vez José Ángel y Campuzano se asociaron en busca del gol. Esta vez el gijonés centró raso y el catalán remató llegando desde atrás con furia, la rabia acumulada de mucho tiempo. Dio para apretar. Y para la locura. Con nueve minutos de tiempo añadido, Poussin agarró una pelota con el partido muriendo. Insua hizo entonces de delantero. Sumado al ataque, el defensa esperó a la espalda de portero, que se creía ya con todos los jugadores por delante. Soltó el balón para golpear con el pie y apareció entonces el gallego para robarle la cartera y firmar el empate. Subidón tremendo en el añido, como ante Burgos y Tenerife. No dio para ganar, sí para confirmar que este Sporting tiene ángel.

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